Lavándole la cara a Calderón
Roberto Vizcaíno miércoles 17, Feb 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
¿Es esto esquizofrénico? ¡Claro! ¡Ese es justamente el problema! Por eso andan tan afanosos todos tratando de desvincular a Calderón de los dos asuntos, de las alianzas y las antialianzas, por la simple razón de que quien actúa así frente a un problema seguramente lo hará ante otro
La operación de medios aplicada desde la cumbre del gobierno federal no es para salvar la imagen del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, sino la de Felipe Calderón.
No hay ya dudas, existen demasiados indicios, testimonios que indican que fue el propio Presidente de la República quien primero envió a Gómez Mont a negociar las antialianzas con el PRI, como uno de los elementos para salvar lo más posible de sus intereses en los presupuestos de Ingresos y Egresos para el 2010, mientras que al mismo tiempo le ordenaba a su gerente en el PAN, al diputado César Nava y a su equipo avanzar la concertación de frentes comunes electorales con el PRD, PT y Convergencia tanto para Oaxaca como para todos los estados donde fuese necesario.
Ocurre que en ninguno de los dos casos –ni en los acuerdos de las alianzas ni en las negociaciones de las antialianzas-, la instrucción presidencial se hizo a sólo dos personas, sino que esas órdenes incluyeron a decenas de personas que hoy atestiguan el enredo en que Calderón ha metido a su gobierno, a Gómez Mont, a César Nava, al PAN y al resto de quienes participaron en todo eso.
Por lo pronto ya salió a testificar uno de los dirigentes del PRI, el coordinador de la poderosa bancada del tricolor en San Lázaro, el mexiquense Francisco Rojas , con quien Gómez Mont negoció a nombre de Calderón, y quien incluso recibió la confirmación de esos acuerdos en voz del propio Presidente así como de otros secretarios involucrados, como lo era en ese momento el de Hacienda, el doctor Agustín Carstens, por ejemplo.
Y así como lo explica Rojas, lo podrían también hacer otros muchos priístas y panistas involucrados, entre otros el senador Manlio Fabio Beltrones , la diputada Beatriz Paredes y al menos unos 10 gobernadores, encabezados por Enrique Peña Nieto y quizá Fidel Herrera (Veracruz), Rodrigo Medina (Nuevo León) y varios más.
Lo podrían hacer sin duda Josefina Vázquez Mota, varios de sus cercanos y el coordinador de los blanquiazules en Xicoténcatl, el chihuahuense Gustavo Madero.
Todos ellos estaban metidos en los acuerdos de la antialianza del PAN con respecto del PRD y otros.
Hoy sin embargo se le quiere cargar todo el costo a Gómez Mont, de quien desde su propia trinchera se exige dimita al cargo de secretario de Gobernación.
Bueno, ya hasta se mencionan sustitutos, el primero de ellos, Juan Molinar Horcasitas –quien ya se la creyó y anda metido de cabeza en las negociaciones de César Nava y trae en plena faena de medios a sus encargados de prensa-, así como a Josefina Vázquez Mota e incluso a Gustavo Madero, quien hasta la semana pasada se hacía como relevo del duranguense Rodolfo Elizondo en Turismo.
Es muy posible que Calderón decida finalmente correr a Gómez Mont, como la última parte de esta operación de lavado de cara a sabiendas que el responsable de todo este embrollo es él.
Ya lo hizo antes con su cuatazazo Germán Martínez Cázares a quien, como líder nacional del PAN, mandó a la guerra contra el PRI y a responsabilizarse por una estrategia electoral que fue todo un fracaso y que fue diseñada en Los Pinos.
Martínez Cázares, a quien se mencionaba como uno de los dos delfines de Calderón para amarrar su sucesión –el otro era Juan Camilo Mouriño, de triste fin-, vive hoy como un asesor externo del área electoral de Acción Nacional.
Cero cargos y reflectores públicos, y mucho dinero, para alimentar su amargura.
Gómez Mont podría ser más afortunado, pues mantiene su despacho jurídico y sus fuertes vinculaciones con el grupo de Diego Fernández de Cevallos.
Pero eso está por verse porque no es fácil –por más que se sea un presidente voluble y muy ligero, así como dispuesto siempre al tequilazo-, deshacerse del tercer secretario de Gobernación para tener que convocar a un cuarto, que tendría que comenzar a tender puentes de relación con fuerzas que ya están en plena campaña por la sucesión presidencial.
No le demos vueltas a este asunto. Mire, retomemos una de las dos entrevistas exclusivas dadas por Gómez Mont a los directivos de dos diarios de los llamados nacionales.
Para quienes conocemos de esto, en estos trabajos periodísticos nos queda el sabor de un par de llamadas a los dueños de esos medios desde Los Pinos, quienes luego les ordenaron a esos directivos realizar sendas entrevistas bajo un guión previamente escrito. Aclaramos, es apenas el aroma del viejo pero muy efectivo recurso de un traslado de responsabilidades, de un lavado de cara pública.
– Cuestionado sobre el hermetismo de su renuncia y las versiones de que tras ella se escondía una deficiencia de operación política y de información al Presidente de la República –apunta Roberto Zamarripa del diario Reforma-, Gómez Mont explica su versión.
“Bajo una lógica de gobierno y en mi calidad de Secretario de Gobernación, entré en conversaciones con otras fuerzas políticas para tratar de sacar acuerdos en el mes de octubre y noviembre con el fin de posibilitar la aprobación del paquete financiero.
“De esas negociaciones tuvo conocimiento en su momento el presidente del partido, licenciado César Nava y, tiempo después, se le informó con detalle al Presidente de la República. Hasta enero se le informó de todo el contexto. En la medida en que yo no pude hacer valer los compromisos que había asumido y en la medida en que se entendió o percibió una lógica del PAN independiente a la lógica del gobierno fue una de las razones por la que tomé mi decisión de renunciar al partido. Otras de las razones quedan entre el licenciado Nava y yo”.
– Cuesta creer que el Presidente de la República no supiera el detalle de las negociaciones…(reitera Zamarripa)
“El Presidente de la República fue enterado del detalle —frente a la confusión que se generan en este tipo de dinámicas— por el Secretario de Gobernación hasta el mes de enero. El Presidente está ajeno porque los secretarios de Estado asumimos con toda autonomía nuestra responsabilidad. No le estamos pidiendo permiso al Presidente para todo. Vemos las condiciones en las cuales los compromisos que tomamos puedan cumplirse o no”, subrayó Gómez Mont.
Sólo esta parte de la entrevista deja al descubierto toda la operación de limpieza de cara a favor de Calderón.
A ver si nos entendemos: ¿si César Nava fue enterado por Gómez Mont entre octubre y noviembre del año pasado de las negociaciones con el PRI para que el PAN no fuese a una alianza con el PRD como una condición para sacar a modo el paquete económico para 2010, cómo fue que Nava no se lo informó o lo conversó con Calderón en ese momento?
Está bien que Gómez Mont alegue que él le informó de esa negociación a Calderón hasta enero de este año, ¿pero y los otros funcionarios involucrados, léase Secretario de Hacienda, de Sedesol, etcétera?
En fin, ¿por qué alegar todo esto si Calderón de alguna forma había sido ignorado por todos ellos, si no le habían comentado nada?
La verdad dicen otros actores, es que el propio Presidente de la República fue quien echó a andar las dos estrategias: la de las alianzas y la de las antialianzas?
¿Es esto esquizofrénico? ¡Claro! ¡Ese es justamente el problema! Por eso andan tan afanosos todos tratando de desvincular a Calderón de los dos asuntos, de las alianzas y las antialianzas, por la simple razón de que quien actúa así frente a un problema seguramente lo hará ante otro.
Y si eso le valen algunas descalificaciones, golpes mediáticos, maledicencias a Gómez Mont, pues él está dispuesto a aceptarlo, incluso su renuncia.
Mire lo que él dice al respecto:
‘Yo no simulo… mejor trago sapos’
Es decir…