El pensamiento aldeano campea en la 4T
Francisco Rodríguez miércoles 6, Nov 2019Índice político
Francisco Rodríguez
Hace ya algunos años, la esposa de un amigo, recién desempacada de una ranchería de Yucatán, se halló de pronto perdida en el Centro Histórico de la Ciudad. Sin más armas, le habló al cónyuge para que fuera por ella. Aquél le preguntó qué en cual esquina se encontraba, y presta, volteó hacia las cornisas cercanas y le contestó: en Tránsito y Mejor mejora Mejoral.
Pero eso no fue todo. Al abordar por la noche el trenecito urbano de Coyoacán y darse cuenta de que las luces estaban encendidas y la gente iba sentada, la simpática señora saludaba a cada uno de los pasajeros de mano y les repetía: buenas noches. Evidentemente, la señora estaba poseída por el pensamiento aldeano. No había otra explicación.
De una forma silenciosa, subrepticia, la invasión que atacó a México desde hace año y medio es la del pensamiento aldeano. Tampoco hay otra explicación. En medio de un mundo desconocido, ancho y ajeno, el régimen de la Cuarta Transformación aborda todas las dificultades, obstáculos, crisis terminales, con herramientas aprendidas para ser usadas en otros contextos, en otras regiones, en otras épocas.
Y así obviamente no se puede. Los destrozos causados a la economía, la política y la sociedad son irreparables. No es posible ya ni empezar de cero, porque para eso tendríamos que esperarnos cinco años y quién sabe si para entonces quedara algo del país que se perdió, tanto en bases estructurales, en fundamentos constitucionales y en opciones de desarrollo internacional.
El estancamiento previsto, el crecimiento a menos cero, los déficits comerciales, la pérdida de la confianza entre los inversionistas, las oportunidades perdidas, la recesión galopante, la cauda devaluatoria y los criterios necesarios, han llegado para quedarse y sus remedios han pasado de largo.
Lo que esperaba la población al votar masivamente por el cambio fue realidad, si el cambio se analiza de adelante para atrás, como el de los socorridos cangrejos. Asignaturas realmente pendientes, como ésa de aplicar la justicia para castigar a delincuentes de alta traición, han resultado más amargas que tomar cicuta. El retroceso es francamente decepcionante y burdo.
Lo único que puede parar el avance del pensamiento aldeano es el Golpe Silencioso, si no se quieren vivir nuevamente las experiencias de cuartelazos, gorilatos y asonadas. Nadie está para eso. Pero el cambio silencioso es una enorme opción para México. Por el bien de todos, es imprescindible. Urgente y necesario.
Desde una óptica razonable, el cambio que inyecte esperanza y confiabilidad todavía es posible, si se hace por la vía silenciosa, sin tos, sin aspavientos. De alguna manera, eso es lo que los capitostes neoliberales están queriendo hacer tomando el control de todo el presupuesto para las mil seiscientas obras de infraestructura que se prometen para reactivar la economía.
Hacer a un lado a los responsables formales de las posiciones de poder, antes de que el tepache regado deje una mancha indeleble, por muchos años y por siempre. Quitar de en medio a los burócratas ineficaces, cansados o ignorantes, y poner manos a la obra, aunque los frutos esperados por la población no sean los mismos. Pero hacer a un lado a todos, sin excepción.
Ni modo. En esa tesitura estamos, y vale más reconocerlo que lamentarlo. Es una especie de real politik, un hueco oscuro donde jamás pensamos que iba a caer la inflamada Cuarta Transformación. Así, el Golpe Silencioso avanza, por la vía de quitar a los que estorban, con su inconsciencia disfrazada de dogmatismo o de ortodoxia ideológica. Brincos dieran.
No muchos países pueden darse el lujo de escoger entre el golpe armado y el golpe silencioso. En otras latitudes la confrontación entre poderes civiles y militares ha sido innegociable e intransitable. La solución ha debido ser drástica, así como lo señaló el general Sandoval, que dice ser el secretario de la Defensa Nacional.
Quitar de en medio al tal Durazo era inaplazable. Menos mal que ya lo entendieron así en las alturas al designar a un ciento de militares y marinos entorchados que se hagan cargo de dirigir la llamada Guardia Nacional en los estados de la República. Aunque la solución llegó tarde, pues era necesario el culiacanazo de la terca realidad, algo se podrá hacer.
Durazo demostró en poco tiempo, igual que el tiempo que tardó la Cuarta Transformación, en comprobar que no sirve para nada, vamos, ni para armar un operativo para una fiesta de quinceañera. El encargo le quedaría muy grande. Y en eso de colgarse medallitas los militares de alto rango ya se las saben todas. Son de difícil envidia en México.
Así y todo, será muy difícil restablecer la disciplina perdida en los fastos de la recién inaugurada Guardia Nacional. Las cadenas de mando se han dañado, el honor lastimado anda por los suelos, el ridículo y la humillación tomaron el lugar del pundonor militar. Será difícil, muy difícil, pero algo se tenía que hacer.
Quitar de en medio a todo aquél que esté estorbando. No hay de otra. Y como los relevos no pueden surgir de la 4T, hay que habilitar a los que todavía guarden un poco de mesura, orden mental y disciplina. Se va a requerir un gran amor a México para lograrlo. No es tarea sencilla después de todo el tiradero.
Y es que hay demasiados fruncionarios en Babia. La de Gobernación no canta mal las rancheras, pero desafortunadamente no es la única, aunque sea la sustituta del Jefe del Ejecutivo para casos de emergencias inaplazables. En este abarrote hay demasiadas cuentas por saldar. La gobernabilidad depende en alto grado de estas decisiones urgentes.
Ésa decisión gubernamental de dedicar el 63% del presupuesto del 2020 para engordar las cuentas, incomprobables y tramposas, de los famosos programas sociales que se convirtieron en financiamientos de la campaña de Berta Luján de Alcalde en pos de la dirigencia de Morena, será un baldón difícil de tragar. Urge enderezarlo.
Todos esperábamos que el objetivo central y constitucional de la Cuarta Transformación sería la reactivación del mercado interno, no el derroche electorero del gasto social improductivo y necio. Para cualquier programa de izquierda o sensato en el mundo…
… la reactivación del mercado interno quiere decir creación de empleos, inversión pública y privada en obras de efectos multiplicadores, orientación de la economía a la mejor distribución de la riqueza. No el pensamiento aldeano de tener a los futuros votantes de los entresijos. El mercado interno no puede ser movido por encuestas cuchareadas ni por caprichos de proyectos de tiranos.
Y todo, así por el estilo. El pensamiento aldeano, revanchista y resentido, ha hecho más daño que las fiebres globalizadoras y privatizadoras de los últimos cincuenta años. Es contradictorio echarle la culpa al pasado. Finalmente, los rateros dizque neoliberales tenían un barniz de objetividad. Ahora, ya ni eso.
El equipo, en Babia. Respondiendo que están todavía perdidos en ¡Tránsito y Mejor mejora Mejoral!
Urge rehacer a México. Si es en silencio, mejor. Ya estamos hasta el queque de moralinas y amenazas nylon.
¿No cree usted?
Índice Político: Acuso recibo del mensaje enviado por don José Manuel Llado Zetina, profesor, investigador y consultor independiente de la Universidad Autónoma de Campeche, quien textualmente me dice, con respecto a la colaboración intitulada La farsa ha terminado. ¿Cuándo caerá el telón de la 4T?: “POR FAVOR DEJA DE DECIRNOS LA VERDAD…!!! NO LO PODEMOS SOPORTAR…!!! pareciera decir en su artículo esta eminencia de la pluma, que se sintió agredido, por un comentario que hizo el presidente en alusión a Gustavo Madero, lo único que puedo entender en este artículo es una DISONANCIA COGNITIVA: El estrés mental experimentado por una persona la que mantiene de manera simultánea dos o más creencias ideas o valores contradictorios entre sí; Estrés experimentado al realizar una acción que contradice creencias, ideas o valores existentes; O estrés mental al ser confrontado con información nueva la que contradice creencias, ideas o valores existentes o inclusive tu percepción de toda tu realidad… Así de desubicado anda este tipo, que se niega entender, que el problema de nuestro país no es la generación de la riqueza, sino su distribución y es la principal causa de nuestros males, ya que ha desembocado en la desigualdad social, la inseguridad, la corrupción y la impunidad. Solo le recuerdo a este señor que tiene que en lugar de criticar sin argumentos, porque la realidad lo desmiente, se ponga estudiar sobre la historia económica de México y sobre las nuevas tendencias de modelos económicos, que ya se están poniendo en práctica en el mundo. No es casualidad, que las economías que presentan grandes desigualdades, producto de una concentración de la riqueza en pocas manos, estén viviendo una efervescencia social. Por otra parte, solo le recuerdo, cuatro grandes avances de la 4T en este año de gobierno: 1. Cambios estructurales, para combatir la corrupción y la impunidad (las reformas al marco jurídico y administrativo del país). Hay que recordar, que los marcos jurídicos y administrativos, se pusieron a modo para saquear el país desde 1970 hasta 2018. Si eso, no eso no es avances, que es entonces, allí estriba una de tus DISONANCIAS COGNITIVA. Y lógico esto ha incomodado a los del Poder de Facto (actuación al margen de la ley). 2. Mantener una comunicación abierta con la población (las ruedas de prensa todas las mañanas y las visitas a toda la geografía del país, le da más transparencia a su gobierno (todos los demás gobiernos han trabajado a puertas cerradas –ojalá todos los de su administración lo siguieran con el ejemplo-). 3. Su estrategia para combatir la inseguridad en el país, obedece a una estrategia pacifista y apegada al estado de derecho (todos los procesados, son con base a una demanda y con apego al Estado de Derecho y respeto a los derechos humanos. Es muy fácil criticar desde un escritorio, porque no es lo mismo ver los toros desde la barrera, que estar enfrentandolos en el ruedo. 4. Ha ponderado el desarrollo del país y no solo a su crecimiento, muy criticado por sus adversarios, pero es lo más conveniente para todos los que habitamos esta nación, ya que el principal problema de este país, es la desigualad social (inequitativa distribución de la riqueza); en este sentido, su gran mérito, ha sido dirigir la economía del país a un crecimiento sostenible (crecer por encima de la tasa de crecimiento poblacional), inducir una distribución equitativa de la riqueza (mayor cobertura del gasto social y eficiencia del mismo -aquí es donde todavía falta mucho por hacer, por los vicios heredados del régimen anterior, una burocracia que quiere hacer más de lo mismo dentro del nuevo gobierno y por vicios de los gobiernos estatales y municipales-); sanear las finanzas públicas (disminuir la deuda pública, cero corrupción y austeridad para no trabajar con déficit presupuestal); hoy los que lo critican, saben, que es la mejor estrategia para México, tal vez, no para ellos, porque estaban acostumbrados, a crecer endeudando al país y muchas veces, sin crecimiento (por ejemplos los últimos 8 meses del gobierno anterior), sin embargo, la deuda pública desde Salinas ha venido creciendo de forma exponencial, por eso es que el Fondo Monetario Internacional (FMI), imponía todo tipo de condiciones a México (sino vean ahora a los pobres argentinos); todos sabemos, que para lograr nuestra autonomía económica, tenemos que gastas menos de lo que ingresa.
Entonces mi buen iluminado, dónde queda tu triste sátira de Cantinflas (porque es de risa, porque cuando menos él nos hacía reír, pero con mucha moraleja; pero tú con este artículo, solo demuestras frustración con apego al régimen anterior que se les ha caído el telón, pero que se niegan a morir).”
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