Desinfles partidistas
Freddy Sánchez martes 4, Feb 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Increíble, pero cierto. En cuestiones de poder, un partido chico les ha dado cátedra a los grandes.
Se trata nada menos que del Verde Ecologista, por cuatro sexenios consecutivos, haciendo virtuosos malabares de política y logrando estar todo ese tiempo cerca de la presidencia.
Su sorprendente “acercamiento” al poder se dio durante dos sexenios con el Partido Acción Nacional, regresando después con el PRI, (pese a un divorcio de doce años), y en la actualidad en una impensable unión con Morena, que de plano es una paradoja que debería escribirse con “letras de oro” en los anales de la historia política de México.
Y mientras bien podría decir El Quijote: “los perros ladran porque avanzamos”. Así ha sido y sigue dándose el andar del Verde Ecologista entre los avatares de las disputas por el poder en nuestro país.
Algo que de un tiempo a la fecha no se ve entre los priistas de “abolengo”, esos notables y gozosos magnates de la política, “las vacas sagradas” del priismo, por así decirlo, que francamente parecen más que distantes de los afanes de volver a la cúspide en los asuntos de la política electoral.
Y es que hacia donde uno voltea tratando de notarlos en alguna actividad proselitista, no se les encuentra por ninguna parte.
Quizás andan “escondidos”, tratando a toda costa de mantener un “perfil bajo”, procurando no asomar mucho “la cabeza”, temerosos probablemente de que “se las corten”. De tal suerte que a su líder nacional en turno, lo han dejado sólo en el intento de recuperar presencia electoral en el país.
La desunión priista, (entre los de mero arriba, no de sus modestas huestes), es más que obvia. Como si el partido ya no existiera o se tratara de acabar con su memoria para siempre.
Y que decir del panismo en conflicto y desunido también. Con el ex presidente Felipe Calderón y su esposa haciendo una intensa labor de proselitismo para lograr la constitución de su propio partido político, en lo que podría ser considerado como un deseo no precisamente soterrado de “desparecer” al PAN. Ante esto púes, el Verde Ecologista podría ser visto como el partido político más unido, mejor organizado y democrático de México.
Cosa que muchos políticos negarán, pero los hechos los contradicen.
Incluso en Morena, donde todo debería ser “miel sobre hojuelas”, las pugnas por el liderazgo han resquebrajado la unidad del partido.
Los pleitos entre sus mujeres, Yeidckol y Lujan, en plena disputa por el poder, tienen al borde de una crisis al partido más poderoso del país.
Y mientras sucede o no “el milagro” de ver que los “tambores de guerra” dejan de “gritar”, en aras de volver a la paz y la armonía entre los “morenistas”, sabedores de la importancia de no echar al “desfiladero” todo ese poder que les regaló Andrés Manuel, lo que se observa son necedades en conflicto y manifiesta confrontación.
Bajo ese esquema entonces, afirmar que los del Verde Ecologista, se han revelado como un partido “superior” en capacidades para “nadar como peces en el agua”, entre los turbulentos “mares” de la política, no parece ninguna exageración.
De una herencia familiar que pasó del padre al hijo y después a los amigos, bien podría afirmarse que la membresía verde, a diferencia de los grandes “trabucos” partidistas absortos en sus disputas por el poder, “sin despeinarse” siquiera están ahí, en el centro de mando donde se toman las grandes decisiones de política pública.
O sea “donde se parte el queso”. La posición en la que siempre aspiran a conservarse los grandes partidos políticos nacionales. Aunque, tristemente para estas organizaciones y sus seguidores, lo que se padece actualmente en todos estos institutos es exactamente lo mismo: desunión y desbandadas que denotan una especie de desinfles partidistas.