Del 1.0 al 9.5… Todos merecemos una oportunidad
Opinión lunes 9, Dic 2019De la carpa a las letras
Arturo Arellano
En esta “Carpa” quiero platicarles de mi paso el fin de semana por una de las comunidades quizá más escondidas del Estado de México. Tlachaloya, donde se ubica una población estudiantil llena de sueños, pero lastimosamente también de precariedades, vulnerabilidad y falta de apoyo. Se trata del Telebachillerato 265, a donde acudimos para ofrecer la primera fecha de mi nuevo concepto StandClown Comedy, en el que fusionó el StandUp con elementos del clown, como siempre, con el fin de lograr algunas carcajadas, pero de esas que dejan un mensaje propositivo, en este caso dirigido a los adolescentes.
Nos citaron (a mi esposa Missi y a mi) en Plaza Senderos, muy cerca de la terminal de autobuses de Toluca, donde pasarían a recogernos, inicialmente pensé que ofreceríamos el show en una escuela de la zona urbana , no obstante, al llegar me dieron la sorpresa de que aún faltaban poco mas de 50 minutos de camino para llegar. “No te estreses, en cuanto lleguen iniciamos”, me dijo la profesora Diana Saldaña, quien nos hizo la invitación.
Aproveché el recorrido para maquillarme y aunque ya he visitado cantidad de zonas en vulnerabilidad, esta vez no estaba preparado para hacerlo, puesto que hay que resaltar que cada show es diferente y en mi caso la energía con la que trabajo la voy encaminando desde días antes y mi idea era que me enfrentaría a jóvenes clasemedieros de una escuela de medio superior, pero conforme iba avanzando la camioneta, note que no sería el show que esperaba.
Fui cambiando el chip, mientras platicaba con el esposo de la docente que nos transportaba a la escuela y a unos 20 metros de llegar me indica con el dedo “Es ahí”, una escuela pequeña, en medio de la nada, pero, bastante bien cuidada. No se detuvieron desde entonces las sorpresas, nos recibieron con honores, los jóvenes, igual o mas sorprendidos que nosotros, vieron como las autoridades escolares nos hicieron parte del presidium, un par de payasos en su ceremonia cívica, vaya cosa rara.
Honores a la bandera, el Himno del Estado de México, la escolta haciendo lo suyo a mitad del patio y nosotros, no dábamos crédito, eran jóvenes de muy escasos recursos, pero disciplinados, respetuosos, atentos, amables, abiertos y dispuestos a escuchar lo que este payaso tenía para decirles.
El show, sin afán de ser ególatra, fue un éxito, se rieron, nos reímos y nos fuimos conociendo. Como en todas las escuelas, algunos destacados estudiantes, otros tantos con más dificultades, pero algo en común tenían, una mirada con deseos de tener algo mejor de lo que tienen ahora. El camino cada uno lo elegirá, pero algo me quedo claro, del 1.0 al 9.5 de promedio, todos tienen hambre de no quedarse en el lugar en el que ahora se encuentran, con problemas familiares, algunos de adicciones y todos de una economía poco favorable, pero luchan por algo mejor. Espero haberles dejado algo que los impulse a lograrlo, al menos a uno solo de ellos. Yo me llevo la gran experiencia de haberlos conocido, me llevo sus risas, su ejemplo, que deberían seguir estudiantes de la urbe, pues, en el Telebachillerato 265, incluso los mismos estudiantes se hacen cargo del aseo de su plantel, al no tener recursos para pagar intendencia.
A las maestras un aplauso y mi respeto enorme, tienen en sus manos un gran reto y al habernos llevado, me consta que están escuchando a sus jóvenes y se están esforzado por hacerles llegar de donde sea, un “algo”, lo que sea que les motive a no resignarse. A la sociedad y las autoridades, un llamado, hay jóvenes que necesitan ayuda, no los rezaguen más de lo que el destino los ha rezagado y a los jóvenes con techo, recursos, facilidades, tecnología, les digo, aprovechen la posición donde los puso la vida, agradezcan y compartan. Gracias Telebachillerato 265 por darnos una lección de poder.