Los niños autodefensas
¬ Augusto Corro viernes 24, Ene 2020Punto por punto
Augusto Corro
Lo que nos faltaba. En Guerrero, los niños y adolescentes son entrenados y armados para defenderse de los delincuentes.
En fotografías que circulan en los medios, se ve a los menores en un desfile en el que lucen escopetas y rifles. Cubren sus rostros con paliacates.
En aquella entidad, a raíz de la presencia activa de los delincuentes, la población recurre a toda clase estrategias para combatirlos.
En el caso que nos ocupa, diecinueve niños, entre seis y quince años, quienes reciben adiestramiento para defenderse, marcharon por la comunidad de Alcozacán, en Chilapa.
De esta comunidad eran originarios los 10 músicos que fueron asesinados el pasado viernes en Mexicalcingo.
Bernardino Sánchez Luna, coordinador de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC), informó que los menores son entrenados desde hace dos meses para defenderse, en caso de ser atacados por la organización criminal “Los Ardillos”.
La información y las fotografías de los niños armados y entrenados para combatir a los criminales parece que es el último recurso para combatir a la “narcodelincuencia”.
Los pobladores de aquella zona, marcada por la violencia, explicaron que decidieron armar a los menores ante la impotencia del Ejército, la Guardia Nacional y la Policía Estatal de detener los ataques de la banda de “Los Ardillos”.
No es nuevo que a los niños los involucren en guerras y en acciones violentas por diferentes causas.
Sin embargo, lo que ocurre en Guerrero cae en la irresponsabilidad de los propios lugareños y de las autoridades, que se valen de la ayuda de los niños, sin la experiencia adecuada, para luchar contra los enemigos.
En las tres décadas recientes, la espiral de violencia es constante en aquél estado, uno de los principales productores de opio.
Una especie de contaminación social fortaleció a la delincuencia que,logró el apoyo de las autoridades para sus negocios ilícitos.
Esa acción criminal se hizo notar en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa registrada en 2014 y cuyo paradero de los jóvenes se ignora.
El peor momento
La niñez y la adolescencia mexicanas viven sus peores momentos. En fecha reciente la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) informó que mueren al día 3.6 niñas, niños y adolescentes a casusa de la violencia.
También causó un impacto mayúsculo el saber que entre treinta mil y 35 mil menores de edad son reclutados de manera forzada por el crimen organizado.
Además, de enero de 2015 a julio de 2019 se registraron tres mil 97 feminicidios en todo el país. Trescientos diecisiete de ellos entre la población de 0 a 17 años. Es decir, 1 de cada 10 feminicidios afectó a niñas y adolescentes.
Consideró REDIM que 2019 cerró como un escenario muy complicado para la infancia y adolescencia en nuestro país derivado de la violencia incontenible.
Ante esa problemática social, las autoridades de todos los niveles se pasmaron. Se tiene la impresión de que la niñez fue abandonada a su suerte. Esto se ve en el número de hechos criminales en los que participan los pequeños.
Uno de los últimos casos fue el del menor José Ángel, del Colegio Cervantes, quien mató a su maestra y se suicidó.
Se comprobó que el niño, de 11 años, vivía en un infierno, en el que sus familiares se dedicaban al narcotráfico. Por cierto, son un sinnúmero de menores que, por todas las razones que usted se imagina, decidieron hacerse sicarios o informantes de los cárteles de la droga.
El combate a la “narcodelincuencia” dejó como saldo a miles de personas asesinadas y a niños en la orfandad. Estos pequeños se quedaron a la deriva, sin rumbo ante la ausencia de sus padres.
Es necesario que el gobierno federal se ponga las pilas y brinde mayor atención a los niños y adolescentes, el futuro de México, que vive tiempos difíciles.
Feliz fin de semana.