La inseguridad no cede
¬ Augusto Corro martes 5, Nov 2019Punto por punto
Augusto Corro
No ceden las cifras sobre inseguridad y violencia. Los asaltos, extorsiones, secuestros y asesinatos forman parte de la información cotidiana en los medios de comunicación.
En los primeros nueve meses de este año, más de 26 mil personas fueron asesinadas. En las fosas comunes se encuentran miles de cuerpos sin reclamar.
Las víctimas de los secuestros cada vez son más violentos. Las víctimas de plagios no tienen ninguna posibilidad de que las liberen con vida.
Precisamente, el domingo en Acapulco se efectuó una manifestación de vecinos que le exigieron a la autoridad la aparición con vida de una familia.
En el puerto, una abuelita, junto con sus cuatro nietos, fueron plagiados por un grupo de hombres armados.
Van más de quince días y se ignora el paradero de la familia integrada por René Calderón, de 11 años; Pedro Ramírez, estudiante de 16 años; Adriana Gutiérrez, de 34 años, estudiante; Irán Almazán, de 19 años; y Honoria Rendón, de 74 años, abuela de los jóvenes.
La lucha contra la delincuencia organizada aún no brinda resultados. El propio secretario de Seguridad, Alfonso Durazo, reconoció que “no hay nada que celebrar”.
¿Hasta cuándo regresará la paz? Ya no es posible contemplar tanta pasividad de los gobiernos en el combate al crimen.
Como el secuestro de la abuela y sus nietos en Acapulco, así ocurren los delitos contra una sociedad indefensa que dejó de confiar en las autoridades. ¿Por qué nadie se empeña en encontrar a la mencionada familia?
Ya sabemos que el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo es un inútil y no se cuenta con él para nada; pero ahí están otros representantes de la ley que sí pueden intervenir para localizar y regresar con vida a los secuestrados.
Castigo por no votar
En este espacio señalamos que no hay contrapesos políticos importantes que enfrenten al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
La oposición trabaja para revivir tras la mayúscula derrota que sufrió en las últimas elecciones presidenciales. Sin embargo, no se ven acciones importantes que surjan de las organizaciones políticas. La actividad de sus líderes raya en la mediocridad.
Por ejemplo, la senadora panista Nidia Navarro, tiene la idea de que se suspendan los derechos políticos y se impida realizar trámites gubernamentales a quienes no acudan a votar.
Para la legisladora de aceptarse esa sugerencia se terminaría con el abstencionismo, que siempre aparece como un rechazo callada contra los candidatos a puestos de representación popular.
Pues la legisladora se encuentra muy equivocada si piensa que una medida como la que propone podría funcionar para abatir el rechazo ciudadano a los políticos.
Si los dedicados a la “grilla” no ofrecen proyectos o programas interesantes que beneficien a la población, difícilmente serán estimulados a acudir a las urnas.
De ahí que los candidatos se informen de las carencias de la población y ofrezcan la solución de las mismas, pero sin la demagogia que tanto manejan.
Si ya pasó el tiempo de que los electores vendían su voto por una torta o un refresco, los aspirantes a cargos públicos tendrán que pensar en nuevas formas de actuar, porque los delitos electorales, ahora sí se castigarán con todo el peso de la ley. Eso esperamos.
Los partidos y el subsidio
Marcha sobre ruedas la iniciativa para reducir al cincuenta por ciento el dinero que las autoridades electorales destinan a los partidos políticos.
Por ejemplo, el año próximo, el financiamiento a esos organismos políticos pasaría de cinco mil 138 millones de pesos a 2 mil 569 millones de pesos. Es decir, la mitad.
El proyecto fue presentado por los diputados del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y aprobado en comisiones, como primer paso.
Sin duda, esa cantidad de recursos económicos no será suficiente para realizar campañas, saldar deudas y pagar diferentes servicios.
La democracia a la mexicana es una de las más caras del mundo. En México, las autoridades electorales son las más beneficiadas. Solo basta con ver los sueldos que ganan.
Los partidos políticos, aunque tendrán una reducción en su financiamiento, de todas maneras resultan beneficiados. Lo consiguen sin mayor esfuerzo. Es suficiente con estirar la mano y dar las gracias. ¿Usted qué opina amable lector?