Ahora México vive la narcoeconomía
Roberto Vizcaíno jueves 24, Feb 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Unos 607 mil millones de pesos -50 mil millones de dólares-, provenientes del narcotráfico, se diluyen y entremezclan anualmente en un lavado de dinero masivo y sin control que ocurre libremente ante los mismos ojos de las instituciones creadas para detectarlo y detenerlo en México
Por si algo nos faltaba, luego del crecimiento incontrolado y desmedido de los cárteles de la droga, que ya nos significa los 35 mil muertos en lo que va del gobierno de Felipe Calderón, ahora resulta que ya empezamos a transitar por la narcoeconomía.
Una investigación realizada por el Instituto Nacional de Ciencias Penales, el INACIPE, y revelada ayer en la Cámara de Diputados en San Lázaro durante la mesa redonda “Lavado de Dinero” -evento organizado por el Comité del Centro de Estudios de Derechos e Investigaciones Parlamentarias, el CEDIP-, de la propia Cámara, indica que los cárteles de la droga han logrado vulnerar en México los sistemas de detección y control de flujos de recursos económicos provenientes de las actividades delictivas, especialmente de las derivadas del narcotráfico, para introducir así anualmente unos 607 mil millones de pesos al sistema financiero nacional.
Ésta creciente introducción de recursos ilegales al sistema financiero institucional, representa ya el 20 por ciento respecto de los 3 billones 250 mil millones de pesos que opera el gobierno federal a través del presupuesto aprobado por el Congreso.
Esa enorme cantidad de dólares, que suma lo que la quinta parte del presupuesto federal, es introducida a territorio nacional por muy distintas vías, la mayoría de ellas ilegales.
Al dar a conocer lo anterior, el doctor Ramón García Gibson, presidente del Comité de Prevención de Lavado de Dinero de la Federación Latinoamericana de Bancos, la FELABAN, dijo que una importante cantidad de estos recursos provenientes del narcotráfico van a formar parte directamente del financiamiento de las actividades de la economía legal e informal, y a ser operados por reconocidas instituciones financieras nacionales y extranjeras que trabajan en México.
De esta forma los aproximadamente 607 mil millones de pesos -unos 50 mil millones de dólares-, se diluyen y entremezclan en un lavado de dinero masivo y sin control que ocurre libremente ante los mismos ojos de las instituciones creadas para detectarlo y detenerlo.
El investigador señaló que ni la Secretaria de Hacienda ni el Banco de México han acertado a pararlo.
El catedrático en Prevención de Lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo en el Centro de Investigación y Docencia Económicas, CIDE; investigador asimismo del Instituto Nacional de Ciencias Penales, INACIPE, dijo ante diputados y especialistas en la materia -quienes participaron en el encuentro-¸ que los cárteles del narcotráfico y sus aliados en el exterior, transfieren cada vez y con mayor frecuencia grandes cantidades de dólares bajo mecanismos cada vez más complejos, que los hace prácticamente indetectables para las actuales estructuras financieras del gobierno.
García Gibson es fundador y director general de García Gibson Consultores y dirigió el Centro de Controles Internos de HSBC para México, Centro América, Colombia y Venezuela y es investigador invitado del Instituto Nacional de Ciencias Penales. Ha dirigido también la dirección de Prevención de Lavado de Dinero de Grupo Financiero Banamex-Citigroup; la dirección ejecutiva del Centro de Controles Internos de Grupo Financiero Santander/Serfin.
O sea, encima de apaleados, usados.
QUE NO SE VA: Andrés Manuel López Obrador pasó de repente de las palabras a los hechos y a principios de la semana envió al PRD una petición de licencia.
El documento, dirigido a Camilo Valenzuela, presidente del Consejo Político del PRD, señaló que esa licencia sería mientras la dirigencia nacional del sol azteca estuviera en contubernio con Felipe Calderón y el PAN.
Lo que no dijo explícitamente López Obrador en su carta, es que no quería estar dentro del PRD cuando su dirigencia encabezada por Jesús Ortega, volviera a suscribir una alianza electoral con el PAN, ahora para lanzar un candidato común en el proceso para elegir a un nuevo gobernador en el Estado de México.
Tampoco señaló que cuando el año pasado Ortega fue en alianza con el entonces presidente del PAN, César Nava en los procesos a gobernador en Oaxaca, Hidalgo, Sinaloa y Durango él criticó estas alianzas, pero se siguió como militante sin hacer ningún intento por definir su situación.
Es más, él apareció en al menos 2 eventos electorales en Hidalgo al lado de la ingeniero Xóchitl Gálvez, ex funcionaria del gobierno panista de Vicente Fox, a quien le brindó todo su apoyo.
Menos planteó ninguna definición partidaria cuando el candidato a gobernador del PAN renunció y se pronunció en Guerrero a favor del candidato del PRD, el priísta Ángel Heladio Aguirre Rivero.
Es hasta ahora, que Jesús Ortega, como presidente del PRD y su corriente Nueva Izquierda han impulsado una nueva alianza con el líder formal del PAN, el senador Gustavo Madero, para ir previamente a una consulta en el Estado de México que diga si los mexiquenses quieren que ambos partidos lancen un candidato común o vayan con candidato propio, que López Obrador brincó.
Ahora sí planteó su licencia al PRD porque aceptar sin chistar lo que ahora están promoviendo Ortega y Madero, lo obligarían a tener que aceptar que ambos partidos pusieran a consulta una posible alianza para ir en 2012 con un candidato común.
Evidentemente que nadie creería que AMLO aceptaría –en el muy hipotético caso de que alguien lo propusiera-, ser el candidato presidencial de una alianza electoral del PRD y PAN el año que entra.
Lo lógico es que el abanderado de esa alianza pudiera ser Marcelo Ebrard, lo cual sólo pensarlo le produce sin duda un fuerte dolor de estómago al de Macuspana.
Por ello, pues, es obvio, López Obrador presentó su petición de licencia ante el PRD, a sabiendas de que los estatutos no contienen esa posibilidad.
Lo que dicen los estatutos perredistas es que se es o no militante de este partido, sin medias tintas.
Cuando así se le hizo saber lo lógico era que, si no puede aceptar las alianzas que pretende establecer la dirigencia del PRD con el PAN, entonces tendría que dar el paso y renunciar e irse al PT o a Convergencia.
En ese paso se esperaba que lo respaldaran y siguieran su ejemplo sus fieles seguidores, esos lopezobradoristas acérrimos encabezados por Dolores Padierna y René Bejarano, y otros como Agustín Guerrero y Martí Batres o la asambleista Alejandra Barrales y la senadora Yeidckol Polevnsky.
Bueno, López Obrador se lo pidió directa y claramente a Alejandro Encinas en un acto proselitista ante decenas de partidarios en el Estado de México.
Pero nadie dio el paso. De renunciar, abandonar al PRD, ni hablar, dijeron todos. Quizá pensaron: ni locos.
Encinas, a quien AMLO dejó como su sustituto en la jefatura de Gobierno del DF cuando se fue como candidato presidencial en 2006, y que hoy es coordinador de la exigua bancada de diputados federales del PRD, le respondió horas después que no, que él se queda en el sol azteca.
Así, sin nadie que lo siguiera en una ruptura con el PRD, López Obrador aprovechó ayer una entrevista con Denise Maerker en radio, para aclarar que lero-lero-candelero, que está muy amuinado con las alianzas que realiza Ortega con el PAN, pero que ni así se va del PRD.
“No estoy pensando renunciar al PRD… pedí licencia, eso es lo que estoy resolviendo ahora… primero, por respeto a los militantes, no presentaría yo renuncia y, segundo, porque no les voy a dar el gusto tampoco a los de la mafia del poder… ¿te imaginas a Salinas frotándose las manos y a Calderón?, porque estamos hablando de los jefes”, precisó López Obrador.
Todo quedará en lo que antes hizo Ernesto Zedillo con el PRI, en establecer una “sana distancia” respecto del PRD presidido por Ortega.
Bueno, ni siquiera si llega el 19 de marzo otro Chucho, muy posiblemente Jesús Zambrano, a la presidencia del sol azteca, renunciaría, aclaró.
“Ya estoy en eso, estoy ahora trabajando en el fortalecimiento del Movimiento Regeneración Nacional, (denominado por él) Morena”, agregó.
Al recular, al no seguir adelante con su intención de renunciar y de obligar a los suyos a “desfondar” al PRD, AMLO mostró debilidad, sometimiento frente a la fuerza de Los Chuchos. Hoy estos pueden hacer lo que quieran porque saben que López Obrador ladra, pero no muerde.
A su vez sus seguidores, escandalosos, pero minoritarios frente a lo que representa el control de Nueva Izquierda dentro del PRD, seguirán exigiendo renuncias y rectificaciones, pero sin mayor efecto. Como hasta ahora.
Es obvio que los lopezobradoristas y su líder están perdidos y dominados de antemano por Los Chuchos o Nueva Izquierda, quienes así acaban de ganar prematuramente la partida de cambio de dirigente, y de orientar electoralmente a su partido hacia donde quieran.
Feo caso.