Gato encerrado
Alberto Vieyra G. viernes 13, Dic 2019De pe a pa
Alberto Vieyra G.
¿Cuál fue la razón por la que el lunático Donald Trump le perdonó la vida al gobierno de AMLO para no clasificar a las organizaciones criminales mexicanas como terroristas? ¿Qué cedió López Obrador a cambio de las presiones de la bestia trumpiana y que llevaron al presidente mexicano a quedar atrapado en el proceso electoral norteamericano? Veamos:
En círculos del gran poder político de México se habla en voz baja… de los inconfesables acuerdos entre AMLO y Donald Trump. Se jura y perjura que el primer pedido del gobierno de los “yunaites” fue echar de México a la brevedad posible al dictadorzuelo y delincuente electoral boliviano, Evo Morales, quien había utilizado a México para desestabilizar y matar de hambre a los bolivianos, bajo la tutela y complicidad de AMLO, asunto que Estados Unidos amenazó con detonar en el plano internacional el intervencionismo mexicano.
Hoy, Evo Morales ya está en Argentina, donde se dice estar más a gusto que en México. Ante la exigencia “gringa”, AMLO no tuvo mas remedio que pedirle a Evo Morales que hiciera maletas y salir de México con la mayor discreción posible, diciendo que iría a Cuba para atenderse de algunos problemas de salud y que de ahí viajaría con destino a Argentina, donde llegó este 12 de diciembre como refugiado y bajo la advertencia de que no podrá hacer política, ni agitar la desestabilización social en Bolivia. La realidad es que Estados Unidos no toleró que un comunista gozara de hospitalidad en el patio trasero de La Casa Blanca, pues históricamente el socialismo y el comunismo han sido veneno puro contra el imperio capitalista del mal.
El otro asunto con el que Donald Trump doblegó a López Obrador fue muy simple: El T-MEC que ya había sido negociado y firmado precisamente en Argentina el 31 de noviembre del año pasado por las 3 naciones, pero Donald Trump encontró inmejorable oportunidad para llevar agua a su molino reabriendo el tratado comercial que obligará a México a permitir que inspectores gringos intervengan en las empresas mexicanas que incumplan con las leyes laborales, asunto que dividió al empresariado mexicano porque no se les permitió figurar en las sospechosas negociaciones en lo obscurito desde el llamado “cuarto de junto”. Pero, además, AMLO se vería obligado a aceptar que de manera encubierta y sigilosa se desplacen por todo México cientos o quizá miles de policías encubiertos del FBI, la DEA, la CIA y otros organismos de inteligencia norteamericana para ubicar a los jefes de las mafias criminales para hacer que el gobierno de AMLO los someta a balazos y no con abrazos.
El propio AMLO ha insistido en que hará valer la soberanía de México, una retórica propia de los gobiernos populistas y de la izquierda socialista y comunista, pero la realidad es que la globalización imperial ha borrado de manera silenciosa fronteras y términos como patria, independencia, soberanía, etcétera.
No hay duda de que tanto, republicanos, a través de Donald Trump, como demócratas, encabezados por la poderosa Nancy Pelosi, sometieron a AMLO que resultó más entreguista que muchos lacayos gobernantes que le antecedieron y la prueba mas irrefutable es que el Presidente azteca maniobró violando la Constitución para que el Congreso mexicano le aprobara su pomposa Guardia Nacional, de la cual el 60 por ciento la puso a las órdenes de Donald Trump para contener la oleada migratoria de Centroamérica, no sólo en la frontera con Guatemala, sino en la frontera del Río Bravo.
Los estudiosos no dudan que más de 35 mil elementos de la Guardia Nacional realizan hoy las funciones del repudiado muro que Donald Trump intentaba construir en la frontera con México, según él para contener a los criminales y a “la basura del mundo”, como catalogó a los mexicanos. La Guardia Nacional fue creada para enfrentar a mafias criminales, pero Donald Trump sometió a López Obrador, convertido hoy en un lacayo más de los Estados Unidos.
Ya vio usted que más temprano que tarde tenía que salir el gato encerrado.