Deplorable condición humana
¬ Augusto Corro miércoles 22, Ene 2020Punto por punto
Augusto Corro
La migración de centroamericanos mostró otra vez la deplorable condición humana de los gobernantes.
Volvieron las escenas de las personas detenidas o perseguidas por la autoridad en la frontera sur de México.
Cientos de migrantes intentaron llegar a México para seguir su viaje hacia Estados Unidos. Unos fueron deportados. Otros huyeron y se escondieron en la selva.
La mayoría se quedó en la incertidumbre de regresar a sus países de origen o continuar en la aventura.
Las fotografías y videos testimonian ese intento masivo de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos que huyen de la pobreza y la violencia.
La estrategia migratoria del gobierno federal seguramente rindió buenos resultados, pero se agudizó el sufrimiento de los sin papeles.
Los extranjeros tuvieron que pernoctar en la ribera del río Suchiate, en medio de basureros.
No hubo consideración alguna para los niños de la caravana, sometidos a ayunos por la carencia de alimentos y a las inclemencias meteorológicas.
¿Qué sigue? Discursos y más discursos que no solucionan la problemática social de los habitantes de El Salvador, Honduras y Guatemala.
A las autoridades de esos países no les interesa lo que suceda a sus gobernados.
Por ejemplo, ya sabían de la nueva caravana de cientos de personas que intentarían llegar a Estados Unidos. Claro, con el paso obligado por México.
Pero las autoridades se desentendieron del problema. Las columnas partieron hacia el norte, sin obstáculos.
Y los conflictos derivados de los malos gobiernos centroamericanos los tiene que resolver México.
Concretamente, para bien o para mal, el trabajo sucio, es decir la detención o control de migrantes lo tienen que hacer las autoridades mexicanas, para evitar que lleguen a Estados Unidos.
En términos prácticos México hace lo que le ordena Donald Trump, pues de no obedecer se aplicarían medidas arancelarias que afectarían a nuestra economía.
Los hechos registrados a principio de semana en la frontera sur de México ni son los primeros, ni serán los últimos.
En los países centroamericanos nadie interviene para combatir la pobreza y la violencia. Esos males continuarán indefinidamente.
No dude usted, amable lector, que en estos días las autoridades mexicanas salgan con sus discursos de promesas para inversiones millonarias en Centroamérica, como una forma para combatir la desigualdad social.
Ya nadie les cree. En varios siglos de miseria no se han podido erradicar las desigualdades sociales que divide a pobres y ricos.
Y como si lo anterior no fuera suficiente, tuvo que surgir la violencia en los países donde no funciona la aplicación de la ley contra los delincuentes.
Los problemas apenas empiezan, los migrantes ya dijeron que no se van a rendir. Seguirán con su intento para llegar a México y seguir la ruta hacia Estados Unidos, su meta.
Compareció García Luna
El exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, compareció ayer en un juzgado de Brooklyn, Nueva York.
El abogado de oficio, César de Castro, declaró que el exfuncionario mexicano “no está negociando un acuerdo de culpabilidad con el gobierno de Estados Unidos, ni están interesados en ello”.
Añadió que al detenido le cortaron el acceso al sistema financiero mexicano y que por eso no ha podido contratar abogado.
El juez Brian Cogan, quien llevó el caso de Joaquín El Chapo Guzmán fijó nueva audiencia a García Luna para el 2 de abril.
El gobierno estadounidense acusó al exfuncionario mexicano de aceptar sobornos millonarios a cambio de brindar protección al Cártel de Sinaloa para sus actividades de narcotráfico.
García Luna fue un policía muy importante en los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón, ambos panistas. Con el primero se encargó de dirigir la Agencia Federal de Investigación (AFI); y en la administración del michoacano ocupó el cargo de secretario de Seguridad Pública.
El extitular de Seguridad Pública fue el hombre de todas las confianzas del mandatario Calderón, quien declaró la guerra a la delincuencia organizada, con los resultados desastrosos que todo mundo conoce.
En esa lucha, García Luna era parte de los personajes del engranaje para combatir a la delincuencia organizada. ¿Supo Calderón de las relaciones de su subordinado con el Cártel de Sinaloa?
Seguramente, durante el juicio a García Luna se conocerán más detalles de las formas de actuar del exsecretario de Seguridad Pública y de su jefe, el ahora expresidente Felipe Calderón.