La 4T volvió a entregar al país a los millonarios de siempre
Francisco Rodríguez lunes 16, Dic 2019Índice político
Francisco Rodríguez
Cuando las obsesiones y las compulsiones se hacen crónicas, se llega a la neurosis colectiva. Y esta puede transformar el entorno en un país invivible dentro de un fanatismo obsesivo compulsivo. La necesidad de rescatar a la sociedad de la desigualdad brutal en que se encuentra produce una confrontación que debe atenuarse.
Alrededor del conflicto de poder actual, se han definido dos tipos de fanáticos: 1) los que promueven la defensa de los privilegios del pasado inmediato, y 2) quienes creen que luchan contra ellos. Ambos entrampados en el garlito de la transparencia, en la inacción contra la estabilidad del país.
De los dos bandos, el que tiene los objetivos y las banderas perfectamente definidos es el primero, el que lucha por su conservación, pues en el segundo bando existe demasiado engaño, mucha ignorancia y, desgraciadamente, una manipulación exagerada desde el poder gubernamental que llega al extremo de confundirlos.
No se sabe ya quién es quién. La inverecundia ha hecho presa de ambos. Demasiadas veces, los fanáticos del cambio no saben ni por qué ni para qué luchan, toda vez que a diario se demuestra que las viejas oligarquías ganan terreno cada vez más. Nunca se han ido, y siguen partiendo el bacalao, hablando en términos navideños.
La oligarquía del neoliberalismo es la secta imperante en todos los programas relevantes de obras de infraestructura, contratación para justificar programas sociales y loas en público de parte del Caudillo. Como ninguna buena fe se ha comprobado, tenemos que pasar los días observando los despropósitos del nuevo régimen.
Los fanáticos de la línea roja, del sector duro, se han reducido a meros espectadores del show mediático, muchas veces acompañando en minoría a los sectores rojos provenientes del underground. Son cada vez muchos más los miles de acarreados que traen desde las periferias y provincias circundantes que los muy pocos que acuden por sus propios medios.
Dígalo si no, el amlofest del Zócalo, con motivo del primer aniversario del arribo de Morena al poder formal. De los cuarenta mil asistentes al evento, costosísimo desde el ángulo que quiera verse, la mitad venía en los camiones provenientes de los estados avasallados y comprometidos. De la otra mitad, la tercera parte era de los suburbios de Ciudad de México, más los acarreados que pudo llevar el Sindicato Nacional de Trabajadores…
… de la Educación, facción Cepeda, y sólo la parte sobrante, unas cinco o diez mil personas llegaron por su propio pie. Ponga usted, diez mil asistentes absolutamente convencidos de la necesidad de su presencia. Una verdadera minoría en relación con lo presumido. Quien diga lo contrario no sabe de lo que está hablando.
Entre estas diez mil personas que llegaron en Metro o transporte público normal, no todo es trigo limpio. Muchos de ellos están en la nómina de la Cuarta Transformación o participan indirectamente en negocios relacionados con el régimen. Son los pensantes. Lo demás, es simplemente relleno.
Sin embargo, a pesar de que la movilización social está haciendo agua, siguen atizándose las obsesiones y las compulsiones, como si las reglas democráticas no señalaran que una vez obtenido el poder, se debe gobernar para todos, sin exclusivismos, hostilidades ni discriminaciones. Menos con confrontaciones que pueden llevar al callejón sin salida de la lucha civil armada. A muchos podrá sonar ridículo o hasta exagerado el planteamiento…
… pero viéndolo bien, dentro de los sectores desplazados del Ejército y de las policías federales y preventivas, hay demasiada gente que se quedó chillando en la loma de la indigencia… y, lo peor, es que están armados, con el mismo arsenal que aprendieron a manejar con destreza. Para cada roto, un descosido.
Los presupuestos de los programas que deberían dedicarse a jóvenes y a población vulnerable siguen siendo aprovechados para fines partidistas. Esto puede ser más que un timo, es una verdadera pendejada. Como no existen reglas de operación, ni padrones depurados de beneficiarios, aquello es Jauja para los “ganónes”.
Pero los llamados despectivamente por el propio Caudillo «chairos», están dispuestos desde su inconsciencia a seguir muriéndose en la raya, hasta donde el iluminado diga. Sin saber en qué callejón están metidos. Sin poder imaginar que el país está siendo destruido a ciencia y paciencia de los fanáticos.
La oligarquía sigue inmovible, recuperando espacios de acción donde se pueda. De las mil setecientas obras de arte prometidas por el vicepresidente y gran capitán del salinismo – “atracomulquismo”, Carlos Slim, sólo quedaban hasta hace unos días sólo 147 para los próximos años.
Hoy son sólo diecisiete, pues no se puede más, aunque el dinero vaya a salir del presupuesto para que lo aplique un grupito de mercachifles que no pueden ofrecer ni reparto equitativo, ni distribución de la riqueza, ni mucho menos reactivación del mercado interno.
Es una simple jalada de millonarios, ayer adversarios, hoy héroes de la patria y de la Cuarta Transformación. No creo que hubiera un amlover que, al saberlo, no recapacitara. Lo mismo pasaría si supieran que gracias a esa obtusa preferencia, la confianza de los causantes, de los pequeños y medianos empresarios que crean empleos y de los cautivos que luchan también por sobrevivir sigue en naufragio.
A ningún amlover convencerían los números de la economía. La baja del producto nacional bruto, del crecimiento a ceros o a menos ceros durante casi todo el sexenio predecible, del número de ajusticiados en el país por la delincuencia organizada y protegida, ni la pérdida bestial de los empleos en la Cuarta Transformación.
Porque, desafortunadamente para ellos, dos más dos siguen siendo cuatro. Y ningún otro dato puede descalificar las cuentas que sacan todos los que de esto saben. A ninguno convencería que el Tren Maya fuera a ser financiado en el noventa por ciento con nuestros impuestos.
Los empresarios neoliberales, auténticos consentidos, la oligarquía del pasado y del presente, van a lo suyo: construirán, si es que les dan el dinero público, aeropuertos y carreteras, los viejos negocios de la explotación. Nadie se meterá en honduras. Todos recordarán el viejo consejo del demiurgo tlacotalpeño, Picho Seco: no te avientes que está hondo.
Cualquier amlover que se respete deme recordar la sentencia de Karl Marx: el capital es un animal miedoso. Por eso es el capital.
Y más lo es cuando goza de la protección y los halagos del poder, incapaz de remendar la plana.
¿No cree usted?
Índice Flamígero: Hoy por hoy, pero solamente hoy, lo único que nos une a los mexicanos es la condena generalizada a Felipe Calderón y a la corrupción que costó la vida a cientos de miles de mexicanos con su estúpida “guerra” al narcotráfico que, se comprueba, fue un negocio criminal en el que se embarcaron él y su alfil Genaro García Luna. + + + Sobre este y otros temas de la semana anterior escribe, desde Torreón, Coahuila, don Miguel Ramírez: “Carambola de dos bandas fue lo que ocasionó la detención de Genaro García Luna. Si bien lo declarado por un delincuente, en este caso El Rey Zambada, como parte del juicio que se le lleva fue lo que motivó la aprehensión de Genaro, no debe aceptarse inmediatamente como un hecho real ya que diversas razones lo pudieron originar. Por cierto, lo que más se recordó de García Luna fue el montaje que hizo para presentar la aprehensión de Florence Cassez, en el que participó Carlos Loret de Mola, ahora crítico contumaz de López Obrador y quien no ha hecho ni la más mínima referencia de ello, aunque si lo hace no sería raro que dijera que lo engañaron como a una quinceañera. Por lo pronto, ya dañó a Felipe Calderón y a su esposa, quienes están tratando de formar el partido político México Libre. La otra parte afectada fue el PAN, al que perteneció Calderón cuando fue presidente de México, y cuyo dirigente está buscando que tanto los Calderón-Zavala como Vicente Fox regresen a esta organización… El libro El Traidor, de Anabel Hernández, publicado recientemente, versa sobre el tema del narcotráfico, y tiene como base lo dicho por Vicente Zambada, El Vicentillo, a su abogado y que éste comunicó a Anabel. Según lo afirmado por El Vicentillo, El Chapo Guzmán y El Mayo Zambada entregaron cantidades millonarias de dólares a Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, cuando ocuparon la silla presidencial, para que les facilitaran sus actividades delincuenciales. Las declaraciones de El Rey Zambada y las de El Vicentillo concuerdan perfectamente… Se firmó el T-MEC que representará un gran avance para México. La oposición a AMLO declaró que ahora López Obrador había cedido a EU más de lo que Santa Anna hizo en el siglo 19. Así se las gasta esta gente…Y por último está el asunto del embajador de México en Argentina, que salió de una librería sin pagar un libro cuyo precio es el equivalente a 200 pesotes mexicanos. Como era de esperarse, los enemigos de AMLO hicieron gran alharaca por esto y calificaron a nuestro embajador como el peor de los hampones. Obviamente, lo que realmente pudo haber sucedido es que el embajador, por una distracción propia de su edad, salió del local sin liquidar lo que se llevaba.”
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