Genaro García Luna busca evitar juicio
¬ Augusto Corro miércoles 8, Ene 2020Punto por punto
Augusto Corro
El exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna negocia con autoridades de Estados Unidos para evitar ser enjuiciado.
El exfuncionario se encuentra preso en una cárcel de EU acusado por delitos relacionados con el narcotráfico y falsedad de declaraciones a autoridades migratorias.
La manera de aplicar la justicia en el vecino país permite al inculpado negociar su situación para salir lo menos afectado en el juicio.
Las negociaciones que beneficiarían a García Luna se iniciaron el pasado 3 de enero, fecha en que se declaró “no culpable” de los cargos que le imputan.
De ser declarado culpable, García Luna enfrentaría una sentencia mínima de 10 años y máxima de cadena perpetua.
El exfuncionario García Luna tuvo una amplia participación en la lucha contra la delincuencia organizada desde el sexenio del expresidente Vicente Fox.
Durante la administración de Felipe Calderón Hinojosa fue el “cerebro” en la lucha contra los cárteles de la droga. Según se dijo, era el “hombre de confianza” del michoacano.
Y precisamente las autoridades estadounidenses acusan a García Luna de recibir sobornos millonarios por parte del Cártel de Sinaloa para proteger sus actividades criminales.
De obtener beneficios en las negociaciones para no ser enjuiciado, de todas maneras, el exsecretario de Seguridad Pública tendrá que pagar de alguna forma sus delitos.
Seguramente se conocerán en qué términos se efectúan las negociaciones para evitar el juicio.
Ante esa situación surge la pregunta sobre lo que ocurrirá con los cómplices de García Luna en sus actividades delincuenciales.
¿El expresidente Calderón no sabía nada de la conducta ilegal de su subordinado encargado de combatir a la delincuencia organizada?
¿Serán enjuiciados los colaboradores de García Luna, presuntamente implicados en la protección a los narcos? Son varias las personas cercanas al exfuncionario que son investigadas en México.
Como se ve, el asunto de García Luna apenas empieza a escribirse y no dude usted, amable lector, que se conocerá quien o quienes ayudaron al exfuncionario, ahora detenido, a cometer sus delitos.
Estaremos pendientes, pues, de lo que “cantará” (confesará) el colaborador “consentido” de Calderón en las negociaciones con las autoridades estadounidenses, para no ser enjuiciado.
García Luna fue detenido en Grapevine, Texas, el 10 de diciembre.
Cifras de horror
Es espeluznante el número de personas desaparecidas en México.
Las cifras del horror nos indican lo siguiente:
“En el país hay 61 mil 637 personas desaparecidas, 97 por ciento son de 2006 a la fecha y el resto entre ese año y 1964”.
De las 147 personas que fueron denunciadas como no localizadas (a partir de 1964), cinco mil 103 fueron halladas muertas y 80 mil 293 vivas.
Con esta información es suficiente para conocer el grado de descomposición social en que se encuentra México.
Si a los números de desaparecidos se suma la cuenta de los secuestros y asesinatos, nos lleva a pensar que vivimos en una escalada de violencia incontenible.
Y por eso mismo, no quitamos el dedo del renglón sobre esta materia y siempre planteamos la necesidad de que las autoridades de los tres niveles: municipal, estatal y federal se empeñen más en la lucha contra la delincuencia organizada o no.
El caso de las personas desaparecidas multiplica el dolor de los familiares de las víctimas. Primero tienen que enfrentar la ausencia inesperada de su pariente, padre, madre, hijos, etc., y luego emprender el vía crucis de la búsqueda.
En esas condiciones tiene acudir a solicitar ayuda a las autoridades para localizar a las personas desaparecidas; pero la respuesta de los representantes de la ley es de indiferencia.
Los familiares de las víctimas tienen que participar en la localización de fosas clandestinas y después en la identificación de los restos humanos. Tareas ingratas que tienen que realizar quienes buscan a sus parientes.
Las autoridades mexicanas deben dedicarse con el mayor de sus esfuerzos a terminar con la desaparición de personas que tanto daño y dolor siembran en la sociedad urgida de paz y seguridad.