Como Peña Nieto y los que le siguieron, Romero Deschamps se fue sin ninguna resistencia
Roberto Vizcaíno jueves 17, Oct 2019Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Dicen que doña Olga Sánchez Cordero, con su voz y maneras suaves, le dijo: ¡Bu!… y Carlos Romero Deschamps desapareció.
Cero resistencia. Casi como si lo deseara desde hace tiempo, el líder petrolero recibió el tan manoseado cese.
La victoria de esa defenestración la pueden celebrar hoy, como cosa suya, decenas de columnistas, editorialistas, reporteros y sus medios desde el que suma 2 hasta el Reforma.
Tooodos en algún momento publicaron la ¡exclusiva! sobre la pronta salida del líder petrolero, casi desde que llegó, hace 36 años.
La obviedad nos dice que al final su “renuncia” fue negociada. Sí, con AMLO. ¿Con quién más?
Algo parecido -por las formas- a lo que ocurrió con Enrique Peña Nieto, quien le entregó al tabasqueño el poder apenas el INE lo declaró ganador.
Y así todos quienes han renunciado a organismos autónomos, hasta llegar hace días a la defenestración quirúrgica del ministro incómodo Eduardo Medina Mora. Y como está pasando con el presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez.
Todos se van “por causas personales”. Que casualmente o son abiertamente un estorbo para el habitante de Palacio Nacional, o simplemente malqueridos por él.
Esos que han pasado por el mismo método, que inicia cuando ese rottweiler que responde al nombre de Santiago Nieto abre indagatorias o congela cuentas bancarias desde su posición de cabeza de la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, para asegurarle al jefe de jefes que las renuncias son efectivas.
Cada uno de esos expedientes terminan luego en un frio cajón de la Fiscalía General de la Nación que lidera Alejandro Gertz Manero quién, por cierto, como el gran espantapájaros sirve-para-nada del régimen lopezobradorista, no ha resuelto ninguno.
Ahí es dónde están desde ayer las 2 investigaciones anunciadas por el presidente López Obrador contra Romero Deschamps.
¿Y ahora?
El sindicato petrolero es una organización por demás compleja. Sus agremiados operan una industria vital, donde cualquier fallo -accidental o no- puede resultar no sólo en pérdidas multimillonarias en dólares, o con consecuencias que caen en la seguridad nacional.
De su buena operación depende todo el sector productivo del país. Ya lo vimos cuando se cerraron los ductos a inicios del año por lo del supuesto huachicoleo.
De ahí que el liderazgo de ese gremio no puede quedar al juego de un simple proceso democrático. Lo de una elección del nuevo líder vía el voto libre y secreto de los trabajadores, es pura fantasía mediática.
De ahí que para amarrar un proceso terso, sin contratiempos ni riesgos de nada, Romero Deschamps negoció con la mayoría de los 36 líderes seccionales dejar a Manuel Limón Hernández, líder en Minatitlán, Veracruz, cercano suyo, extesorero y ahora secretario del Interior, quien es uno del grupo dominante.
Este deberá convocar a elecciones internas en 90 días. Un lapso en el cual AMLO deberá decidir quien de los 36 queda. En el grupo habrá uno que lo satisfaga. Decía mi abuela: siempre hay un roto para un descocido. Sin duda uno de esos tendrá un pensamiento cercano al tabasqueño.
Y vendrán cambios.
Pero quienes conocen el tuétano psicológico de ese conglomerado gremial, afirman que los petroleros traen en sus genes las estructuras, las formas, los modos que les inocularon los dirigentes desde Joaquín Hernández Galicia, La Quina, pasando por Salvador Barragán Camacho y Sebastián Guzmán Cabrera hasta Romero Deschamps.
Para los petroleros la democracia y el voto libre no son prioridad como sí lo es preservar sus puestos, y mantener la misma estructura administrativa que les garantice no sólo buenos ingresos y prestaciones, sino una cómoda pensión.
Ya lo veremos…
Mientras Romero Deschamps vivirá quizá una semana de golpeteo mediático que luego se diluirá para pasar al cómodo y seguro olvido.
¡Abur!
“No haremos leña del árbol caído…”
Y para confirmar lo anterior, Ricardo Monreal dijo ayer:
“Nosotros no vamos a hacer leña del árbol caído, si hay alguna responsabilidad a la que él se deba de someter. Deber de hacerse, cuidando en todo momento la presunción de inocencia y el debido proceso”.
En buen español a la mexicana lo expresado por el líder de la mayoría senatorial de Morena en el Senado y presidente de la Junta de Coordinación Política en esa cámara, sin duda uno de los políticos con mayor experiencia en México, es:
“¡No te calientes granizo!”
Es decirles a los medios y a aquellos que quieren que López Obrador cuelgue ya, de una vez por todas, de la asta mayor del Zócalo a Romero Deschamps, “tranquilos, primero hay que probar que es culpable de algo… y ni siquiera se le ha abierto investigación o proceso judicial alguno”.
Y respecto a si hubo inducción en su salida, Monreal comentó:
“Bueno, me parece que es una decisión personal del secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana.
“Creo que era de esperarse desde hace varios meses. Hay un cambio de régimen en el país, en donde se han expresado distintas opiniones. Yo al menos, creía que iba a ocurrir hace ya tiempo… no me pareció extraño, yo pienso que es normal, es natural. Así son los procesos de transición política, como este que está viviendo México y que es una situación inédita en el país y en la historia del país”.
O sea: muerto el perro se acabó el hot-dog… o lo que es lo mismo: sin Romero Deschamps, hay juego nuevo en Pemex. Así de simple.
Gil Zuarth desvela el fondo de la Ley Bonilla
Expresidente del Senado, considerado como un buen constitucionalista, el expanista Roberto Gil Zuarth adelantó ayer en su cuenta de Twitter lo que sería el fondo de la llamada “Ley Bonilla”.
“El Presidente (López Obrador) parece haber revelado en su mañanera de hoy (ayer), la estrategia para imponer la “Ley Bonilla”…
“En la AI 28/2006, la Suprema Corte fijó como criterio que una acción de inconstitucionalidad se puede sobreseer cuando la demanda se interpone contra un precepto transitorio que ya cumplió el objeto para el cual se emitió.
“La “ley bonilla” es la modificación al transitorio que fijó un plazo de dos años de la gubernatura electa en 2019, para empatar el calendario local con el federal, tal y como lo mandata la Constitución Federal.
“El Congreso local se guardado por meses el Decreto. No se ha publicado y no ha entrado en vigor. Por esa razón, ninguna demanda de inconstitucionalidad hasta ahora promovida ha sido admitida.
“El gobernador electo tomará posesión el próximo 1 de noviembre. Salvo que la Corte le dé trámite preferente a las demandas, es prácticamente imposible en menos de 15 días desahogar el procedimiento previsto en la ley reglamentaria.
“Entonces, y ahí viene la triquiñuela procesal, el Congreso local toma la protesta por 5 años conforme al transitorio vigente al momento (Ley Bonilla). Dicho transitorio cumple su objeto y ¡PUM! procede sobreseer conforme el criterio de la AI28/2006.
“Y Morena feliz, feliz, feliz: hay gubernatura por 5 años, la Corte le saca la vuelta al caso, el Ministro Presidente no tendrá que probar el nuevo estándar del “constitucionalismo transformador”. Todo quedará en una imposibilidad procesal para invalidar el atraco”.
Gil Zuarth reclama:
“Es elemental. Me he cansado de proponer un Amparo contra la falta de publicación para impugnar esa madre antes que sea demasiado tarde. Mejor perderlo que dejar de intentarlo!”.
La trama y el objetivo están ahí, explicados por el exsenador.
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