Cae México 17 lugares en el Índice de Desarrollo Humano
Mundo martes 10, Dic 2019- Medición del bienestar de la población
La Organización de las Naciones Unidas publicó el índice de desarrollo humano (IDH) una fórmula de medición del bienestar de la población mucho más completa que la renta per cápita, puesto que no se queda en los factores económicos y se incluyen variables como la esperanza de vida o la calidad educativa.
El documento indica que el desarrollo humano en América Latina, avanza a un ritmo considerablemente más bajo que en el resto del mundo y menor al de las últimas décadas. Y que todos los países de la región, con excepción de Argentina, Venezuela y Nicaragua, mejoraron el año pasado En lo que se refiere a México, la caída fue de 17 lugares.
Pedro Concencião, director del informe señaló que “Aunque las medidas de desigualdad han mejorado en muchos países de la región, los niveles siguen siendo muy altos. Ha habido, también, progresos en salud y en educación. Pero el ingreso tampoco ha acompañado, en especial desde 2014”.
Ejemplos de los casos más paradigmáticos de cómo las amplias diferencias de ingresos merman el progreso social son países como Brasil, México, Colombia, Chile, Paraguay y Panamá. El primero, responsable de la mayor parte del incremento de la pobreza extrema en la región durante el último lustro, se deja 23 puestos en la clasificación de Naciones Unidas cuando se incorpora el factor inequidad; Chile, por su parte, durante décadas ha sido ejemplo de las políticas de liberalización económica en la región, ahora inmerso en el periodo social más convulso desde el final de la dictadura de Augusto Pinochet, en donde se sucia un levantamiento social contra la injusticia y la ausencia de un Estado protector, con ello retrocede hasta 14 lugares.
México por su parte cae 17 puestos; Colombia, 16; Paraguay 14 y Panamá 13. En todos estos países, la métrica más común de dispersión de rentas, el coeficiente de Gini, supera la media mundial y del resto de países en vías de desarrollo.
El administrador del PNUD y presidente del Grupo de Naciones Unidas para el Desarrollo, Achim Steiner, -en lo que se refiere al sector latinoamericano-, argumenta que la reciente oleada de protestas sociales en varios países de la región, como Chile, Ecuador y Colombia, entre otros, es consciencia de que se vive “con una sensación generalizada de descontento en la población” y con la desigualdad.
El PNUD centra parte importante de su análisis anual en la influencia de la inequidad sobre el índice en todas las regiones del mundo. Esta vez, el énfasis es mucho mayor, pues los datos justifican claramente el porqué de esta mayor preocupación del organismo: mientras el avance global en pobreza extrema es indudable, apuntan los técnicos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) “las brechas de desigualdad siguen en niveles inaceptables”.
Es decir, que en un país de desarrollo humano muy alto, una persona de 40 años que pertenece al 1% más rico tendrá una esperanza de vida de entre 10 y 15 años más que alguien que pertenezca al 1% más pobre. Y mientras un niño nacido en el año 2000 tiene un 50% de probabilidades de estar hoy en la universidad, otro nacido el mismo año en un país de desarrollo humano bajo, tiene un 83% de probabilidad de haber sobrevivido y solo un 3% de estar cursando estudios superiores.
Otros datos del PNUD sustentan que en los últimos años, el problema de la desigualdad no ha dejado de ganar peso. Citan que si el crecimiento económico sigue la pauta fijada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su cuadro de proyecciones, el número de personas en situación de extrema pobreza en todo el mundo se mantendrá por encima de los 550 millones, equivalentes a una cantidad mayor a la suma de las poblaciones de EE UU y Brasil. Si en contraparte, cada año se pudiera reducir el índice de Gini en un 1%, 100 millones de personas más saldrían de la carestía extrema.