Otro intento de acabar con el “maximato” de Polevnsky
Miguel Ángel Rivera martes 21, Ene 2020Clase Política
Miguel Ángel Rivera
“Contamos con una amplia mayoría para la realización de esta instancia de decisión”, dijo la presidenta del Consejo Nacional del Movimiento de Regeneración Nacional, más conocido como Morena, Bertha Luján Uranga, quien encabeza un nuevo intento por terminar con el larguísimo interinato (“maximato”, dicen algunos) de Yeidckol Polevnsky como presidenta nacional de ese instituto fundado por el ahora presidente de la República Andrés Manuel López Obrador.
Precisamente Polevnsky asumió el cargo de presidenta del partido en 1917, cuando López Obrador tomó la candidatura presidencial. Desde entonces, como interina se ha mantenido al frente del partido en el poder y manejado la situación de tal manera que a últimas fechas ya ha advertido que podría continuar al frente hasta el venidero 2021.
La elección de presidente de Morena debió efectuarse desde noviembre del año pasado, pero el Congreso Nacional en el que debería elegirse al sucesor se ha pospuesto varias veces por diversos conflictos internos, principalmente por fallas y errores en el padrón de militantes, de los cuales sus rivales culpan precisamente a Polevnsky, mientras que ella les devuelve la responsabilidad.
El hecho es que esos enfrentamientos internos han ocasionado la intervención del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) que han ordenado corregir errores y reponer procedimientos.
Los mandato del TEPJF han servido para que Polevnsky se mantenga al frente de Morena, alegando que precisamente las autoridades federales han dispuesto que no se realicen las elecciones mientras no se hayan realizado los cambios correspondientes.
En esta prolongación legal o ilegal de su mandato, Polevnsky -que mantiene su deseo de ser elegida para un periodo completo – ha resistido los embates de sus críticos, encabezados por dos aspirantes a sucederla en esa posición, la mencionada presidenta del Consejo Nacional, Bertha Luján, y el senador suplente Alejandro Rojas Díaz Durán. Otro aspirante a la presidencia, el actual coordinador de los diputados federales de Morena, Mario Delgado, se ha quejado también de irregularidades, pero no se ha declarado abiertamente opositor a Polevnsky.
Desde su influyente posición, Luján ha encabezado movimientos para convocar al Congreso Nacional, pero siempre se ha topado con la resistencia de Polevnsky de sus allegados.
En días recientes Luján lanzó una nueva convocatoria para una reunión nacional extraordinaria del Consejo que ella preside y que tendría facultades de elección de nuevo dirigente nacional.
Esa asamblea se realizaría el domingo venidero y es precisamente a la convocatoria a la cual hace referencia el párrafo inicial de esta columna.
Para no variar, Polevnsky ya desautorizó ese cónclave, con el argumento ya muchas veces utilizado de que sólo el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) que ella encabeza, tiene facultades para convocar a un congreso para designar al nuevo presidente.
Por ello, en conferencia de prensa, Luján afirmó que la convocatoria no viola ningún aspecto de los estatutos, pues se apega a la aprobación del plazo fijado por el Tribunal Electoral para que el CEN de Morena convoque a elecciones.
Al destacar que tiene el respaldo de la mayor parte de las dirigencias estatales de su partido, Luján dijo tener confianza de que asistan a ese Consejo Nacional Extraordinario la mayor parte de los sus mil 350 integrantes de todo el país y así tenga validez, esté o no presente la secretaria general en funciones de presidenta.
Acompañada por una veintena de presidentes de comités y consejos estatales de Morena, así como militantes de distintas entidades, la presidenta del Consejo Nacional del partido sostuvo que “no tienen miedo” de que se declare ilegal el Congreso Nacional al que convocaron para el 26 de enero en la sala de Armas de la Ciudad Deportiva, en la alcaldía Iztacalco.
Reiteró que la convocatoria tiene el respaldo de 18 estados del país y una mayoría del Consejo Nacional, por lo cual cumple con los términos establecidos en los estatutos del partido, y se presentó en tiempo ante el Comité Ejecutivo Nacional.
La presidenta del Consejo Nacional informó que entre los temas que se discutirán el domingo está la continuidad o no de la actual dirigencia nacional.
Admitió que se ha considerado la posibilidad de proponer un interinato para conducir al partido en un nuevo proceso interno, pero los estatutos no establecen esta vía aunque consideran la figura de revocación o sustitución.
Además, dijo estar de acuerdo con que Morena devuelva parte de los recursos públicos que recibe, ya que es una de las propuestas del propio presidente López Obrador, pero aclaró que tal determinación corresponde a un Congreso ordinario, en el cual los delegado decidirán el monto que se devolverá, pues también se debe cumplir con el objetivo de establecer un Instituto de Formación Política en cada entidad.
“La voz de alguien, por muy dirigente que sea, no da legalidad, ni ilegalidad”, manifestó, por su parte, el dirigente del consejo estatal del partido en Michoacán, José Albavera Velázquez, al comentar lo dicho por Yeidckol Polevnsky en el sentido de que la convocatoria para el domingo no tiene validez.
En los hechos, cambió la actitud de México ante los migrantes centroamericanos
Más allá de declaraciones y comentarios en torno a la política mexicana de recibir con los brazos abierto a los migrantes procedentes del sur del país, en los hechos, la situación cambió ante centenares de integrantes de otra caravana originada en Honduras.
Fuerzas combinadas del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional contuvieron en los límites con Guatemala a cientos de migrantes que intentaron cruzar sin autorización el río Suchiate.
Diversos medios de comunicación reportaron que al mediodía de ayer, lunes, unos 800 migrantes intentaron cruzar el río que divide a México y Guatemala, que actualmente está a su mínima capacidad.
Los centroamericanos comenzaron a cruzar caminando desde Tecún Umán, Guatemala, hasta llegar a territorio de Chiapas, en donde fue destacado un contingente del Instituto Nacional de Migración (INAMI) y de la Guardia Nacional.
De acuerdo con estas versiones, fueron los migrantes los que iniciaron la violencia al lanzar palos y piedras para después tratar de romper con empujones el cerco de las autoridades mexicanas.
Los elementos policiacos recurrieron a gases lacrimógenos para rechazar a los forasteros, muchos de los cuales se replegaron y regresaron hacia lado guatemalteco, sin embargo, sin embargo, una parte de ellos logró pasar hacia Ciudad Hidalgo, Chiapas. Las cifras varían y lo mismo se dice que fueron unas decenas y otras versiones hablan hasta de 400 migrantes que lograron colarse.
Los que pudieron sortear los cercos de seguridad caminaron por la carretera federal que conduce a Tapachula, pero seis kilómetros más adelante, a la altura de la comunidad Ignacio Zaragoza, municipio de Frontera Hidalgo, se encontraron con un nuevo retén.
Muchos de los migrantes, en su mayoría hondureños, huyeron entre matorrales y otros regresaron a la frontera. Extraoficialmente trascendió que poco más de 120 fueron “asegurados” y traslados en autobuses a la aduana de Ciudad Hidalgo para el registro correspondiente y para resolver su situación migratoria en el país.
Desde días antes, el gobierno federal mexicano advirtió que solamente se franquearía el paso a quienes hicieran sus trámites oficiales para permanente en territorio nacional, pero que no se permitiría el tránsito de quienes pretenden llegar hasta los Estados Unidos.
Por eso, gran parte de los integrantes de la Caravana permanece en la entrada a Ciudad Hidalgo, donde reciben atención de organizaciones y de funcionarios de la Secretaría de Bienestar para su registro en alguno de los programas sociales. Alrededor de 100 regresaron al albergue habilitado por el municipio de Ayutla, Guatemala.
Mientras tanto siguen las malas en materia económica.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo un cálculo acerca de las perspectivas de crecimiento para México en 2020, al pasar de 1.3 a 1.0 por ciento, por debajo del 1.3 por ciento estimado en octubre del año pasado y lejos del 1.9 por ciento previsto en julio de 2019.