Confrontación
¬ Mauro Benites G. miércoles 27, Nov 2019Municiones
Mauro Benites G.
La Revolución de 1910 fue iniciada por un hombre tan bueno como valiente, el señor Madero. Puso en manos del ejercito porfirista la verdadera fuerza y naturalmente, porque así son siempre las cosas del poder, fue asesinado junto con el señor Pino Suarez, por un soldado muy eficiente como tal, pero un perfecto bárbaro que se hizo con el poder cometiendo todos los abusos y crímenes imaginables. Ningún país podía tolerar a un borracho asesino como Presidente. Y fue el señor Carranza, que había sido casi 20 años senador porfirista, quien se alzó contra Huerta. Los dos principales jefes militares que lo acompañaron en su lucha fueron Francisco Villa, un antiguo bandido guerrillero genial, y Álvaro Obregón, que tenia genio de jefe de guerra. Villa, por supuesto, se alzó contra Carranza porque no estaba en su naturaleza acatar disciplina alguna, institución ninguna. Obregón lo venció en Celaya y se convirtió en el ídolo de la Revolución.
Como todos sabemos, el asesinato contra Carranza dio paso al triunfo de lo que podríamos llamar el sector medio entre los revolucionarios. Carranza era un conservador, y culpa suya fue no entender el signo de los tiempos. Quiso imponer en la Presidencia a un señor Bonilla en contra de más que la opinión, el deseo del Ejército que había vencido a la dictadura, así convertida en santuario de Porfirio Díaz, un brillante soldado republicano contra la invasión francesa que se eternizó en el mando. Nadie discute que al principio haya tenido que recurrir a la fuerza, pues ciertos partidos asolaban al país, robando y matando. Con los rurales, Díaz pacificó por medio de la fuerza del fusilamiento, a un pueblo bronco, incivilizado, absolutamente inmaduro por la política. Nuestra gente necesitaba un gran cacique jefe de caciques regionales. Pero Porfirio Díaz se quedó 30 años en el poder y así invalidó los servicios que indudablemente le presto al país. Villa y Zapata por un lado, Emiliano no era un bandido, es preciso decirlo, representaron al pueblo analfabeta. Obregón, con Calles, encabezaba la parte media del gran sector triunfante. Carranza quiso realizar un nuevo Porfirismo y fue vencido por el pueblo y sus representantes en el Constituyente de Querétaro.
Se le dejó el poder porque los hombres de guerra reconocían sus merecimientos, pero cuando quiso imponer a un desconocido, fue a dar al monte y a la muerte, pues Obregón no sabía perdonar. Obregón impuso a Calles, a costa de la guerra cristera y a la eliminación de la mayor parte de los generales y luego se reeligió contra toda idea revolucionaria y toda justicia. Al ser asesinado por un fanático. Calles quedo dueño de la situación. Manejando las elecciones presidenciales de Portes Gil, Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez. Sin que fuera su favorito, Cárdenas llegó al poder y empezó a llevar a cabo un gobierno reivindicado, repartió la tierra y permitió y alentó muchas huelgas. Esto provocó su ruptura con Calles, quien para entonces en 1935 era ya un hombre arrepentido de su juventud revolucionaria. Cárdenas actuó con mucho valor y con una decisión heroica ante los políticos, callistas casi todos, y se apoyó en el campesino y en el obrero. Se crearon entonces la CNC y la CTM. Siendo el general Lázaro Cárdenas del Río, el último presidente con proyectos y acciones revolucionarias verdaderamente, como la reforma agraria, la expropiación petrolera, la creación de la educación laica y el Instituto Politécnico Nacional, entre otras instituciones. Por lo anterior: Lázaro Cárdenas, Presidente de México, ¡Presente!