Peligro de guerra
Armando Ríos Ruiz lunes 6, Ene 2020Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
La historia no avanza de forma lineal empujada por el progreso, sino en ciclos que se repiten, señaló el filósofo Giambattista Vico, hace casi dos siglos. Coincide en cierta forma con él, aunque con diferencias marcadas, Federico Nietzsche, en su Teoría del Eterno Retorno, en la que expone que la historia es repetitiva.
Los países del Medio Oriente parecen haber inspirado a los dos pensadores. Nacieron en la guerra; han sido destruidos y han vuelto a levantarse sinnúmero de veces, como el Ave Fénix. Gran parte de su cultura (¿o incultura?) es bélica. Se han movido desde siempre en contra de países y pensamientos que consideran contrarios a sus convicciones, sin reparar en tamaños y con una memoria que no fenece.
El viernes pasado, Irán fue sorprendido por la tecnología guerrera más moderna. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó un ataque contra uno de los hombres más poderosos de esa tierra llena de historia, con un dron que le causó la muerte junto a otras nueve víctimas.
El cuerpo del general Qasem Soleimani quedó sin vida por un tiro de precisión hecho desde el aparato aéreo. Lideraba el ala de operaciones exteriores de la Guardia Revolucionaria, denominada Fuerza Quds. El Pentágono dijo que el ataque tenía ánimo “disuasorio” y acusó a Soleimani de planear futuras embestidas contra diplomáticos estadounidenses.
Muchos opinan que Trump no supo a quién asesinó su dron, sino hasta después de ocurridos los hechos, tras los cuales, el Vicepresidente de la Unión Americana, Mike Pence, aseveró que el líder Solemaini había planeado utilizar a un sicario de los narcos mexicanos del grupo Los Zetas, experto en bombas, para volar varias embajadas israelíes y asesinar al embajador de Arabia Saudita en Estados Unidos
La reacción del pueblo iraní fue inmediata. Condenó a muerte a los Estados Unidos y a su Presidente. Éste reaccionó de la misma forma y amenazó con Activar la mortal maquinaria de guerra y poner en su lugar a su rival. El hecho ha sido visto por muchos como el posible inicio de una conflagración mundial, ya que otros países reaccionaron en contra de la decisión del mandatario estadounidense.
La acción fue condenada en manifestaciones callejeras por muchos ciudadanos norteamericanos y por miembros del Congreso. Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes no está equivocada cuando asevera que puede provocar una escalada de violencia y que el ataque fue hecho sin autorización.
Nada más cierto. Seguramente, los iraníes aguantarán las agresiones en su país, pero no dejarán de concebir la venganza como necesidad que no desaparecerá de la mente de sus habitantes durante muchos años, quién sabe cuántos y que habrá de ejecutarse inclusive en Estados Unidos, por grupos pequeños decididos, sin duda, a sacrificar su vida.
Muchos también opinan que la decisión adoptada por Trump, obedece, más que a salvaguardar vidas de sus connacionales, a un acto de campaña para asegurar su reelección en la resolución de grupos radicales de su poderosa nación, que prefieren la mano ultra dura de su mandatario, contra otros países considerados inferiores.
Nada es imposible en las aspiraciones de los políticos, que reaccionan de manera similar en todas las latitudes del planeta, en aras de realizar sus pretensiones y de alcanzar los cargos anhelados, máxime cuando se trata del poder más grande en un país.
Mientras tanto, los países cercanos al belicoso del norte, como México, habrán de permanecer a la expectativa y “sin involucrarse”. Al fin y al cabo no es nuestra guerra.