Ex presidentes idiotas
Freddy Sánchez martes 7, Ene 2020Precios y desprecios
Freddy Sánchez
Qué regalos habrán recibido de los Reyes Magos nuestros políticos. En especial los ex presidentes, que terminaron el año pasado bajo el fuego graneado de las críticas más lapidarias.
Desde que “el Jefe” Diego reprochó a Calderón mostrarse ajeno y extrañado por lo que supuestamente hizo Genaro García Luna, coludiéndose con narcotraficantes en los sexenios de Fox y su sucesor, los epítetos para descalificar las gestiones de los panistas no han bajado de tono.
Quizás los denuestos recibidos por Manuel Bartlett, en una especie de réplica o represalias ante las acusaciones denigratorias para las figuras presidenciales panistas, en cierta medida se emparejaron a la embestida contra Fox y Calderón.
Ahora que la verdad, todo lo expuesto se ha quedado en ataques verbales y no parece que se haya dado paso a ninguna clase de acciones legales que pongan bajo la “mira de la justicia” a los abanderados de Acción Nacional, que ocuparon la silla presidencial.
Y es que, obviamente, los que acusan no han sido capaces de probar nada de lo que se dice contra Fox, Calderón, Peña Nieto y diversos ex funcionarios de aquellos sexenios, (en contraposición a los dichos acusatorios para el señor Bartlett), siendo por ello que, todo eso que se especula en los medios de comunicación y en las redes sociales se ha convertido en una grotesca galería de las presuntas corruptelas al más alto nivel de la política en México.
De tal suerte que como dice un dicho: calumnia que algo queda.
Lo cual es inevitable, no obstante que los acusados hayan podido ser víctimas de calumnias, y en todo caso, su reputación social como quiera que sea sufrió un notable deterioro porque a mucha gente poco le importa corroborar si lo mal que hablan de los políticos, es cierto o falso.
En el ánimo colectivo predomina la creencia de que entre los servidores públicos, la honestidad es la excepción de la regla. Andrés Manuel ha dicho que la corrupción descarada del pasado, es la causa. Aunque, aclarando que esta inmoralidad ya no se da en “la Cuarta Trasformación”.
Lo que no sólo millones de compatriotas que lo apoyan, le creen, sino también otros connacionales que han sido cautivados por las acciones institucionales en proceso, mostrándose dispuestos a dar por cierto que los funcionarios actuales no son iguales a los que estuvieron antes en esos cargos, pero a pesar de la buena fe en el gobierno en turno, (de tantísima gente), es indispensable convencer a todos los mexicanos de que nadie en el poder, actualmente, es un corrupto y tampoco que lo haya sido en el pasado.
En ese aspecto, valdría la pena que el señor Bartlett, exonerado por las autoridades competentes, en relación a posibles actos de deshonestidad en su trayectoria pública anterior, procediera voluntariamente a explicar cómo es que la dama que ha sido su pareja de muchos años, adquirió y tiene a su nombre un cúmulo de propiedades.
Con ese acto espontaneo, lógicamente, se les “tapara la boca” a los que se han encargado de ironizar, diciendo que mientras al Director de la Comisión Federal de Electricidad, se le otorgó la “gracia” de que los bienes materiales en poder de sus cercanos, recibieran “el agua bendita” que los libera de cualquier sospecha de corrupción, en el caso de Genaro García Luna, no solo se investiga el origen de su patrimonio personal, sino el de su parentela y de proseguir las pesquisas podría darse la búsqueda de pruebas de corrupción indagando la conducta de su servidumbre y hasta de sus animales domésticos.
De modo pues que, en materia de justicia, es preciso que exista firme voluntad de aplicar escrupulosamente la ley, sin distingos ni sesgos, lo que obliga a dar amplias muestras de rectitud en el presente para combatir implacablemente todo acto de corrupción, puesto que no basta decir que si la corrupción prevaleció en México durante varios sexenios, eso se debió a que en el primer plano del gobierno se tuvo a individuos descaradamente corruptos ante lo que pudo ser la conducta omisa e irresponsable de ex presidentes idiotas.