Policía disfuncional
¬ Augusto Corro jueves 14, Nov 2019Punto por punto
Augusto Corro
En teoría, el nuevo gobierno que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador debe tener ya una estrategia para solucionar el grave problema de la inseguridad que golpea, sin contemplación alguna, a los mexicanos.
Pero a casi un año de asumir el poder, las autoridades encargadas de luchar contra los criminales aún no ofrecen resultados positivos. Al contrario, sus errores y fallas son más marcados que sus triunfos.
La lucha contra la delincuencia, por el momento, se encuentra desorganizada. Podría decirse que sin un rumbo determinado. No es suficiente el discurso contra la violencia para vencer a los criminales.
Se necesita la aplicación de medidas prácticas para empezar a minar el poderío de la delincuencia organizada, que está por demás decirlo, mejor armada y con suficientes recursos económicos.
Poco se sabe de las acciones de las autoridades para intervenir las cuentas bancarias de los capos de la droga, así como de sus múltiples empresas para “lavar” las ganancias ilícitas.
Los narcos, sin molestias
En el terreno de la realidad, los cárteles de la droga funcionan sin molestias por parte de las autoridades. Los gobiernos de los estados y los municipios son omisos ante el crimen. No les faltan pretextos para deslindarse de las acciones de las autoridades federales contra los narcos.
Como esas autoridades no tienen facultades para enfrentar delitos del crimen organizado, pues son asuntos de la federación, en algunos casos se hacen a un lado y en otros se involucran les sacan provecho.
En México, las policías estatales y municipales ,más que ayuda para brindar seguridad a la población, lo que hacen es asociarse con los delincuentes para cometer todo tipo de ilegalidades. En fechas recientes, los uniformados fueron víctimas de emboscadas en las que perdieron la vida.
Quizás con la participación de la Guardia Nacional (GN) cambie el escenario en materia de seguridad en el interior de México. En el presente, únicamente tenemos dudas y preguntas sobre la violencia incontrolable que se encuentra en todas partes.
Por ejemplo: ¿cuándo vamos a saber que ocurrió realmente con el operativo fallido contra Ovidio Guzmán López hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán? ¿Qué llevó a cometer ese error que puso en peligro a la población?
La ausencia de los uniformados
Fue notoria la ausencia de los policías estatales y federales y no se les vio actuar con medidas preventivas rápidas, para evitar daños a la población indefensa amenazada por los enfrentamientos entre narcos y militares.
Tras la masacre de los mormones LeBarón, en los límites de Sonora y Chihuahua, se supo que en las poblaciones de la región apenas si cuentan con grupos reducidos de policía. De ahí que la delincuencia organizada se desenvuelva a sus anchas.
También urge conocer quiénes fueron los que intervinieron en la masacre y las razones para masacrar a las familias de los mexicano-estadounidenses. Se trata de dos hechos criminales, cuyas causas reales que los originaron deben ser del conocimiento público, con el fin de que no vuelvan a repetirse.
A la fecha, las policías estatales y municipales no ofrecen seguridad ni confianza. Son disfuncionales. ¿Qué papel desempeñarán una vez que empiece a actuar la Guardia Nacional? ¿Será posible su desaparición total? Ya veremos.
Un senador exhibicionista
La clase política mexicana está en condiciones de hacer cuantos desfiguros sean necesarios para aparecer en los medios de información.
A falta de ideas que sirvan como contrapeso al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, los “grillos” optan por montar espectáculos deprimentes en el Congreso.
Tal es el caso del senador Gustavo Madero, quien en su afán protagonista trató de evitar que rindiera su protesta Rosario Piedra, como nueva titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). La minoría opositora no pudo evitarlo.
La actitud del panista obligó la intervención de los morenistas en el sainete que solo exhibió la fuerza de los rijosos y la poca habilidad del diálogo de los legisladores.
En una de las fotos de la trifulca aparece Gustavo Madero como borracho de cantina jaloneado y derribado por los morenistas que protegían a la presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Mónica Fernández y a Rosario Piedra.
Los senadores de la oposición rechazaron el nombramiento de Rosario Piedra, como presidenta de la CNDH. Alegaban fraude en la votación.