A “tapar el pozo”
¬ Augusto Corro martes 14, Ene 2020Punto por punto
Augusto Corro
El hecho cruento en el Colegio Cervantes, de Torreón, provocó un impacto mayúsculo en la sociedad mexicana.
Como informamos en este espacio, José Ángel, de 11 años, mató a tiros a su maestra, María Assaf Medina, hirió a seis personas y se suicidó.
¿Pudo evitarse esa acción sangrienta registrada el viernes de la semana pasada?
Es difícil saberlo porque México vive, desde el 2006, una espiral de violencia incontenible que produce toda clase de crímenes.
A lo anterior debe agregarse el nulo interés de las autoridades para brindarle seguridad a la población más indefensa, como el caso de los niños que viven abandonados, huérfanos y pobres.
Menores de edad que reciben diariamente mensajes de hechos criminales y conductas que tratan de imitar.
Son muchas las causas que provocan tragedias como la registrada en el Colegio Cervantes. Una de ellas es la falta de políticas preventivas.
Por ejemplo, el asunto de la mochila segura funcionó unos días y luego ante la protesta de los padres de familia el asunto se olvidó.
Los interesados se quejaron porque no estaban conformes en revisar los objetos que cargaban los niños, pues se violaban sus derechos humanos.
Las balaceras cerca de las escuelas tampoco orillaron a las autoridades a plantearse a las autoridades a implementar planes de prevención para proteger la vida de los pequeños.
Todos recordamos aquél video en el que una maestra y sus alumnos cantaban para contrarrestar el nerviosismo que le provocó el ruido de la una balacera cercana.
Esa llamada de peligro debió presionar a los gobiernos de los tres niveles a aplicar medidas preventivas en todas las escuelas, para evitar acciones que lleguen del exterior o se produzcan en su interior.
Urge pues, que el gobierno federal revise la atención a los menores que, como ocurre con miles de mexicanos, son alcanzados por la violencia de la fallida guerra contra la delincuencia organizada.
Las armas de fuego
Las pistolas y los rifles de asalto se pueden conseguir en México, a pesar de la restricción que existe en el mercado.
Es importante el número de homicidios de niños y adolescentes en el país ocasionado por el uso de armas de fuego.
A nadie parece interesarle la desaparición de la venta ilegal de pistolas y rifles de alto poder.
¿Cómo es posible que hasta dos pistolas lleva el niño del crimen y suicidio del Colegio Cervantes?
Para nadie es un secreto que el contrabando de armas pasa por la porosa frontera de México-Estados Unidos; y que es la manera como los cárteles de la droga se fortalecen para enfrentar a los representantes de la ley.
Los funcionarios y políticos mexicanos son unos apasionados enemigos del contrabando de armas, pero en sus discursos.
En la realidad prometen a cada rato que ese delito terminará, pero no dicen cuando.
Las conductas antisociales
En algún momento empezaron a perderse los valores morales de nuestra sociedad. ¿Empezó el problema en el sexenio del presidente Felipe Calderón? Es posible.
Enfrentar una guerra sin estrategia trajo consecuencias graves en la vida de los mexicanos. No se tomaron en cuenta los efectos dañinos que provocarían los enfrentamientos de los representantes de la ley con el crimen organizado.
Como señalamos en este espacio, miles de niños y adolescentes sufrieron la muerte de sus padres. Huérfanos, sin protección, quedaron a merced de la delincuencia.
La conducta antisocial de los menores, por las causas que usted considere, empezó a los 13 años. Edad en la que los adolescentes necesitan mayor orientación de sus progenitores.
En esas condiciones, los menores, muchas veces empujados por la pobreza, se suman a la filas de la delincuencia, sin valorar el daño que se provocan.
Es muy necesario que se revisen, pues, las políticas de atención, a los niños y adolescentes para evitarles males mayores.