La pesadilla
¬ Augusto Corro lunes 27, Ene 2020Punto por punto
Augusto Corro
La semana pasada el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, declaró que el trabajo de seguridad requiere “perseverancia” y “estamos seguros que a fin de año vamos a entregar buenas cuentas”.
Ignoramos en que funda su optimismo el funcionario encargado de brindar paz y tranquilidad a la sociedad mexicana. A más de un año del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador la ola de violencia continúa en el país.
El índice de asaltos, secuestros, feminicidios, asesinatos, etc., no disminuye. Al contrario, más de un estado incrementó su registro de crímenes para convertirse en “paraíso de la impunidad”.
¿Cuál será la actitud de Durazo? ¿qué medidas tomará para acabar con la delincuencia organizada? Un año es insuficiente para regresar a México a aquellos tiempos de paz y armonía.
Es cierto que el problema de la delincuencia fue una terrible herencia de gobiernos anteriores, pero el tiempo transcurre y lo que urge en el presente son resultados que reflejen la labor de las autoridades contra los criminales.
Pero la acción criminal no cesa. Continúan las masacres, los asesinatos de mujeres y toda clase de delito amenaza a la población. De nada sirve que se conozcan las cifras de la violencia si no se tiene la capacidad para reducirlas o desaparecerlas.
Uno de los problemas de criminalidad incontrolable lo tiene el estado de Guanajuato. De entidad propicia para el turismo, hoy en esa parte del territorio nacional los baños de sangre ocurren diariamente.
La noche del viernes en un parador carretero guanajuatense un grupo de sujetos asesinó a tiros a nueve personas. Seis víctimas perecieron en el lugar y otras tres fuera de ese sitio ubicado en la carretera que conecta al municipio de Villagrán, Guanajuato, con el estado de Querétaro.
Este hecho se suma a la serie de crímenes contra la sociedad guanajuatense. Son muchos los policías que perdieron la vida a manos de narcos, “huachicoleros” y secuestradores. Concretamente, el año pasado fueron asesinados 65 uniformados.
La problemática social que llevó la violencia a Guanajuato surgió cuando los criminales se dieron cuenta que nadie era castigado por los delitos que cometiera. Así, surgió el narcotráfico y sus consecuencias de asesinatos en la lucha sangrienta por las plazas.
Además, el “huachicoleo” (la extracción ilegal de ductos de combustible) también tuvo su época esplendor, cuando se comprobó que ese delito no era castigado debido a la laxitud de las leyes o a la corrupción de las autoridades.
Los jefes de las bandas de narcos o “huachicoleros” amasaron fortunas millonarias en pesos y en propiedades fastuosas, dignas de los jeques petroleros de los países árabes. Los jefes de esas bandas se encuentran libres.
Lo que ocurre en Guanajuato se multiplica en otras regiones del país. En esos lugares, sus habitantes tienen que someterse a las leyes del crimen organizado o huir. Ya son miles de desplazados los que dejaron sus hogares para buscar mejores condiciones de vida.
El estado de Guerrero es una de esas entidades en las que la delincuencia organizada llegó a sembrar violencia desde hace varios años. Los grupos conocidos como “Los Ardillos” y “Los Rojos” se encuentran en plena guerra derivada de la producción y trasiego del opio.
En este espacio ya nos referimos a los niños soldados de Guerrero, quienes ante el temor de ser agredidos optaron por armar a la comunidad. Así, los menores son entrenados en el uso de escopetas y rifles para su defensa.
En Acapulco, hace tiempo que las autoridades tienen conocimiento de la acción de más diez bandas criminales que tienen en jaque a la población. ¿Y las autoridades? Su ineptitud no les permite actuar.
El panorama delincuencial en México es difícil, complejo. ¿En qué se apoya el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo? ¿En las nuevas leyes penales para castigar con más rigor a los criminales? ¿A una actuación mejor de la Guardia Nacional ahora encargada de controlar el flujo migratorio?
No se ve la manera en que el funcionario Durazo termine con esa pesadilla que tiene en jaque a los mexicanos debido al sinnúmero de actos criminales, como asaltos, secuestros, feminicidios y asesinatos registrados en un país, donde más del noventa por ciento de los delitos no son castigados. ¿Usted qué opina amable lector?