El nuevo modelo económico
¬ Edgar Gómez Flores martes 4, Feb 2020Con mi mano izquierda…
Edgar Gómez Flores
La semana pasada estuvo presente, en la opinión pública, el anuncio del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) sobre la caída del Producto Interno Bruto de México en 2019. La contracción de un .5% realmente es una reducción del 2% comparado con la tasa promedio de crecimiento de la población mexicana, la cual ha ascendido a 1.5% anual. Esto quiere decir que la economía se contrae cuando la población se está expandiendo. Sin embargo, el Presidente de nuestra multicitada Cuarta Transformación mexicana comenta que él “tiene otros datos”, aun cuando el INEGI es un organismo del estado, confiable y oportuno, para tomar decisiones de política pública. ¿En verdad el presidente tiene otros datos, tiene otro modelo económico en la cabeza o está desarrollando un modelo de bienestar social ajeno al desarrollo económico? La respuesta debemos encontrarla en el rompecabezas de la comunican social de la Presidencia de la República.
Primero, el presidente se siente tranquilo con sus propios datos; sin embargo, no comparte los mismos, mucho menos sus fuentes. Esto nos hace pensar que dichos datos no existen y solo son un paliativo para “patear la lata” hacia delante. Así como pide amor y paz cuando los periodistas lo cuestionan sobre los insultos del presidente de Estados Unidos de América, el Republicano Donald Trump, hacia nuestro país.
Segundo, si Andrés Manuel López Obrador se sintiera cómodo con sus datos, los cuales le hablan de un México próspero y con menos desigualdad, no habría tomado la iniciativa de crear una coordinación de gabinete para el fomento de inversiones y crecimiento económico liderado por el Jefe de la Oficina de la Presidencia, el ingeniero Alfonso Romo. Esto confirma que el Primer Mandatario no se siente cómodo con los resultados 2019 y las proyecciones 2020 que a lo mucho dan un crecimiento del 1%.
Debemos entender que la economía está llena de expectativas. El valor presente tiene un componente amplio de lo que se espera del futuro. Y, el futuro, se vislumbra con las palabras que HOY los agentes económicos vierten al mercado. Por esto, la decisión de silenciar a la Secretaria de Energía, es un buen inicio. Dejémosla en la Jefatura del Proyecto de la Refinería Dos Bocas y que el ingeniero Romo le dé voz a la iniciativa privada que quiere invertir en la infraestructura pública que el país requiere.
Por su parte, nuestro Presidente debe entender que las emociones ideológicas requieren ordenarse para emitir un plan sustentable de largo plazo. Es cierto que, en los momentos de mayor crecimiento económico, nuestro país no derramó bienestar social a las clases más bajas o el avance fue mínimo. Lo que nos mantiene en el grado de desigualdad más importante de la región.
Entiendo la idea de Andrés Manuel sobre la medición neoliberal del PIB; pero no hace un planteamiento serio. Por el contrario contesta a sus adversarios con la chequera abierta de los programas sociales. Los cuales, por su estructura actual, fomentan la economía informal y la evasión de impuestos. Se requiere, en términos energéticos, crear un ciclo combinado de recursos dispersados por el Gobierno. Donde la gente con dinero adicional se empodere y empodere a la economía. Caso contrario, dar dinero a la gente sin reglas, sin estructura y sin un plan hará que la economía sea una generación de energía a cielo abierto, donde se contamine el ambiente económico, se tengan pérdidas técnicas y a la larga no tengamos combustible para seguir avanzando al 4% anual promedio como lo prometió en campaña.
Las locuras de un genio consolidan la creatividad, las de un ignorante no dejarán de ser ocurrencias. Dejemos que nuestro presidente nos muestre qué tan creativo puede llegar a ser.