Tristeza y dolor
¬ Augusto Corro lunes 13, Ene 2020Punto por punto
Augusto Corro
¿Qué hacer cuando el infortunio golpea constantemente a la niñez mexicana? ¿Quién o quiénes son los responsables de las tragedias que afectan a los menores? ¿Los hechos cruentos son parte ya de la cotidianidad en la vida de los pequeños? ¿Los niños mexicanos se encuentran agobiados por la inseguridad?
Quizá nadie responda a estas preguntas cuyas respuestas nos podrían aclarar el panorama de violencia que tienen que soportar miles de niños víctimas de adultos insolentes e indiferentes al dolor humano, dedicados a los secuestros, violaciones y asesinatos.
El jueves de la semana pasada, en este espacio escribimos sobre la infancia y la adolescencia mexicanas que pasan por su peor momento. La Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) informó que mueren al día 3.6 niños y adolescentes a causa de la violencia.
Además son innumerables los casos en los que menores de edad son reclutados de manera forzada por el crimen organizado. Añadió que entre enero de 2015 y julio de 2019 se registraron tres mil 97 feminicidios en todo el país. Trescientos diecisiete de ellos entre la población de 0 a 17 años. Esto es que 1 de cada 10 feminicidios afecta a niñas y adolescentes.
Recalcó que 2019 cerró como un escenario muy complicado para la infancia y adolescencia en México, “en un contexto de invisibilidad y violencia”. También cabría preguntar que se hace para educar a la niñez olvidada por los padres, que se olvidan de sus responsabilidades con sus hijos.
Los menores crecen desorientados con la idea de asemejarse a los héroes de los videojuegos o las películas de “narcos”, que abundan en el mercado, sin control alguno. No olvidar que hay otros razones que estimulan a los menores a delinquir como es el de salir de la pobreza en que viven.
También hay quienes buscan imitar a los “narcos” en otras formas de vida donde muestran el machismo, como lo señalan personas relacionadas con el estudio de la conducta. Los niños, sin la madurez necesaria para enfrentar la problemática en una sociedad violenta, son las víctimas indefensas de los delincuentes y de sujetos sin escrúpulos.
Son miles de niños los que perdieron a sus padres en la guerra fallida contra la delincuencia organizada por el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa. Los menores quedaron huérfanos. Abandonados a su suerte. Lo mismo ocurrió con los pequeños con sus progenitores desaparecidos.
Todos esos sombríos nos remiten a lo ocurrido el viernes en la mañana en el Colegio Cervantes de Torreón Coahuila. Un chico de 11 años, José Ángel, mató a tiros a su maestra hirió a seis personas más y se suicidó.
El caso impactó a la opinión pública debido a la edad del protagonista de la tragedia. Ahora, las autoridades tendrán que investigar para saber qué fue lo que motivó al pequeño a actuar como sicario.
De lo poco se sabe es que el menor era huérfano de madre y vivía con sus abuelos. Según testigos, José Ángel no tenía carencias económicas. Cursaba el sexto año de primaria. Al iniciar las clases solicitó permiso para ir al baño. Se tardó y esto llevó a la maestra María Assaf Medina, “Miss Marrie” a ir a buscarle. Lo encontró y fue recibida a balazos.
Las agresiones masivas no son comunes en México como ocurre en Estados Unidos. Sin embargo, ya se registraron acciones violentas en colegios mexicanos. En esta ocasión impactó más el hecho, por la edad del protagonista. ¿Qué actitud asumirán las autoridades para evitar que estos casos de violencia se repitan? ¿Se creará un programa para proteger a la niñez? La educación de los menores no debe ir a la deriva.
Por cierto, las autoridades informaron que el menor José Ángel llevaba dos pistolas para realizar su plan. ¿Quién le proporcionó las armas? Es necesario señalar que Torreón fue convertido en un escenario sangriento por la lucha de cárteles de la droga que se disputaban la plaza.
¿Cómo secuela de aquellas acciones la población consiguió armas para defenderse? ¿Cómo es posible que José Ángel tuviera en su poder hasta dos pistolas? En fin, las autoridades tendrán que investigar a fondo el caso para conocer los detalles que orillaron al niño a conducirse con violencia.