Alianzas de ayer y hoy
Luis Muñoz miércoles 23, Feb 2011Segunda vuelta
Luis Muñoz
Los ciudadanos, no todos, han visto con buenos ojos, en algunos casos, las alianzas entre distintos partidos políticos, pero de eso a que a la gente le “encanten”, como dice Gustavo Madero, dista mucho de ser una realidad.
Pero antes de entrar a lo que representan estas alianzas para el dirigente nacional panista, veamos qué es una alianza y cuáles son sus propósitos.
Un ensayo sobre el tema establece que es la unión temporaria de dos o más partidos políticos con el fin de concurrir unidos a la competencia electoral, presentando la misma candidatura en todos o algunos de los niveles de gobierno (federal o nacional, provincial, local) y en todas o algunas de las categorías de cargos a elegir.
En algunas legislaciones se acuerda el derecho de formar alianzas electorales entre sí o con partidos políticos u otras organizaciones políticas habilitadas para la presentación de candidatos.
¿Se pueden considerar como constitucionales las alianzas de los partidos políticos?
Uno de los rubros importantes en cualquier regulación jurídica de los partidos es el relativo a las figuras próximas, como son las asociaciones políticas. Para la democracia, la conveniencia de regular este campo estriba en la posibilidad de alimentar y fomentar organizaciones que pueden en un futuro convertirse en partidos y con ello enriquecer la vida política de un país, impidiendo su esclerosis o inmovilismo.
También resulta decisiva la regulación de los frentes y las coaliciones. En cualquier democracia este tipo de alianzas son cotidianas y el único requisito es la transparencia frente al electorado y los militantes, que debe privar en ellas.
En el art. 41 de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos se menciona que todos los partidos políticos, su participación, normas e intervención en el proceso electoral serán regulados por la ley correspondiente, o sea, la “Ley Electoral”.
En consecuencia, siendo las coaliciones políticas reguladas por esta ley, mencionada en nuestra Constitución, podrían considerarse como constitucionales siempre y cuando respeten a las leyes que las regulan y busquen siempre alcanzar los objetivos e intereses políticos y sociales públicos del pueblo.
Pero la historia de las alianzas se remonta a un pasado que no debemos olvidar. Con la llegada de los españoles a tierras pobladas de Mesoamérica, las relaciones de poder y sometimiento por parte de los poderosos contra aquellos pueblos sojuzgados, primero entre los mismos mesoamericanos y después por los conquistadores y colonizadores, se registraron alianzas que habrían de facilitar la colonización española.
Hernán Cortés se presentaba con los líderes indígenas como el enviado del gran rey don Carlos, ofreciéndoles armonía, propagar la gran fe cristiana, evitar los sacrificios humanos y hacer posible los desagravios por actos cometidos por los aztecas.
Con esa bandera cristiana los españoles lograron aliarse con los tlaxcaltecas, para ir conquistando y colonizando a sangre y fuego a los aztecas y otros pueblos de lo que sería la Nueva España.
La gran alianza política y militar entre españoles y tlaxcaltecas, donde los triunfantes de todo el proceso de colonización fueron los españoles, es la primera experiencia que viven los mexicanos durante la primera mitad del siglo XVI.
Otra gran experiencia histórica de alianza político-militar, es la que registra la historia de México durante el movimiento de independencia, cuando los realistas encabezados por el general Agustín de Iturbide se convencen de que los insurgentes no claudican ni se extinguen, optando por una alianza conocida como el “Abrazo de Acatempan”, con el general insurgente Vicente Guerrero.
La alianza política-militar entre realistas e insurgentes duró poco tiempo y los vencedores, los liberales, como siempre sucede, impusieron sus reglas y su proyecto de nación.
Otra experiencia histórica de alianza, política primero y militar después, es la registrada a principios del siglo XX.
Con la sucesión presidencial de 1910, don Francisco I. Madero enarbola la no reelección y el sufragio efectivo. Aglutina a todos los sectores antagónicos al gobierno de Díaz.
Surge la gran alianza de “todos” contra don Porfirio, pero cada sector, grupo, partido y personalidades, luchaba por sus propios intereses. Se da el fraude electoral, se desconocen los resultados y se inicia la rebelión armada, que culmina con la renuncia del dictador.
Ya electo presidente don Francisco I. Madero, algunos de los componentes de la gran alianza se sublevan, le reclaman y le exigen al presidente que cumpla sus compromisos de campaña. Mientras que el general golpista lo traiciona, asesina y asume la presidencia; se da de nueva cuenta la alianza político-militar contra el dictador Huerta.
Con el general Lázaro Cárdenas como presidente de la República, la política de masas de su gobierno logró una gran alianza de clases sociales, lo que hizo posible un gobierno con sustento social.
En nuestros días se dio una alianza PAN-PRD y demás partidos emergentes en Oaxaca y otras entidades, donde se propusieron luchar todos contra el PRI, a sabiendas de que sólo de esta manera lograrían la fuerza para vencer.
Sin embargo, así como están hoy fraccionados los partidos políticos, estarán mañana y un día después de las elecciones, lo cual puede ser caótico, si los resultados les “favorecen”.
La historia nacional muestra que las crisis orgánicas posteriores a las llamadas alianzas, conllevan sus propios riesgos.
OPINIÓN DEL PANISTA MADERO
Para el presidente nacional del PAN, Gustavo Madero, no hay más camino que defender la posibilidad de una alianza con el PRD en el Estado de México, porque permitiría un gobierno distinto, transparente, eficiente, comprometido con la gente “y no con un pequeño y reducido grupo de intereses”.
Está convencido de que uno de los datos “fundamentales” para elegir esa modalidad “es que a la gente le encantan las alianzas, participa de sobremanera cuando las hay”.
No obstante, el dirigente descartó que se pueda explorar la conveniencia de una alianza para la elección presidencial de 2012, pues es una alternativa “solamente para los estados donde no ha habido alternancias como el Estado de México”, y expresó su respeto por la posición del aún perredista Andrés Manuel López Obrador.
Manifestó que respeta a quienes piensan distinto e insistió en que “una gran mayoría” de la población está convencida de que una alianza opositora en esa entidad es lo que le conviene, pues está pensada para que las familias “tengan un gobierno distinto”.
En la residencia oficial de Los Pinos, luego de la ceremonia por el 98 aniversario luctuoso de Francisco I. Madero, el presidente del Partido Acción Nacional (PAN) resaltó las alianzas construidas con el PRD en 2010 y confió que en 2011 ese esquema se pueda utilizar y aceptar.
Subrayó que de esa manera se ganó en Oaxaca, Puebla y Sinaloa, así como en Durango, Hidalgo y Veracruz “aunque esos triunfos no nos los reconocieron”.
Dijo que están muy optimistas y que se podrá procesar “hablando, respetando, convocando a todos los demócratas y respetando las ideas que puedan tener otras personas que no compartan ese proyecto, pero sobre todo convocando a quienes sí lo compartimos”.
Gustavo Enrique Madero descartó la pregunta expresa respecto a que en las filas del PAN esté formado un bloque contra alguien a quien se señala como aspirante a la candidatura presidencial.
CONCESIÓN DENTRO DE LA LEY
Para la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) no procede revocar las concesiones que se otorgó a la empresa denominada NII Digital, S. de R.L. de C.V., como resultado de la Licitación 21, ya que es una “persona moral debidamente constituida”.
Lo anterior fue dado a conocer a la Cámara de Diputados mediante un documento que la Cofetel envió a esa instancia legislativa.
En su exposición, el organismo señaló que el grupo de inversionistas Comunicaciones Nextel de México, S.A. de C.V., Inversiones Nextel de México, S.A. de C.V., y Televisa, S.A. de C.V. (Nextel-Televisa), a efecto de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) estuviera en posibilidad de entregar los títulos correspondientes derivados de la Licitación 21, constituyeron previo a dicho acto, una empresa denominada NII Digital, S. de R.L. de C.V., en cumplimiento del numeral 18 de las bases de la licitación.
Al dar respuesta a un punto de acuerdo aprobado por el pleno camaral el 30 de noviembre de 2010, sobre la revocación del título de concesión, se menciona que el título no establece en sus condiciones ninguna prohibición a los accionistas de la sociedad para enajenar sus acciones y sólo les obliga a dar aviso a la SCT, por lo que cualquier operación accionaria de la concesionaria no se puede entender como un cambio a otra persona moral.
Es más, el documento firmado por el presidente de Cofetel, Mony de Swaan Addati, destaca que en el supuesto que la concesionaria hubiera incumplido con alguna de las condiciones de su título, esto no sería causal de revocación directa, siendo necesario que la SCT sancionara por lo menos en tres ocasiones, conforme lo establece el último párrafo del artículo 38 de la Ley Federal de Telecomunicaciones.
Precisa que las bases de la Licitación 21 prohibían a los participantes o a los grupos de inversionistas modificar su estructura accionaria durante el proceso de licitación, prohibición que evidentemente concluyó con el término de la licitación y la entrega de los títulos de concesión correspondientes.
“En ese momento las bases dejaron de tener cualquier efecto jurídico, lo cual se entiende si se considera que su finalidad es establecer las reglas del proceso, es decir, no es un ordenamiento regulatorio para los concesionarios del sector de telecomunicaciones, los cuales se tienen que apegar a la Ley Federal de Telecomunicaciones y demás disposiciones reglamentarias y administrativas aplicables”, agrega el documento.
Menciona que resulta evidente que la terminación del acuerdo de inversión que tenían las empresas Televisa y Nextel de México no puede ser sancionado a la luz de las bases de la Licitación 21, documento que ha dejado de tener validez jurídica y la modificación a la estructura accionaria de los concesionarios que resultaron de dicho proceso no incumple ninguna condición de sus títulos de concesión.