Se politiza el T-Mec y acuerdos favorables a México se tambalean
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 9, Dic 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- A prueba, fama de negociador de Marcelo Ebrard
Bien dice un dicho popular que “del plato a la boca se puede caer la sopa”, y este refrán está a poco, poquísimo, de surtir sus efectos en la ratificación del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-Mec), tan es así que en los últimos días el gobierno mexicano no solo da seguimiento al tema, sino que dedica horas extras en el análisis de puntos finos de esa negociación, en lo político y en lo económico.
El problema es que el próximo año hay elecciones en Estados Unidos y los congresistas del Partido Demócrata, opositores al gobierno encabezado por el Partido Republicano, al parecer están decididos a llevar esta renegociación hasta después del proceso electoral y según sean los resultados en esa medida serán sus condiciones en la cámara de representantes que hoy dominan, y es el órgano legislativo que tiene que dar el aval para la ratificación del tratado comercial.
Es de destacar que los pronósticos para la firma de ratificación con el país de Estados Unidos apuntaban a, por lo menos, un par de meses antes de que concluyera el presente año.
Ya estamos en diciembre y del otro lado de la frontera norte el asunto no parece interesar, eso no obstante que México prácticamente ha cumplido en todos los caprichos del presidente estadounidense Donald Trump: Se cerró el flujo a las caravanas migratorias provenientes de Centro y Sudamérica, se puso a la Guardia Nacional a vigilar la frontera sur, se hicieron adecuaciones a las leyes laborales, se aceptaron aranceles a algunos productos. En tanto que muchos otros aspectos se pusieron en modo de espera, como por ejemplo los productos lácteos.
Hasta ahora son los congresistas demócratas de EU, cámara de representantes, quienes más renuencia han mostrado en esta renegociación que, su cabildeo, inició en agosto de 2017, ya con el gobierno de Trump, con la perspectiva de que sus trabajos concluyeran antes de iniciar 2018 o lograr acuerdos a principios del mismo, según se dijo, “Para evitar que la negociación se politizara por las elecciones de los tres países ese año”.
Y sí, el triunfo de los demócratas en la Cámara de Representantes es lo que prácticamente ha detenido todo lo avanzado en la renegociación del Tratado de Libre Comercio que por lo pronto ya cambió de condiciones entre los tres países firmantes y de nombre, hoy se denomina T-Mec y es la hora en que este acuerdo no acaba de nacer. Es decir, su permanencia pende de alfileres.
Para México, el proceso electoral en 2018, no obstante que se dio un cambio de partido en el gobierno, no afectó la negociación de los temas puestos en la mesa de negociación y prácticamente fueron defendidos sin mayores cambios por los representantes del presidente Andrés Manuel López Obrador, e incluso han habido muestras de mayor cooperación en asuntos de la agenda binacional con los Estados Unidos, pero esos guiños no han sido suficientes en el ánimo de los congresistas opositores al partido del presidente Trump, donde los representantes demócratas son mayoría legislativa y ahora han puesto nuevos temas en la mesa de negociación, pasando por temas laborales hasta asuntos de medio ambiente, e incluso mecanismos de solución a algunas controversias comerciales y de adquisición de medicamentos biológicos.
Entre los analistas financieros, económicos, comerciales y políticos han surgido comentarios que coinciden con que en el acuerdo tripartito, los socios mexicanos han resultado los más favorecidos, condiciones que de alguna manera han encendido los focos en el senado mexicano para que no se cancele el T-Mec y ayer mismo se reunieron con el canciller Marcelo Ebrard, para defender los intereses nacionales y reforzar la estrategia de negociación sin que se pongan en estado de renegociación aspectos ya avanzados.
Lograr de inmediato la referida ratificación tendrá varias lecturas entre los analistas políticos, si se firma antes del proceso electoral en los E.U., ya no digamos diciembre de este año, el acontecimiento elevaría los bonos de quien como negociador tiene fama y ese hombre del gabinete es nada más ni nada menos que el Canciller Macelo Ebrard, en caso contrario su imagen saldrá afectada, pero no tanto como las afectaciones que un tropiezo así significaría para los productores mexicanos, que valga decirlo, hoy tienen buenos dividendos en la exportación de sus productos, entre ellos los del sector automotriz, y el agropecuario. Más politizado no puede estar el tema.
Otro aspecto a tomar en cuenta es que en el eventual caso de que el presidente Donald Trump logre su reelección en 2020, en esa medida este personaje puede cambiar las reglas del juego que le gusta jugar, el de la presión y el chantaje, si ya de por sí se ve su mano en algunas acciones del gobierno mexicano es de imaginar su comportamiento si se reelige por un periodo más.
VA MI RESTO.- Ayer, al informar al Senado de la República de cómo van las negociaciones del T-Mec, Marcelo Ebrard señaló que México está en condiciones de decir a los negociadores de Estados Unidos en qué temas está de acuerdo y en cuáles no lo están, pero fue tajante en rechazar que inspectores del trabajo de Estados Unidos puedan intervenir en los asuntos internos del país, como al parecer piden algunos voceros del otro lado.
También reconoció que la consulta hecha al senado no es una práctica común en estos temas, sobre todo por tratarse de un asunto “en pleno proceso de negociación”, lo que, sin duda, eso lo dice este columnista, es una muestra más de lo politizado que está el T-Mec, y hasta ahí porque como veo doy.