Los líos de Morena
¬ Augusto Corro martes 21, Ene 2020Punto por punto
Augusto Corro
En el próximo año, 2021, se desarrollará una intensa actividad electoral en todo el país, pues se renovará la Cámara de Diputados y 13 gubernaturas.
Una competencia en la que las organizaciones políticas tendrán que empeñarse para obtener mayor número de legisladores.
Cabe preguntar si los partidos de oposición y también el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) se encuentran en condiciones de hacer un papel digno en esa contienda electoral.
Ojalá y así sea, porque de otra manera la lucha política continuará en la mediocridad, como se observa ahora.
Ni los llamados contrapesos políticos, tampoco Morena, se encuentran a la altura de los cambios que exige México.
Por ejemplo, el Partido Acción Nacional (PAN) y su dirigencia se encuentran perdidos, sin brújula. Se mueven estimulados por los errores del gobierno federal y su crítica es temporal.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) en vías de extinción, rara veces se escucha. ¿Alguien sabe a qué se dedica su líder Alejandro Moreno (a) “Amlito”?
¿Del Partido de la Revolución Democrática (PRD) tiene sentido hablar? Busca resucitar, pero más se hunde.
Ese es el escenario que se contempla para el 2021. Añádele las nuevas organizaciones que tendrán luz verde para presentarse como nuevos partidos políticos.
¿Y cuál será el papel de Morena que en el presente solo refleja una incertidumbre total? Pues esa institución tiene la oportunidad de reconfirmar su fuerza política, pues llevó a la presidencia de la República a su candidato.
Sin embargo, es la lucha interna la que tiene al partido guinda en camino al divisionismo. Las ambiciones políticas, personales o de grupos, obstaculizaron la elección de la nueva dirigencia.
Aunque son varios los grupos en pugna, los más significativos se encuentran representados por Yeidckol Polevnsky y Bertha Luján. La primera pretende continuar en la dirigencia, en el presente es presidenta interina del partido.
El pleito se agudizó entre las dos mujeres porque mientras que una busca que los nuevos liderazgos se designen en encuestas, la otra pretendía que fuera a través del voto directo.
De acuerdo con Bertha Luján, el próximo 26 de enero, el Congreso Extraordinario podría aprobar la convocatoria para definir la fecha para la renovación de las dirigencias del partido en todo el país.
Yeidckol Polevnsky dijo que será hasta mediados de año cuando el partido esté en condiciones de convocar a su congreso nacional electivo.
Los otros morenistas que desean la presidencia del partido son Mario Delgado, Alejandro Rojas y Horacio Duarte. Este último haría las veces de apaga fuegos.
El partido Morena se encuentra en apuros. El tiempo es su principal enemigo. De continuar su división interna, enfrentará una situación difícil, compleja, pues no podrá refrendar su poder como la principal fuerza política.
¿En esas condiciones cuantas gubernaturas y legislaturas ganaría? No olvidar que el gobierno federal necesita el apoyo de los legisladores para llevar a cabo sus proyectos políticos.
¿Podrán los dirigentes morenistas superar sus ambiciones personales y evitar que su organización política se divida como es tradición en los llamados partidos de izquierda? Ya lo veremos.
Nuevas leyes
El gobierno federal tendrá que mejorar su capacidad para enfrentar a la delincuencia. Como todo mundo sabe, México padece una espiral de violencia e inseguridad.
Las autoridades suponen que en un año la situación cambiará. Se ve difícil, casi imposible que eso suceda, por una simple y sencilla razón, son insuficientes los medios y recursos para lograrlo.
¿Cómo explicarse que más del noventa por ciento de los delitos no se esclarezcan? Que los criminales continúen libres sin responder por sus actos.
Es posible que el próximo mes de febrero, las autoridades promuevan iniciativas para reforzar los códigos penales para la aplicación de penas más severas contra los delincuentes.
Cabe señalar que en la lucha contra el narcotráfico, en nuestro país, no se cuentan con la protección debida para los jueces. Estos no se sienten tranquilos cuando tienen que penalizar a capos poderosos dueños de vidas y haciendas.
Claro, también tendría que pensarse en la creación de tribunales especiales para la atención de la narcodelincuencia. Esta forma de impartir justicia ya se practica en otros países.
También se necesita de leyes para exigir que los representantes de la ley cumplan con sus obligaciones. Que se castigue con penas severas el contubernio de funcionarios públicos que se coluden con la delincuencia organizada.
Son varios temas que deberán ser atendidos por las autoridades que buscan nuevas leyes para mejorar la impartición de la justicia.
Por cierto, en esas nuevas leyes penales deben estar presentes las sugerencias de la población, que de una u otra manera tiene la experiencia de soportar la inseguridad desde hace varios sexenios.
Ya es hora de intensificar la lucha contra la delincuencia con el gobierno apoyado en leyes más severas, claro, sin violar los derechos humanos. ¿Usted qué opina amable lector?