¿La Lotería tiene mala suerte?
¬ Salvador Estrada jueves 7, Nov 2019Folclor urbano
Salvador Estrada
Es una institución que data de 1770 y que sigue tan benéfica, aunque ahora no se sabe a dónde van a parar los recursos que destina para “la asistencia pública”
Esa institución es la Lotería Nacional, la única del gobierno federal que no regala dinero, como ocurre ahora con algunas de ellas, sino que vende ilusiones, o más bien sueños a todos los mexicanos, que algunos con mucha insistencia hacen realidad.
En efecto, de todos los que compran billetes de lotería, sólo unos cuántos son afortunados que ganan los premios mayores de millones de pesos.
Y los ganadores confiesan que, después de muchos años de comprar billetes, y sin perder la fe, le “pegaron al gordo” que fue tan inesperado que casi no lo creían.
La lotería tiene muchas historias, no escritas todavía, como el de aquel jugador cuyo billete fue el premio mayor, pero sin saber lo había pegado en la puerta de su casa y tuvo que cargar con la puerta para llevarla hasta las oficinas de la Lotería y mostrar el billete ganador que no lo podía despegar por el riesgo de romperlo.
Esta institución de la suerte fue instituida el siete de agosto de 1770 y el 13 de mayo de 1771, se llevó a cabo el primer sorteo, cuando México era la Nueva España y sus ganancias las destinaron a la reedificación del santuario de la Virgen de Guadalupe, así como para terminar el Castillo de Chapultepec.
La Lotería desde entonces ha repartido parte de sus ganancias para obras públicas, como fue en el porfiriato, en la construcción del Hospital General, el Manicomio de la Castañeda y el Kiosco Morisco, que aún se puede ver en la alameda de Santa María la Rivera.
En un tiempo la sede de la Lotería estaba en la calle de Donceles y en 1934 se cambió al Museo de San Carlos, en Avenida Puente de Alvarado, y en 1946 se mudó a su actual sede el Edificio El Moro, construcción que se realizó con un procedimiento de “flotación elástica” a prueba de temblores.
Su inauguración fue el 28 de noviembre de 1946 y desde entonces sigue realizando sorteos, que antes eran martes y viernes, pero ahora también miércoles y domingos. Y además cuenta con sorteos extraordinarios en donde el premio mayor son millones de pesos en tres series y los “cachitos” cuestan cien pesos
Lotería Nacional para la Beneficencia Pública, es el nombre que le dio el presidente Adolfo de la Huerta, pero que ahora es para la Asistencia Pública, lo cual no se ve claro porque nadie sabe a quién asiste la lotería y todos sus directivos que ha tenido ninguno ha dado a conocer que hacen con sus “dineros”, sus ganancias, porque nadie les ha pedido cuentas.
Y mientras la Lotería sigue, dicen algunos, como la caja chica del gobierno, pero que pronto, cuentan otros, la lotería tendrá mala suerte porque va a desaparecer, bueno, aclaran, se va a fusionar con Pronósticos Deportivos y eso es mala suerte.