Aprenda a cerrar la boca
¬ Salvador Estrada jueves 12, Dic 2019Folclor urbano
Salvador Estrada
Los capitalinos estamos enfermos y no sabemos nuestro mal, porque no acostumbramos acudir al doctor con cierta periodicidad a fin de conocer nuestra salud.
Dos de nuestros males se originan porque no hemos aprendido a cerrar la boca cuando nos ataque la glotonería y a no tener fuerza de voluntad para negarse a beber en demasía.
Tener la boca cerrada para no comer de más, sobre todo comida “chatarra”, es lo que nos enferma a la larga. Esos alimentos nos llevan a aumentar de peso, a ser obesos y acabar “hecho un cerdo” porque los tacos grasosos, y todos sus derivados, sopes, tostadas, quesadillas y huaraches tienen demasiados carbohidratos y el aceite en el que los fríen, nos parte toda la… mazorca.
El aumento de peso, según los médicos, nos lleva a la diabetes y si no se detecta a tiempo existe el peligro de que dañe la vista, las extremidades y también puede causar problemas cardiacos.
Si se aplicara el refrán “en boca cerrada no entran moscas” ni alimentos chatarra, evitaríamos comer “tanto alimento graso” y si hacemos ejercicio y consultamos al doctor podemos tener nuestro peso ideal y recuperar la figura.
Un ejemplo del abuso de comer es la tabla que da a conocer la Secretaría de Salud. Las mujeres con sobrepeso y obesidad pasaron del 73 por ciento, en 2012, a 76 por ciento, en 2018. Y los hombres creció de 69 por ciento a 73 por ciento, en el mismo periodo.
Las muertes por enfermedades crónicas están relacionadas con problemas de una mala alimentación, el uso excesivo de azúcar, sal, grasas y calóricos. Por no cerrar la boca a tiempo. El otro mal, que lleva a la muerte, es el consumo del alcohol, ingesta que ha aumentado entre la población femenil, de 20 años en adelante, de 41 por ciento, en 2012, a 2018, pasó a 49 por ciento. Y entre los hombres, en la misma etapa, paso de 67 por ciento a 80 por ciento.
Este mal es por carecer de voluntad para “cerrar la boca” y decir ya no quiero. Beber con fruición es el principio de alcoholismo y aunque dicen que es un vicio, realmente se convierte en una enfermedad.
“Las locuras” que cometen los bebedores enfermos pueden llevar a la violencia y al crimen, en muchos casos, por lo cual siempre se debe beber con moderación, no hacerse de la boca chiquita, pero tampoco abrirla a cada rato para decir “salú”.
En esta temporada decembrina, ya comentamos que el Alcoholímetro estará en cada alcaldía, es mejor beber en casa, sin abusar, “para que no se le haga vicio” que exponerse a manejar con “unas copitas encima”. Hágase fuerte, hombre de recia voluntad, y no coma en abundancia en estas festividades, y también recuerde que el alcohol tiene muchas calorías y además en abundancia daña a su organismo.