Ultrajes contra menores
Freddy Sánchez jueves 30, Ene 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Un castigo más severo contra pederastas, que está dirigido a religiosos y cualquier otra persona, indiscutiblemente, (de aprobarse en el Senado de la República), será una buena medida legislativa.
Y también lo sería, la intensificación de las campañas para prevenir conductas abusivas de carácter sexual contra los infantes. Particularmente, en el seno familiar.
Porque, no son los hombres de sotana ni los pastores o ministros de culto, de una u otra fe o culto religioso, los únicos a los que se les debe tener bajo observación para evitar que se cometan acciones de abuso en perjuicio de los menores, en nuestro país.
Es de reconocer que las faltas cometidas, en ese aspecto, por hombres que predican la palabra de Dios, son altamente censurables por lo que a todas luces es catalogado como un malvado proceder de quienes incurren en atropellos contra la dignidad de los niños y adolescentes.
Y dado lo infame de un comportamiento “torcido” como el de los pederastas, el hecho de que sean religiosos los responsables de algo así, enerva en grado superlativo a cualquier persona que reprueba estas conductas.
Ahora que, no hace falta poner énfasis en el hecho ampliamente conocido de que los que mayormente incurren en abusos infantiles, suelen ser familiares de las víctimas.
Los propios padres, abuelos, hermanos, tíos, padrinos y en general los allegados familiares, comúnmente figuran como abusadores sexuales de sus parientes menores.
Es por esa razón, que las acciones preventivas tienen una importancia que no se puede soslayar, en el afán legislativo e institucional, a favor de la protección de menores expuestos al abuso sexual de sus consanguíneos directos e indirectos, además de quienes teniendo un contacto habitual infantes pudieran en algún momento incurrir en “atacarlos”, recurriendo a una u otra maniobra tramposa para hacer caer a sus víctimas en sus sucias maquinaciones sexuales.
Así que, incuestionablemente, el castigo a los pederastas entre más severo, mejor.
De alguna manera hay que disuadir a los abusadores infantiles a retraerse de sus hábitos malsanos.
En ese sentido, difícilmente alguien, podría invocar un acto de piedad para los que abusan de un menor, siendo que esta clase de faltas son de las que más rabia social pueden ocasionar. Por ello, entonces, más que bien merecido se tendrán una pena más severa los torvos violadores infantiles.
Familiares, religiosos, quienes fueren los autores de un abuso contra menores, no se merecen otra cosa que el máximo rigor de la ley para sancionar sus “monstruosas” ofensas contra la infancia en México.
Claro que, también es imperativo señalar que antes de actuar contra quien sea objeto de una acusación por un delito de esta naturaleza, es fundamental que se tenga la más absoluta certeza de su culpabilidad.
La legislación que se propone sanciones mayores contra pederastas, al mismo tiempo debería establecer diversas disposiciones legales para impedir que una persona, acusada sin pruebas irrefutables de su responsabilidad, pudiera resultar procesada penalmente, exponiéndola a los horrores de la cárcel que padecen los pederastas.
Y es que en torno a las acciones a tomar para hacer más rígida la norma legal sobre el tema que nos ocupa, es de hacer mención que en relación con las imputaciones hechas a presuntos abusadores sexuales infantiles, podría no haber verdad en las denuncias, y por lo mismo, sería francamente inaceptable aquello de que: “primero te friegas y luego averiguamos”.
Muchas personas, (incluidas figuras de la vida pública y privada), quedarían expuestas a los afanes vengativos de quienes por cualquier motivo hicieran en su contra denuncias por supuestos ultrajes contra menores.