Preocupante
Ramón Zurita Sahagún lunes 4, Nov 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En verdad resulta preocupante, la ligereza con que se toma el tema de un Golpe de Estado, en un país que durante 90 años ha estado alejado de ello, aunque en ocasiones varias surgieron versiones y amagos de alguno.
Que sea el propio Presidente de la República el que aborde el tema y descarte tal posibilidad y se declare inmune a ello, resulta alarmante, aunque asuman el riesgo de ventilarlo y que un mandatario estatal salga al tema y exprese que él y cinco gobernadores más están dispuestos a combatirlo, suena mucho más grave.
Es claro que los gobernantes de los que habla Cuitláhuac García Jiménez son los de Veracruz (él mismo) y los restantes mandatarios surgidos de Morena: Luis Miguel Barbosa, Puebla, Rutilio Cruz Escandón, Chiapas; Claudia Sheinbaum, Ciudad de México, Adán Augusto López Hernández, Tabasco y Cuauhtémoc Blanco, quien no está agendado dentro de Morena, pero recibió el respaldo de este partido para competir con sus colores.
Lo peor de esto es que la balandrona del gobernante no va acorde con los resultados en cuestión de seguridad en ninguno de los estados mencionados, donde permea la violencia e inseguridad.
Y aunque ellos den el respaldo al Ejecutivo federal, no se encuentra identificado el eventual enemigo, ya que un Golpe de Estado puede provenir de distintos estratos, aunque algunos lo vinculan simplemente como militar.
Sin embargo, si algo hay en México es la lealtad de las fuerzas armadas hacia el Presidente de la República en turno, donde los altos mandos muestran una y otra vez ese respaldo, aunque no necesariamente tendrán que ser los jerarcas de las fuerzas armadas los que ejecuten esa tarea.
En Sudamérica si ha fructificado que los altos mandos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina realicen tal afrenta y se apoderen, mediante el uso de la fuerza del poder político, pero también que mandos medios inicien una asonada que fracasa terriblemente.
Una que otra vez en México se han desatado rumores sobre la posibilidad de un Golpe de Estado, aunque no dejó de ser más que un grito alarmante, sin base alguna que lo respaldara, como sucedió en noviembre de 1976, cuando se divulgaron rumores sobre un supuesto Golpe de Estado que frenaría la llegada de José López Portillo a la Presidencia de la República, cargo que asumiría en unos cuantos días.
No dejó de ser una filtración alarmista que algunos soltaron, en una época en que no existían las redes sociales y los mensajes pasan de boca en boca, aumentándole la dimensión que se le quisiera dar a la pretendida noticia.
En esta ocasión, es el propio Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el que aborda el tema, para descartar tal posibilidad y asegura que una mayoría lo respalda, la misma que no permitiría una acción así, aunque olvidó hablar de la lealtad a toda prueba de las fuerzas armadas.
Con todo y ello, no deja de ser alarmante que sea el Ejecutivo federal quien salga a negar dicha posibilidad en un país donde hasta ahora su nivel de popularidad y respaldo continúa en altos índices, con porcentajes del 60 por ciento de aceptación hacia su persona y modelo de gobierno.
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Cuál es la pretensión de Bertha Lujan en su aspiración por dirigir a Morena y torpedear al partido hacia el interior. Será acaso convertir al Movimiento de Regeneración Nacional en una reedición del viejo PRD, con sus luchas intestinas.