Las nuevas promesas políticas
Ramón Zurita Sahagún jueves 28, Nov 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cada seis años se aprecia el surgimiento de nuevas figuras políticas, muchas de ellas flores de un sexenio y otras más crisálidas que se materializan con el tiempo.
Son más las primeras que las segundas, ya que muchas de ellas logran el salto del anonimato a los primeros planos políticos, con o sin méritos, sin conseguir consolidarse.
La mayoría de ellas provienen de familias con relaciones políticas o con parentela inserta dentro de espacios de gobierno sumamente destacables, por lo que no requieren de grandes esfuerzos que desplieguen para ascender en la escala administrativa o política.
Muchos siguen la tradición de padres, madres o abuelos que dejaron buenos o malos recuerdos, pero que resultan atractivos para sus descendientes que pujan por llegar a esos mismos alcances.
Ejemplos hay muchos, pero destacan dos principalmente: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Miguel Alemán Velasco, por ser hijos de Presidentes de la República y empujar por espacios propios en la actividad política.
Los dos iniciaron sus carreras al amparo del nombre del ancestro, con un mismo propósito, aunque en descargo de Cuauhtémoc, hay que decir, que efectivamente recibió el respaldo del apellido en un inicio, pero después recorrió su propia ruta, ya que después de disfrutar los placeres del poder priista, recorrió otra ruta y marcó un nuevo sendero que abrió, en parte, las puertas de la democracia en México.
Alemán Velasco hizo lo propio, el apellido le abrió la puerta al Senado de la República y de ahí el salto al gobierno de Veracruz, del que se mantuvo ausente en gran parte, para comprender que la política no era lo suyo.
Hay muchos más ejemplos, algunos de fracaso y otros de éxito como el de Alfredo del Mazo tercero, que consiguió lo mismo que su abuelo y su padre con una pobre carrera política.
A la par de ellos vienen otros personajes que crecieron bajo la protección de sus compadres, padrinos o familiares, que los ampararon, porque sin ella no obtendrían el respaldo ciudadano jamás, como sucedió con Luis Miranda, ex secretario de Desarrollo Social en el sexenio pasado, quien es diputado federal plurinominal y fracasó en su intentona por ser alcalde de Toluca, en los tiempos de maquinaria priista.
En esta ocasión existe una joven maravilla, que busca labrarse su propia carrera como secretaria del Trabajo, después de ser diputada federal y contando con el empuje de su madre Bertha Lujan. Lo que Luis María Alcalde consiga en el futuro tendrá que ser en base a su esfuerzo.
Sin embargo, hay dos jóvenes que vienen arando su ruta hacia el poder, sin el respaldo de sus familiares políticos o una sombra protectora y que pueden destacar aún más en lo futuro: Enrique Alfaro Ramírez y Samuel García Sepúlveda.
Los dos han sido impulsados por Movimiento Ciudadano, ganando sus propios espacios por mayoría. Alfaro Ramírez a los 46 años ha sido alcalde de Tlajomulco, de Guadalajara y gobernador de Jalisco. García Sepúlveda, funge como senador de mayoría por Nuevo León, donde ya fue diputado local de mayoría y aspira ahora al gobierno estatal a sus 31 años de edad.
Otro personaje con amplio futuro es Mauricio Vila Dosal, gobernador de Yucatán a sus 39 años y militante de Acción Nacional, quien ya fue alcalde de Mérida y diputado local, todo por la vía de la mayoría.
Tal vez, alguno de estos personajes lo veamos dentro cuatro años disputando la Presidencia de la república si es que continúan sus carreras con principios sólidos y sin desviarse de la ruta trazada.