Olga Sánchez Cordero mete presión en caso Baja California.
Jorge Luis Galicia Palacios lunes 4, Nov 2019Como veo, doy
Jorge Luis Galicia Palacios
- En México se empieza a respirar aroma de “Delcy”
Conocedora como pocos de los huecos jurídicos que existen en el andamiaje legal del país, la ex ministra y ahora Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, se ha puesto en el ojo del huracán mediático al avalar el marco legal que pretende ampliar los años del mandato para el que fue electo Jaime Bonilla, quien desde los primeros minutos de noviembre tomó protesta como gobernador por el estado de Baja California, en un acto lleno de incertidumbre al no conocerse lo que legalmente procede: si será un gobierno de dos años o de cinco.
Tal como lo declaró la responsable de la política interior en el gobierno de la llamada Cuarta Transformación, la norma vigente dice que la administración del nuevo gobierno tendrá una duración de cinco años, es cierto, así lo propuso y sancionó una mayoría de diputados del Congreso Local de la entidad referida y nadie discute las facultades que tiene el poder legislativo para así establecerlo según las circunstancias políticas que se vivan. En eso no hay discusión.
Claro que es legal lo dispuesto por el legislativo local, pero ese no es el tema de controversia ya que, en gran parte de la opinión pública, existe desacuerdo en que esa modificación se haya hecho posterior al proceso electoral donde los bajacalifornianos votaron a favor de un gobierno de dos años, porque así, bajo ese requisito, fueron convocados a sufragar.
Entonces la ex ministra se equivoca cuando, en reunión privada, en tono festivo le presume al nuevo gobernador lo que acaba de señalar ante la prensa, y se refiere como “una declaración importante”. Comenta que le preguntaron que “si era legal” lo establecido por el congreso local y ella responde afirmativamente. La respuesta del gobernador entrante y de sus colaboradores no podía ser de otra manera, risas y más risas, y entre carcajadas, en lo que refiere como una esgrima verbal, se le oye a Sánchez Codero rematar su idea “para mí la norma va a permitir…”
Después, en un par de tuits, la funcionaria del gobernó federal, quien acudió a la toma de protesta del mandatario bajacaliforniano en representación del titular del Ejecutivo Federal, matizó esa burlona postura y dijo ser respetuosa de las jurisdicciones, refiriendo que es legal lo establecido por el Congreso Local, pero que “La SCJN decidiría sobre la norma vigente del Congreso de Baja California”.
¿Qué pasó Doña Olga, así no lo dijo ante el legislativo federal?
Vale recordar que, apenas en septiembre pasado, durante su comparecencia ante el pleno del Senado de la República, al dar respuesta a quienes habían cuestionado lo que en el ambiente púbico se conoce como “ley Bonilla”, dijo que: “Mi opinión personal como abogada (es que) la reforma o la llamada ‘Ley Bonilla’ es inconstitucional. No he cambiado de opinión, la sostengo”.
No hay duda, Olga Sánchez Cordero conoce a la perfección la ley y también sus huecos, y aunque nadie puede afirmar que le gusta entrar al juego de la incertidumbre legal, sus palabras y actitudes así lo demuestran e igual sucedió cuando era candidata al senado: El 58 Constitucional le prohibía ser candidata, pero el 108 esa prohibición quedaba a la interpretación de los juristas. Y así, en medio de esas indefiniciones jurídicas, ganó un escaño en la Cámara Alta y de ahí al gobierno de la 4T. Entonces, sus palabras en torno a Jaime Bonilla suenan como a mensajes de presión al poder judicial ¿o cómo entender que fije un posicionamiento antes del veredicto de los jueces?
APUESTA FUERTE.- No sé si para el caso de la Ley Bonilla aplique aquello de “Que es legal, pero inmoral”, lo cierto es que en el caso de condonación de impuestos, en “el chapulineo” político, sobre el “nepotismo”, en el caso de algunos de ex funcionarios públicos que luego trabajan en la iniciativa privada, y otros asuntos, han sido así calificados por el primer mandatario del país, Andrés Manuel López Obrador, porque estos actos ofenden al pueblo. Aquí la pregunta es ¿Cómo califica el presidente de la república a la ley Bonilla?
PASO SIN VER.- En Venezuela, la actual vicepresidenta de ese país, Delcy Rodríguez, fue férrea impulsora de la creación de una nueva Constitución en aquella nación y también fiel seguidora del movimiento que ha permitido continuar con las políticas implementadas por el gobierno que encabeza Nicolás Maduro y la reelección.
Con el aval dado por Doña Olga a la Ley Bonilla, el papel que juega Delcy en la nación venezolana como que empieza no solo a respirarse su aroma en México, sino a consolidarse, y solo queda la encomienda a algo divino para que en territorio nacional no tengamos un remedo de las leyes surgidas desde una dictadura, conocidas como Bolivarianas.
VA MI RESTO.- Hay quien opina que la declaración de la ex ministra Sánchez Cordero no es más que una cortina de humo para distraer la atención de la opinión pública y sacar del ambiente critico el tema del operativo fallido en Culiacán, Sinaloa, lo cual no se descarta.
Sin embargo, si revisamos medios informativos tradicionales y luego nos vamos a las redes sociales, lo que se observa es que, lejos de desaparecer o tapar al primero, en el ambiente mediático se han colocado dos temas en el interés público y ambos son igual de adversos a la función gubernamental. Muchas dudas en torno a lo de Culiacán y, aunque se diga que es legal, lo de Baja California no lo bajan de ser una chicanada, una provocación para implantar el reeleccionismo y un duro golpe a la democracia, entre muchas otras consideraciones en contra, y hasta ahí porque como veo, doy.