El fenómeno de la violencia
Luis Muñoz jueves 24, Oct 2019Segunda vuelta
Luis Muñoz
Después de lo sucedido el jueves 19 de octubre en la ciudad de Culiacán, Sinaloa, donde 13 personas perdieron la vida durante un enfrentamiento de las fuerzas del orden (militares y Guardia Nacional), con miembros del cártel de Sinaloa y otros grupos del crimen organizado, es pertinente saber cuáles son las razones que motivan la violencia y las consecuencias que esto genera.
Las mafias son grupos que sistemáticamente recurren a actos violentos para imponer “su ley”, apoderarse de una plaza, acabar con los enemigos o lograr sus objetivos “caiga quien caiga”.
Un informe sobre la violencia y la salud, que constituye el primer estudio exhaustivo del problema a escala mundial, analiza precisamente en qué consiste y a quién afecta.
Al mismo tiempo, trata de mostrar que el problema de la violencia no es algo tan irremediable como se suele sobrentender en los debates celebrados al respecto; sin embargo, si esta es del calibre de lo ocurrido en Sinaloa es difícil asegurarlo.
¿Pero cuáles son las consecuencias de esa violencia?
Las cifras son reveladoras: Ilustran la grave realidad: cada año, más de 1.6 millones de personas en todo el mundo pierden la vida.
Se dice que la violencia es una de las principales causas de muerte en la población de edad comprendida entre los 15 y los 44 años y la responsable del 14% de las defunciones en la población masculina y del 7% en la femenina.
Por cada persona que muere por causas violentas, muchas más resultan heridas y sufren una diversidad de problemas físicos y mentales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la violencia impone a las economías nacionales cada año una ingente carga financiera, de miles de millones de dólares, en concepto de atención sanitaria, gastos judiciales y policiales y pérdida de productividad.
La OMS añade que una de las razones por las que apenas se ha considerado la violencia como una cuestión de salud pública es la falta de una definición clara del problema.
O sea, la amplia variedad de códigos morales imperantes en los distintos países hace de la violencia una de las cuestiones más difíciles de abordar en un foro mundial.
Por otra parte, no existe un factor que explique por sí solo por qué una persona se comporta de manera violenta y otra no. Pero se ha recurrido a un modelo que tiene en cuenta numerosos factores biológicos, sociales, culturales, económicos y políticos que influyen en la violencia.
Dicho modelo consta de cuatro niveles: el individual, el relacional, el comunitario y el social.
Como sea, la violencia está presente en cualquier momento, cualquiera que sea la razón que la motive, con efectos tan lamentables como los asesinatos. Un fenómeno al que no escapa México, como sucedió en Culiacán y que todos desean que no se repita.
Turismo, motor de desarrollo
Pese a las campañas que en ocasiones advierten de no visitar tal o cual estado o municipio, por razones de inseguridad, el turismo en México es un importante motor de desarrollo, un instrumento para resaltar y aprovechar la riqueza física, cultural, artística e histórica de un lugar, así como impulsar la economía de las personas y los destinos.
De ahí la importancia del programa Experiencias de Barrio que puso en marcha hace unos días el Secretario de Turismo del Gobierno de la Ciudad de México, Carlos Mackinlay.
La puesta en marcha de este plan de trabajo busca incrementar la afluencia de visitantes a los barrios más tradicionales de esta ciudad.
El turismo es importante, también, por la derrama económica para las entidades y los prestadores de servicios, como es el caso de la Ciudad de México.