Seis meses y peor
Armando Ríos Ruiz miércoles 30, Oct 2019Perfiles de México
Armando Ríos Ruiz
Hace seis meses, el 22 de abril pasado, para ser más exacto, el Presidente se comprometió a dar mejores resultados en materia de seguridad. El plazo se cumplió hace unos días y por ningún lado se nota que nuestro gobierno esté cerca de consumar lo ofrecido. Todo lo contrario. Ahora hay más muertos que nunca, en la historia de México.
Los expertos en el problema aseguran que, como se manejan las cosas actualmente, vamos para peor. Después del fallido intento de capturar a Ovidio Guzmán López, “El Chapito”, en la tierra donde el cártel al que pertenece es más fuerte que Arnold Schwarzenegger en sus mejores tiempos, afirmó que la estrategia de seguridad no cambiará.
El compromiso de dar mejores resultados en lo que concierne a la seguridad, fue hecho porque un par de días antes, varios individuos irrumpieron en una fiesta en Minatitlán, Veracruz y asesinaron a 14 asistentes, entre ellos, a un bebé.
La investigación fue confiada a la Guardia Nacional, que hacía sus pinitos y de inmediato, las flamantes pesquisas de una corporación tan profesional, determinaron que fue una ejecución consumada por el cártel jalisciense.
¡Pues no! Fue una venganza al más puro estilo guerrerense. Hace unos 20 años, los muertos en el pueblo veracruzano asesinaron a innumerables familiares de sus asesinos, entonces niños, en Petatlán, Guerrero y huyeron para evitar el desquite.
Los chamacos crecieron y luego de ubicar al enemigo, fueron por la revancha acompañados de más familia. El resultado ya se conoce.
En virtud de que ahora se investiga mucho menos que en el pasado, tan citado y criticado por nuestro mandatario, la culpa recayó en los narcos. Un tipo platicaba que mataría a un rival y le clavaría una cartulina en el pecho con la leyenda: “Por pasarte de vivo, hijo de tal… al fin que ya nadie investiga”.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), dice que de diciembre a septiembre, o en los primeros 10 meses de gobierno actual, se han registrado 28 mil homicidios dolosos. El territorio nacional se llena cada día de muertos a manos de criminales, pero es mejor decir que los gobernantes del pasado nos heredaron un cementerio. ¿Qué herencia quedará entonces del presente?
La tónica es obstinada: la estrategia para acabar con la delincuencia no cambiará, pese a que los conservadores critiquen. Dice nuestro Presidente que apagar el fuego con el fuego no da resultados.
Por lo que se ve, da menos resultados invocar el regaño de las madres a sus hijos, para conminarlos a que se porten bien. Da menos resultados el consejo de abrazar en lugar de balacear. Ahí están las cifras.
Todo el mundo conoce el ejemplo de Lee Kuan Yeu, el hombre conocido como “el padre fundador de Singapur, quien acabó con la corrupción y con la delincuencia que parecía no tener límites, pero con estrategias que en México son relegadas y condenadas, porque fueron usadas en el pasado reciente.
El argumento empleado para disculpar la libertad de El Chapito, luego de haber sido detenido, se cae solo, si entendemos que fue ejecutado fuera del horario conveniente. Lo que se sabe, es que esta clase de operativos se realizan en la noche o en la madrugada, cuando no hay gente en las calles.
Lo que se aprecia, es que quienes dirigieron la captura, no saben de maniobras policiacas y por lo tanto, no contaban con las sorpresas de que fueron objeto por otro ejército más entrenado en esos menesteres.
Tal vez la estrategia desesperada consista en que nos armemos y hagamos frente a la delincuencia incontenible por cuenta propia, porque los besos, los abrazos, los regaños de las madrecitas y la Guardia Nacional, no funcionaron.