Tiempos dificiles para Morena
¬ Augusto Corro martes 28, Ene 2020Punto por punto
Augusto Corro
Como señalamos en columnas anteriores, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) no pasa por sus mejores momentos.
La lucha interna de sus dirigentes lo lleva por rumbos inciertos. La elección de su presidente se convirtió en un problema complejo debido a que no encuentran solución al conflicto.
Así, el fin de semana, la presidenta interina Yeidckol Polevnsky fue relevada del cargo y su lugar lo ocupará el diputado Alfonso Ramírez Cuellar, quien se encargará de la renovación de la dirigencia morenista. La destituida impugnará esa decisión por la vía judicial. Podría darse el caso de que Morena contará con dos presidentes interinos.
El legislador Ramírez Cuellar, y como presidente interino, tendrá que empeñarse en darle a Morena rumbo y destino en estos días de plena incertidumbre en el partido guinda, que va a la deriva después de las elecciones presidenciales del 2018.
La lucha por el poder político y las ambiciones personales de los líderes de Morena llevaron esta organización política a una pugna como las que se registraban en el ahora casi desaparecido Partido de la Revolución Democrática (PRD).
La guerra entre los grupos que marcaron el divisionismo que tanto daño hace a las instituciones políticas. En el caso de Morena, el liderazgo le quedó muy grande a Yeidckol Polevnsky.
Tras la victoria presidencial, Morena cayó en la inmovilidad. Pocas fueron las acciones en las que el partido acompañó al presidente en sus pronunciamientos a favor de la Cuarta Transformación (4T).
La cúpula morenista prefirió enfrascarse en una lucha intestina cuyos principales personajes Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján no contemplaron el daño que le hacían al partido al diferir varias veces la elección de la nueva dirigencia de Morena.
El diputado Ramírez Cuellar llegará a poner orden en las filas morenistas y su meta principal será la organización del congreso en el que se elegirá a la nueva dirigencia. Algunos morenistas dijeron que ya no deberán participar ninguna de las dos mujeres que pelearon por la presidencia del partido, sin entender el daño que le hacían a la organización política.
El panorama político de Morena cambiará en los próximos meses (al parecer tres) cuando se efectúe el congreso para designar a los nuevos líderes de ese partido. Los jerarcas tendrán la oportunidad de mover sus piezas con el pretexto de poner orden.
Por ejemplo, el legislador Ramírez Cuellar tendrá que responder por su trabajo a la persona que lo encauzó a meter orden en el partido. ¿Es este conciliador del grupo de jefa del gobierno capitalino Claudia Sheinbaum?
¿Seguirán como aspirantes a la presidencia de Morena el diputado Mario Delgado y Alejandro Rojas?
Porfirio saca la casta
Mientras en el interior de Morena siguen sus pleitos por el poder, en el Senado de la República, en la Comisión Permanente, el legislador morenista, Porfirio Muñoz Ledo fue humillado por su propio partido.
Sus compañeros no le permitieron subir a la tribuna a censurar la política migratoria del presidente López Obrador, a la que calificó de “criminal, represiva e inconstitucional”, así como “sumisa y abyecta” con el gobierno trumpista.
El diputado Muñoz Ledo tiene una participación política desde hace varios sexenios. Se podría decir que participó en los gobiernos de diferente signo político: priista, panista y ahora morenista.
Siempre se distinguió por su forma franca y valiente para señalar los errores de los partidos en que militó. Con Cuauhtémoc Cárdenas manifestaron su descontento en el partido tricolor y abandonaron sus filas.
Lo mismo les ocurrió como perredistas. Ambos abandonaron el partido del sol azteca. En el presente, el rebelde Muñoz Ledo ya empezó a no sentirse a gusto en su partido. Así lo manifestó en una entrevista:
“Estamos viviendo una involución porque Morena está tomando actitudes semejantes o peores a las que tenía el PRI hace 20 años, simulando que el país era democrático”.
Añadió: “Yo no quiero un partido de Estado, queremos un partido democrático. De lo contrario, volvemos al pasado”.
El legendario Muñoz Ledo ya se hizo escuchar. Quizá sus palabras podrían tomarse en cuenta por la dirigencia de Morena para sacar de la incertidumbre al partido guinda que tendrá una prueba de fuego en las elecciones intermedias del 2021.