México necesita un crecimiento más fuerte
Luis Muñoz viernes 20, Dic 2019Segunda vuelta
Luis Muñoz
De acuerdo con un estudio de la OCDE, México es uno de los países de la organización que más reformas ha promovido en los últimos años. Algunas ya han comenzado a dar resultados y, sin embargo, después de decenas de reformas, el crecimiento de la economía mexicana sigue siendo débil y poco incluyente.
México sigue teniendo el PIB per cápita más bajo y los niveles de pobreza más altos de la OCDE. La brecha en el nivel de vida respecto a otros países más ricos se ha venido reduciendo, pero el avance ha sido muy lento, afectado por bajos niveles de productividad, bajos niveles educativos y altos niveles de pobreza y desigualdad.
Las desigualdades en los ingresos de los mexicanos son enormes: el ingreso promedio del 20% más rico es 10.3 veces mayor que el del 20% más pobre. Estas desigualdades también se manifiestan en las grandes brechas regionales que dividen al país. Por ejemplo, mientras que en Nuevo León la tasa de pobreza es de menos de 20%, esta supera el 60% en estados como Veracruz, Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
Otras de las debilidades de la economía mexicana son los altos niveles de informalidad laboral, que afectan a cerca de 60% de los mexicanos. Los trabajadores informales no tienen seguro social, no cotizan para una pensión y no tienen derecho a licencia por maternidad o paternidad.
Los grandes desafíos en materia de salud también representan un obstáculo para el desarrollo del país. México tiene uno de los peores desempeños de la OCDE en cobertura sanitaria, esperanza de vida, mortalidad por enfermedades cardiovasculares, obesidad y diabetes infantil. El reducido gasto público en salud y los altos gastos de bolsillo de los particulares generan desigualdad en el acceso a servicios de calidad. A pesar de los avances, el sistema sigue estando sumamente fragmentado, con un gasto concentrado en los estados más ricos y las zonas urbanas.
Esto está conectado con el enorme desafío de las pensiones. Si bien las reformas de 1997 y 2007 contribuyeron a mejorar la capacidad de financiar las pensiones, se ha permitido a los trabajadores de la llamada “generación transición” elegir si pasan al régimen de contribuciones definidas o si permanecen en el sistema de reparto Pay-As-You-Go (PAYGO), lo que ejercerá gran presión sobre el presupuesto a partir de 2030, cuando estos trabajadores se comiencen a jubilar (con pensiones muy precarias).
El problema es aritmético, si solo se contribuye con el 6.5% de los salarios, la pensión solo cubriría el 25% del último sueldo, aun suponiendo que el trabajador pagó su contribución completa durante toda su carrera. Agreguemos a ese problema el tema de la informalidad, y tenemos un peligro inminente: viejos pobres. Las posibles soluciones pueden incluir: aumentar las contribuciones cuando menos al doble (idealmente al triple), prolongar la edad de retiro, o una combinación de ambas. Combinar los recursos de las Afores con los de Infonavit podría también atenuar el déficit.
Finalmente, el estudio destaca otro factor clave que frena el desarrollo del país: la baja participación laboral de las mujeres mexicanas. Si bien esta participación ha aumentado sustantivamente en los últimos años (de 36% en 1990 a 47% en 2017), sigue siendo la segunda más baja de la OCDE y es significativamente menor que la de los hombres (de 82%).
Para hacer frente a estos y otros desafíos, el Estudio Económico de México que hoy presentamos identifica una serie de áreas prioritarias y plantea recomendaciones concretas para promover un crecimiento más incluyente. Por ejemplo, México puede mejorar significativamente su política fiscal para hacerla más progresiva. El estudio argumenta que se puede incrementar la relación impuestos-PIB de manera más incluyente ampliando la base impositiva, fortaleciendo el combate a la evasión fiscal, y reforzando la capacidad de las administraciones fiscales a nivel federal y estatal. También es importante reducir las exenciones en el ISR, elevar el impuesto predial, reducir las exenciones y los subsidios en el impuesto estatal sobre vehículos de motor y elevar la eficiencia de la recaudación del impuesto estatal sobre la nómina. México también tiene que mejorar su productividad. El informe recomienda implementar una estrategia global de promoción de la productividad que contribuya a aumentar la competencia, mejorar la competitividad y la formalidad de las empresas mexicanas, resolver los cuellos de botella en infraestructura y elevar la calidad de la educación para todos.Mejorar la calidad y equidad de la educación es crucial para México. El estudio recomienda que el gasto en educación se concentre en la primera infancia, la pre-primaria, la primaria y la secundaria. Y ponemos el acento en el cuidado y la educación de la primera infancia, porque es determinante para el desarrollo educativo de cualquier ser humano, pero también porque permitiría aumentar la participación de las madres en el mercado laboral.