Injerencista
¬ Claudia Rodríguez viernes 25, Feb 2011Acta Pública
Claudia Rodríguez
¿Cómo disociar la política y decisiones de índole doméstica con los intereses extraterritoriales de nuestro poderosísimo vecino del norte?
Cuando leo y escucho los planteamientos de los políticos sobre el futuro de nuestro país y un posible cambio, en ninguno encuentro el componente indisoluble de nuestra vecindad y colindancia con los Estados Unidos.
De poco sirve delinear una política económica interna si al final las variables del comportamiento de mercados trasnacionales influyen más que las que se manejan en el mercado interno.
De casi nada sirve ostentar indignación por el trato inhumano y cruento que muchos de nuestros connacionales reciben en el extranjero y sobre manera en distintas regiones de Estados Unidos, cuando nosotros mismos nos vemos empujados a tratar indignamente a los migrantes ilegales que llegan o transitan por nuestro país.
La dependencia de México con respecto a otros países, las más de las veces hace imposible trazar líneas de crecimiento y desarrollo en donde los sucesos internacionales nos hagan menos vulnerables.
Cuando Felipe Calderón afirma que entra la Drug Enforcement Administration (DEA), la Central Intelligence Agency (CIA) e Inmigration and Customs Enforcement (ICE) -todas agencias federales estadounidenses-, impera la descoordinación e incluso rivalidad en torno a la colaboración que se entabla con autoridades mexicanas para encarar al crimen organizado en territorio nacional, más que demostrar el mal funcionamiento de éstas, lo que deja en claro es la intromisión que en materia de seguridad nacional tiene ya el gobierno estadounidense en nuestro país.
A los mexicanos cada vez nos queda más en claro quién tiene la sartén por el mango, para coordinar y accionar operativos anticrimen cuando la mismísima secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Janet Napolitano, se declaró “decepcionada” por las manifestaciones del señor Calderón quien se queja de la cooperación estadounidense para combatir a la delincuencia organizada que se mueve en territorio mexicano, pues Napolitano afirma que tal acotación es imprecisa.
Cuando Janet Napolitano señala además, que “debemos trabajar juntos para asegurarnos de que estos criminales vayan ante la justicia”, lo que en realidad quiere decir, como está más que demostrado, es que no dejarán más la tarea anticrimen de forma exclusiva al gobierno mexicano, ni siquiera más allá del 2012.
Nada haría más felices a miles de mexicanos que escuchar de los políticos aspirantes al poder, una verdadera línea de independencia con los intereses estadounidenses, donde sólo impere la colaboración.
¿Quién dice yo?
Acta Divina… El mandatario mexicano Felipe Calderón, señaló en entrevista para el diario El Universal, que en las agencias de seguridad de EU “sí hay descoordinación” y en las mexicanas no, en respuesta a unos cables diplomáticos estadunidenses filtrados en diciembre pasado por WikiLeaks.