En juego que tiene desquite, ni quien se pique
Roberto Vizcaíno martes 1, Mar 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Es quizá por ello que Humberto Moreira ha decidido asentarse en Morelia y comenzar a hacer una labor, que si bien no le asegura el triunfo al aspirante todavía no conocido del PRI, sí apunta a que hará perder a Luisa María Calderón
De ahí que la intención de Humberto Moreira de irse a vivir a Morelia, a fin de organizar desde ahí al priísmo estatal para competir con toda la fuerza en las elecciones a gobernador de noviembre de este año, no sólo tiene una razón partidaria, sino familiar.
Como seguramente usted sabe, Moreira asumirá la presidencia del PRI el viernes próximo en Querétaro, en lo que se espera sea uno de los actos más importantes del tricolor de los últimos años.
Y es que el Revolucionario Institucional no sólo cumple 82 años de vida, sino que prácticamente todos los indicadores y tendencias advierten que ganará la mayoría de los procesos electorales de aquí a 2012, incluida por supuesto la Presidencia de la República.
De ahí que reunir en pleno a toda la cúpula partidista y de poder político tricolor existente en estos momentos en el país será, no un capricho o una simple cargada en torno a Moreira, sino una demostración del músculo priísta en primerísimo lugar al presidente Felipe Calderón, quien les ha declarado la guerra a muerte desde Los Pinos.
Ya ayer en este mismo espacio el ex diputado y ex secretario técnico de la Reforma del Estado, Alberto Aguilar Iñárritu, exponía su visión de lo que serán estos 14 meses siguientes con un mandatario que odia por sobre todas las cosas al PRI y lo que surja de este partido.
Por eso, el PRI acudirá el viernes en Querétaro a uno de los principios más poderosos y viejos del Arte de la Guerra de Sun Tzu, que es confirmado por Maquiavelo en El Príncipe: mostrar tal fuerza que haga desistir de su empeño al enemigo. Así se se reunirán ahí -al menos así lo afirman los organizadores-, todos los 19 gobernadores surgidos del tricolor; las bancadas del PRI en el Senado y la Cámara de Diputados y de la Asamblea Legislativa, aunados a los representantes de los priístas en los congresos locales.
Asistirán quizá los más importantes alcaldes y los cuadros dirigentes de los sectores obrero (CTM y Congreso del Trabajo), campesino (CNC) y popular (CNOP), así como los dirigentes estatales y municipales, y -por supuesto-, importantes contingentes de militantes de base.
¿Acarreo?… afirman que no, que será “movilización”.
Bueno, de ese previsible escenario es que surgirá la presidencia de Humberto Moreira en el PRI para, al día siguiente -como lo ha prometido-, irse a Morelia, como hemos apuntado antes.
¿Y por qué tanto empeño en la gubernatura de Michoacán, donde ahora el PRI al parecer es la tercera fuerza política con el PRD al frente y siguiéndolo el PAN.
Bueno, porque ahí es donde competirá por la gubernatura del estado la hermana del presidente Felipe Calderón, Luisa María Calderón, con grandes apoyos federales y con toda la estructura electoral del PAN a su disposición.
Aquí entonces es dónde Moreira intentará ejemplificar el tipo de reorganización partidaria que piensa aplicar en el resto del país, movilización y organización priísta que en su natal Coahuila le llevó a confinar al PAN y al PRD casi en la desaparición.
La historia reciente de resultados electorales en Coahuila indica que hace 23 años, cuando gobernaba Eliseo Mendoza Berrueto, el PAN comenzó a cobrar un espacio inusitado que llegó quizá a 40 por ciento.
En el sexenio siguiente, el de Rogelio Montemayor, de 1993 a 1999, subió casi al 60 por ciento y en el de Enrique Martínez y Martínez, entre 1999 y 2005 se estabilizó casi en 50 por ciento.
Así recibió Humberto Moreira el estado para convertirse en el principal pivote de su partido y bajar al PAN al nivel casi de la desaparición, a un 2 por ciento.
Acción Nacional llegó a competir seriamente por la gubernatura del estado, lo que ahora se diluye en una serie de acciones casi de guerra de guerrillas electorales.
Hoy, el candidato del PAN por la gubernatura del estado, cargo que se jugará en julio de este año, es el senador Guillermo Anaya, reconocido en Coahuila por su compadrazgo con Felipe Calderón y por su vinculación familiar con el narcotraficante Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”.
Elsa Anaya, hermana del ahora candidato blanquiazul a la gubernatura de Coahuila, estuvo casada con Adolfo Villarreal, hermano de “El Grande”, detenido en Puebla el 13 de septiembre de 2010 y ahora testigo protegido de la PGR, lo que le hace beneficiario de un salario multimillonario y condiciones de retención muy holgadas, según reportes internos.
El senador Anaya compite contra Rubén Moreira, hermano del presidente electo del PRI, Humberto Moreira, quien pidió licencia a inicios de enero para competir por el liderazgo de su partido y para dejar en manos de un tercero la gubernatura de su estado, a fin de no coincidir con la inscripción de su hermano en la contienda por la gubernatura del estado.
Rubén Moreira, diputado federal con licencia, presenta una simpatía electoral que llega al 80 por ciento en su estado. Antes de ser electo como diputado federal –por cierto, con el nivel más alto de votación alcanzado por ningún otro candidato a diputado en el proceso de julio de 2009-, Rubén era el dirigente estatal del PRI.
De esa fecha al momento, el senador Anaya se ha visto favorecido no con la simpatía de los coahuilenses, sino del presidente Calderón, quien ha ordenado la alineación de los delegados federales adscritos a Coahuila, para favorecer al candidato panista.
Es así que en las semanas recientes varios delegados han sido removidos y cambiados por amigos o abiertos subalternos de Anaya.
Con estas y otras movilizaciones y ajustes, flujo evidente de apoyos financieros no confesados, el senador pelea por ganarle puntos y posibles votos a Rubén Moreira. El ambiente y la contienda se ha enrarecido y tomado un carácter belicoso y violento que amenaza con escalar.
Es quizá por ello que Humberto Moreira ha decidido asentarse en Morelia y comenzar a hacer una labor, que si bien no le asegura el triunfo al aspirante todavía no conocido del PRI, sí apunta a que hará perder a Luisa María Calderón.
Y es que Humberto Moreira se lo advirtió a Calderón: “nosotros vamos a jugar el juego que ustedes quieran jugar”.
A partir quizá del lunes que entra, Moreira le estará enseñando en los hechos que el dicho que indica que “en juego que tiene desquite… ni quien se pique”, es una realidad que le puede salir muy cara al habitante de Los Pinos.
Ese juego puede extenderse de Morelia a otras muchas partes del país, es el mensaje final.
ENCUENTROS: Y ya que andamos cerca, vale la pena rescatar el hecho de que el jueves pasado Beatriz Paredes ofreció un convivio a sus compañeros de bancada, para despedirse de ellos como presidenta del PRI y avisarles que estaría como compañera de fracción. Pero los diputados no llegaron, asistieron apenas los cercanos, que no son muchos.
Es el inicio del frío que surge de ya “no ser”.
Al día siguiente algo similar hizo Humberto Moreira y aquello se abarrotó. Hubo en ese encuentro hasta priístas ajenos a las bancadas del Senado y de la Cámara de Diputados.
Fue el principio del comenzar a “ser”.
Por cierto, dentro de estos eventos de despedida y bienvenida, el priísmo mexiquense de Enrique Peña Nieto le rendirá hoy un reconocimiento a Beatriz Paredes y a Jesús Murillo Karam, presidente y secretario general salientes.
Este reconocimiento se lo harán a ambos en el auditorio “Jesús Alcántara Miranda”, del PRI estatal que hoy preside Ricardo Aguilar Castillo.