Los reductos del PRI
Ramón Zurita Sahagún jueves 9, Ene 2020De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
De los pocos estados que no han probado la alternancia en las siglas del partido que los ha gobernado por más 90 años (PRI) se encuentran Campeche y Colima, cuya siguiente elección de gobernante será el año próximo.
De acuerdo con las tendencias actuales, la presente sería la última administración emanada del PRI, ya que sin importar el nombre de los contendientes, el partido tricolor sería perdedor por amplio margen.
Son cinco entidades del país las que nunca han tenido un gobernante surgido de un partido ajeno al PRI y ahora podrán experimentar conociendo la forma de accionar de otro organismo político.
De los cinco estados en los que el PRI ha mantenido hegemonía, en tres de ellos la elección será después del 2021, lo que les podría dar margen para intentar alguna acción que les permita conservar la administración estatal. Hidalgo Coahuila y Estado de México, realizarán comicios en 2022, el primero y 2023 los otros dos.
Sin embargo Campeche y Colima entran en la dinámica de los 14 confirmados, cuyos ciudadanos acudirán a las urnas en junio del año próximo, con un alto riesgo de convertirse en una nueva pérdida para el Revolucionario Institucional.
Los actuales gobernantes han realizado una estupenda labor para que su partido siga hundido en el profundo hoyo en que fue sepultado en los comicios presidenciales del año pasado.
En Colima gobierna José Ignacio Peralta Sánchez, un economista que resultó una amarga decepción para los colimenses, con todo y la popularidad adquirida como alcalde de la capital del estado. Resultó electo en dos ocasiones, aunque en la primera en forma dudosa por una magra diferencia de 500 votos, que llevó a que la elección fuese anulada.
Antes de ser candidato al gobierno estatal, Peralta Sánchez había sido propuesto como candidato al Senado de la República, posición que le fue canjeada por la de subsecretario de Comunicaciones y Transportes, de la que saltó a la candidatura al gobierno estatal, en medio de fuertes críticas y señalamientos de probable corrupción.
Colima es una entidad que se ha resistido al cambio de siglas, aunque en un par de ocasiones, los comicios para gobernador han sido anulados, debido a sus resultados fraudulentos o sospechosos y en una más tuvieron otra elección extraordinaria, debido a la muerte del gobernador en turno.
En Campeche el PRI se enseñorea y el actual presidente nacional del tricolor es el gobernador con licencia de esa entidad, por lo que se considera que Alejandro Rafael Moreno Cárdenas (“Alito”), hará todo lo posible para mantener la entidad.
El pero que hay es que “Alito” estará demasiado entretenido con los comicios en 14 estados, además de la elección de la Cámara de Diputados y un sinfín de alcaldías y Congresos estatales, como para operar personalmente en Campeche, por lo que el paquete le quedará al gobernador sustituto, Carlos Miguel Aysa González, quien desconoce las tareas.
Aysa González se encuentra más vinculado al ámbito policíaco y procuración de Justicia y en el gobierno estatal parece no ajustarse. Él participó y fue derrotado en los comicios de 2015 (donde fue elegido “Alito”) como candidato al ayuntamiento de Palizada un pequeño poblado del estado, de cinco mil habitantes y fue recuperado por el gobernador designándolo secretario de Gobierno, en lo que representó un gran salto a las alturas.
Por lo pronto, las encuestas no respaldan a ninguno y las acciones de Peralta y de Aysa confirman el salto al vacío del priismo de Colima y Campeche.