El autismo predomina más en niños que en niñas
Elsa Rodríguez Osorio, Salud lunes 13, Ene 2020Cápsulas de la salud
Elsa Rodríguez Osorio
- Preservativos lo más seguro contra enfermedades de trasmisión sexual
Para una mejor atención al Trastorno del Espectro Autista, es recomendable que los padres estén atentos al desarrollo de su hijo durante los primeros 18 meses de edad, si esta afección se detecta de manera oportuna, serán mejor los resultados, afirma el doctor Miguel Ángel Jiménez Sanjuan, Jefe del Servicio de Higiene Mental de la Unidad Médica de Alta Especialidad del Hospital General del Centro Médico Nacional La Raza del IMSS, donde se ofrecen 2 tratamientos para atender el autismo: psicológico, que ayuda al niño a integrarse al mundo a través de estímulos-reacciones, acciones y respuestas. “Se trata que, de acuerdo a su edad, pueda acudir a una escuela normal, amarrarse las agujetas, abotonarse la camisa, que ponga atención y empiece a interactuar para que no se aísle”. El segundo tratamiento es farmacológico, y es de por vida, en él se usan neuro epilépticos y moduladores corticales que actúan como neurotransmisores del funcionamiento neuronal, lo que le permite al menor tener contacto y desarrollar el lenguaje. El autismo es un trastorno caracterizado por un grave déficit del desarrollo y de conductas repetitivas e inusuales. Los síntomas son: incapacidad de interacción social, aislamiento y movimientos incontrolados de alguna extremidad, por lo general las manos. En México tres de cada mil niños pueden desarrollar autismo. Señaló que el 20% de las consultas que se atienden es de niños con algún tipo de autismo, alrededor de 10 a 12 casos por mes. Este padecimiento, atendido en Higiene Mental está en los primeros 5 diagnósticos. En primer lugar, es el trastorno de déficit de atención; segundo, niños con daño orgánico cerebral; tercero, trastornos afectivos y de ansiedad, y en cuarto el autismo. “Cuando llegan a este Servicio se trata de que el pequeño pueda empezar a integrarse y a convivir. No es sencillo ni para los papás, ni para los especialistas porque el autismo no se cura; pero se ejercita su funcionalidad, hasta evolucionar a las cualidades que le permitan al niño realizar una vida lo más apegado a la normalidad”. Curioso: el autista no tiene problemas con la convivencia a través de la tecnología: llámese celular, computadora o Tablet. Esto se debe a que no son personas sino imágenes inertes que no transmiten emociones. El trastorno predomina más en niños que en niñas, de cada 4 varones una pequeña es autista. Su origen es desconocido, se cree que puede ser adquirido genéticamente o está asociado a alguna lesión.
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Usar métodos de barrera, como preservativos masculinos y femeninos, es la forma más segura de prevenir contagio y propagación de enfermedades de trasmisión sexual, afirmó el doctor Jaime Rafael Delgadillo Plascencia, jefe de área en la Coordinación de Atención Integral del Segundo Nivel del IMSS. Los factores de riesgo son múltiples, entre ellos tener varias parejas sexuales y las deficiencias en las técnicas de aseo. Es recomendable mantener una vida sexual segura, es decir con una sola pareja sexual, usando preservativo y fomentando el hábito de acudir al médico por lo menos cada 6 meses. El Seguro Social, a través del programa PREVENIMSS, ofrece acciones de cuidado y protección a los derechohabientes, con el objetivo de prevenir el contagio en adultos como en adolescentes que tienen vida sexual activa. Anualmente, el IMSS brinda un promedio de 500 mil consultas por enfermedades de transmisión sexual a nivel nacional, la mayor para hombres y mujeres a partir de los 20 años. Las enfermedades de transmisión sexual se adquieren a través de las relaciones sexuales sin protección, son causadas por virus, bacterias, hongos y otros gérmenes microscópicos. Una persona infectada puede propagar la enfermedad sin saber que la tiene, si no presentan síntomas la infección pasa desapercibida y las pueden presentar personas de cualquier edad y sexo, pero los adolescentes y adultos jóvenes son quienes están en mayor riesgo. Las más frecuentes son: vaginosis bacteriana, gonorrea, infección por clamidia, virus del papiloma humano, herpes genital, molusco contagioso, tricomoniasis, sífilis y el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH), Los síntomas a nivel local son: dolor, ardor o mal olor al orinar; flujo vaginal (Leucorrea), comezón, ardor, mal olor; dolor al momento de sostener relaciones sexuales; secreción purulenta en el pene; presencia de lesiones visibles en el pene o la vagina tales como úlceras, granos, verrugas; sangrado inter-menstrual y dolor testicular. También puede presentarse: fiebre, dolor de cabeza, fatiga, ganglios inflamados, dolor de garganta y erupción cutánea. Dependiendo del tipo de infección la mayoría de ellas son tratables si se detectan a tiempo y tienen remisión, excepto el VIH para el que no existe cura hasta el momento, sólo control.