“El Bronco”, sin respuesta
Ramón Zurita Sahagún lunes 9, Dic 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El “autodestape” de un gobernador como aspirante presidencial es una noticia que debiera impactar, cuando menos, dentro del estado que gobierna y tal vez en otros ámbitos de la vida política.
No sucede así con el realizado por Jaime Rodríguez Calderón (“El Bronco”), el gobernante surgido por la vía de candidato independiente en México y quien se derrumbó estrepitosamente durante su gestión.
“El Bronco” fue una figura emblemática durante su campaña electoral y, tal vez, el primer año de gobierno, aunque después mostró que es un político más, similar a los anteriores y perdió todo el carisma que le antecedía.
Durante su primera intentona presidencial (2018) quedó como un simple “bufón”, sin arrastre alguno, reflejado en la escasa votación tenida y en los escándalos posteriores del cómo obtuvo la candidatura independiente.
En Nuevo León, su forma de gobernar no gustó a nadie, ni siquiera a aquellos que hicieron posible su triunfo, respaldando su candidatura desde los altos mandos empresariales, ni mucho menos a los ciudadanos que cansados de los abusos de gobernantes priistas y panistas se volcaron en las urnas a su favor.
En 2018 apenas rebasó el cinco por ciento de sufragios a su favor, contrastando con el 50 por ciento de votos en la elección para gobernador.
Y aunque su gestión no es del agrado de la mayoría de los habitantes de Nuevo León y faltando cuatro años para la elección presidencial, “El Bronco” insiste en su intención de alcanzar la Presidencia de la República.
Lo haría nuevamente como independiente, figura que no alcanzara el rango necesario para interesar a los votantes y que para entonces tendrían, tal vez, otras opciones más interesantes que el fracasado “Bronco”.
Para su candidatura, Rodríguez Calderón tendría tiempo suficiente para recorrer el país, ya que su gestión como gobernante termina en 2021, por lo que contaría con casi tres años más hacer presencia en todo el país, aunque, posiblemente, lo que no consiga serían los recursos físicos y económicos para ello.
Y es que el gobernador de Nuevo León fue acusado de usar recursos humanos y económicos de su administración para su campaña de 2018, ahora por término de gestión no podría hacerlo.
No se advierte que “El Bronco” se convierta en un candidato apetecible para algún partido político que quisiera exponer su membrete, ante la falta de un candidato propio, ya que los organismos políticos con registro prefieren aliarse con los poderosos y los nuevos no tendrían opción para hacerlo.
El “autodestape” de “El Bronco” más parece un propósito de jalar reflectores, ante lo pobre resultados de su gestión y de opinión que tienen sus gobernados hacia su persona y su administración.
Y es que en Nuevo León, los ciudadanos ya no saben por quién optar, teniendo gobernadores como Jorge Treviño (fue el detonante para poblar Chipinque), Sócrates Rizzo (no terminó su gestión) Benjamín Clariond (El Benjas, siempre El Benjas), Fernando Canales (simplemente empresario) y la dupla J. Natividad González y Rodrigo Medina (los más cuestionados).
Ahora Samuel García surge como la gran esperanza, aunque sus desplantes no gustan y su estilo de “chivo en cristalería” podría afectarle en su ruta.
Nuevo León, es una entidad pujante que con todo y esos pésimos gobernantes no se arredra ante nadie, ni nada, por lo que en los dos años restantes, sus habitantes tendrán que meditar mucho sobre sus opciones de gobernante.