“Negrito en el arroz”, en comida del Presidente con gobernadores
Adriana Moreno Cordero miércoles 15, Ene 2020La Retaguardia
Adriana Moreno Cordero
- Buenrostro no quiere ser enemiga de los empresarios
Aunque se tomaron todos juntos y muy sonrientes la foto; con todo y que el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció como menú tamales de chipilín y “pejelagarto”; pese a que los integrantes de la Conago, se comprometieron con el Jefe del Ejecutivo a trabajar de manera conjunta, “con democracia y respeto a la pluralidad, por el bien del pueblo y de nuestra gran nación” como lo pusiera en sus redes el presidente, las diferencias persistieron y evidentemente afloraron en la comida que el mandatario les ofreció a los gobernadores.
Y “el negrito en el arroz”, aunque este cereal no se sirvió en la comida, tiene nombre, apellido y hasta siglas: el INSABI.
No solo a los oídos de López Obrador llegó la queja de que este Instituto que con tanto “bombo y platillo” anunciara el tabasqueño, tiene gravísimos errores que lo pueden llevar a su fracaso definitivo, amén de que es indudable también que el tema se ha politizado y el presidente lo ha tomado como bandera no solo para destruir al otrora Seguro Popular, -que tiene entre uno de sus creadores al exsecretario de Salud, Julio Frenk-, sino para enfrentarse a los gobernadores emanados del PAN.
Lo que todos se preguntan es por qué en el INSABI no hubo la menor planeación y si acaso se dio ésta, no fue con el tiempo necesario ni suficiente, porque el objetivo es haber logrado una transición sólida y que no generara el desastre en el que ha derivado el Instituto creado por López Obrador.
En cuestión de los dineros, el extinto Seguro Popular tenía destinados 72 mil quinientos millones de pesos y para este año, el INSABI apenas llegó a los 73 mil millones de pesos.
Lo que concluyen diversos analistas es que con este Instituto, se está a una abismal distancia de que México pueda contar con un sistema universal de seguridad social. La llamada cuarta transformación pretende atender a 99 millones de mexicanos con la necesidad de tener atención primero, segundo y tercer nivel, mientras que por su parte, el presidente López Obrador dice que con el tiempo, los servicios de salud serán gratuitos, pero ¿cuándo?
A los enfermos con padecimientos terminales no se les puede pedir paciencia; eso es algo que los funcionarios de la presente administración no entienden. Qué grave.
MUNICIONES
*** “El SAT está para servir a la ciudadanía no para perseguirla, no queremos que los empresarios nos perciban como enemigos”, esto lo dijo la nueva flamante titular del Sistema de Administración Tributaria, (SAT), Raquel Buenrostro Sánchez, que ayer visitó a los integrantes de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, que la ratificaron en su nueva responsabilidad pero, ¡oh sorpresa!, casi nadie le creyó, ni siquiera la totalidad de la bancada de Morena en esa instancia legislativa y por algo será; aun así, la funcionaria agregó que “el SAT no promueve ni promoverá jamás, el llamado terrorismo fiscal, no somos inquisidores de las clases medias y populares”. Bueno, si ya como Oficial Mayor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Buenrostro se hizo, a pulso, de una fama de retener los recursos nada más por sus “purititos” pantalones, no puede de repente cambiar y adueñarse del discurso de la llamada cuarta transformación, que por cierto, no pasa de ser solamente palabras sin ningún sentido. La titular del SAT saltó a la fama también porque, como se recordará, llegó a la SHCP como gente del equipo del exsecretario de Hacienda, Carlos Manuel Urzúa, pero cuando éste último no pudo más con las muchísimas diferencias con el presidente y renunció, desleal, como ya se vio que es, Raquel Buenrostro optó por quedarse, pero de que sigue siendo objeto de aversiones hasta dentro del gabinete lópezobradorista, las tiene. ¡Qué tal!
*** La Junta de Coordinación Política del Senado de la República que preside Ricardo Monreal Ávila, recibirá hoy el paquete de nueve iniciativas del Ejecutivo Federal, que buscan reformar el sistema de procuración y administración de justicia. Monreal confirmó el encuentro que habrá hoy entre los senadores y la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño; el consejero jurídico de la Presidencia de la República, Julio Scherer Ibarra y el titular de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz Manero. Detalló que los funcionarios federales presentarán a los legisladores las propuestas de modificación a la Constitución Política, a la Ley de Amparo, a la Ley Nacional de Ejecución Penal, a la Ley Nacional del Sistema Integral de Justicia para Adolescentes, a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. También se abordará lo referente Ley Nacional de Cultura y Justicia Cívica, al Código Penal Nacional, Código Nacional de Procedimientos Penales y a la Ley de la Fiscalía General de la República, que propone el Ejecutivo. El senador Monreal afirmó que con la recepción de las iniciativas inicia el proceso formal de su discusión legislativa e hizo un compromiso para buscar “un amplio consenso entre las fuerzas políticas, para dotar de instrumentos jurídicos, eficaces y respetuosos de los derechos humanos a las instancias de procuración de justicia”.
*** Hacia los inicios de su administración, el presidente López Obrador, ante la incapacidad de contestar con información veraz de dónde sacaría recursos para pagar los programas de compra de votos, ¡perdón!, de protección social que ha implementado, para todo, respondía, “ahora que vendamos el avión presidencial”. De nueva cuenta, la realidad se le plantó en la cara al tabasqueño y ayer el avión, el TP01, que utilizara durante su gestión el expresidente Enrique Peña Nieto, porque el expresidente Felipe Calderón nunca lo utilizó porque aún no estaba listo aunque él lo había comprado en noviembre del 2012 y se entregó hasta el 2016, se vino ahora sí que volando de regreso a tierras mexicanas, porque de plano, en Estados Unidos, -donde se pagaba un dineral por tenerlo estacionado-, nadie lo compró. Si tan solo lavarlo cuesta 100 mil pesos, pues ya podemos imaginar el resto de los altísimos costos, porque además, vale 130 millones de dólares. Y en lo que el Ejecutivo discurre cómo generará los dineros para pagar sus programas sociales que tanto le reditúan, ahora la tan llevada y traída aeronave, se vende como si fuera cualquier otro producto y curiosamente la propaganda que se le hace, raya en lo ridículo, sin embargo, efectivamente ahí se albergan hechos que forman parte de la historia reciente de México. Especialistas en el tema indican que es sumamente difícil venderlo.