“Narcoterrorismo”, no por ahora
¬ Augusto Corro lunes 9, Dic 2019Punto por punto
Augusto Corro
El fin de semana el presidente Donald Trump dio pausa a sus intenciones de designar a los cárteles mexicanos de la droga como grupos terroristas. Explicó, en Twitter, que tiene todo preparado para hacerlo.
“Sin embargo, a pedido de un hombre que me agrada y respeto, y que ha trabajado tan bien con nosotros, el presidente Andrés Manuel López Obrador, nosotros suspenderemos temporalmente esta designación e intensificaremos nuestros esfuerzos conjuntos para tratar decisivamente con estas organizaciones viciosas y en constante crecimiento”, añadió el magnate de la construcción.
La amenaza del mandatario quedó pendiente. Su aplicación, ante la caprichosa manera de gobernar de Trump, no da seguridad de que el caso fue cerrado. Al contrario, en cuanto el gobierno mexicano no actúe conforme a los intereses estadounidenses en materia de narcotráfico, la amenaza “trumpiana” se cumplirá.
Como recordará, amable lector, la lucha contra la delincuencia organizada en México aún no rinde frutos positivos en el gobierno del presidente López Obrador que el 1 de diciembre cumplió un año en el poder.
Por lo menos tres hechos relevantes se registraron en los últimos meses, en los que participaron narcotraficantes que sembraron muerte y pánico. Uno fue el “culiacanazo”, con el operativo fallido para capturar a Ovidio Guzmán (a) “El Ratón”, hijo del capo Joaquín “El Chapo Guzmán”. Murieron ocho personas. Los habitantes de Culiacán vivieron horas de terror.
A los pocos días ocurrió la matanza de la familia de México-estadounidenses de la familia LeBarón. Tres mujeres y seis niños mormones perecieron al ser alcanzados por las balas de los narcotraficantes, en una carretera en los límites de Chihuahua y Sonora.
La violencia provocó que el presidente Trump ofreciera, en el primer caso, la ayuda del ejército estadounidense para junto con México combatir a la delincuencia. Ya en el asunto de los mormones, el magnate de la construcción amenazó con declarar organizaciones terroristas a los cárteles de la droga.
Los diplomáticos mexicanos enfrentaron el problema y otra vez volvieron a detener las acciones del mandatario estadounidense, quien hace varios meses advirtió al gobierno de nuestro país que si no se empeñaba en detener el flujo migratorio, recibiría un incremento en los aranceles en nuestros productos.
México se aplicó en controlar la problemática de los migrantes y el gobierno estadounidense quedó satisfecho, aunque las condiciones de los extranjeros que deciden llegar a la frontera, a través de nuestro territorio, sean infrahumanas. Viven en situaciones muy difíciles en la zona fronteriza del sur, en espera del documento que les permita llegar a Estados Unidos.
A los hechos violentos registrados en Culiacán, y en los límites de Chihuahua y Sonora, se les sumó un enfrentamiento entre “narcos” y representantes de la ley, en el que murieron al menos una veintena de personas. El hecho tuvo como escenario el pequeño pueblo de Villa Unión, a 60 kilómetros de la ciudad fronteriza de Piedras Negras, Coahuila.
La violencia por el narcotráfico se desplaza a lo largo de la frontera con Estados Unidos. Hay entidades como Tamaulipas en la que los habitantes llevan varios años de vivir angustiados debido a la presencia de los cárteles de la droga, que siempre están en la búsqueda de mejores zonas para introducir su mercancía en el vecino país.
Los diferentes acontecimientos relacionados con el narcotráfico intensificaron las relaciones diplomáticas. En México, la semana pasada estuvo el fiscal general de EU, William Barr, quien manifestó su agradecimiento al gobierno de México por la detención de sospechosos de participar en el asesinato de 9 integrantes de la familia LeBarón.
Las autoridades mexicanas también le dieron las gracias a Trump por postergar la designación de cárteles de la droga como terroristas. Del avance de la cooperación México-Estados Unidos contra las organizaciones criminales seguramente habrá resultados para sacudirse la amenaza de injerencias extranjeras en asuntos exclusivos del gobierno de nuestro país.
Mientras, se encuentran pendientes de solución dos problemas que interesan mucho a México: el contrabando de armas y la aprobación del tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
En el caso de las armas, se supone que tarde o temprano se aplicarán mecanismos para controlar ese ilícito en las aduanas. En el asunto del T-MEC intervinieron factores políticos que lo demoraron. Los demócratas plantearon cambios al convenio, como es la revisión de EU a las condiciones laborales en México. El secretario de Hacienda confía en que a principios de enero, el citado acuerdo citado estará ratificado por los gobiernos de los países mencionados.
El presidente Trump se encuentra en medio de una tormenta política, pues sus adversarios intentan llevarlo a un juicio político para destituirlo. La lucha se realiza en temporada electoral, en la que el magnate quiere el poder por cuatro años más. Quizá a eso se deba la actitud amable hacia México. Claro, el gobierno mexicano no deberá confiarse.