En seis meses se incrementó violencia e inseguridad; de la corrupción al amiguismo
Adriana Moreno Cordero miércoles 2, Oct 2019La Retaguardia
Adriana Moreno Cordero
- Manuel Bartlett, funcionario “chu-chú”
Muy difundido no sólo en las redes, que ayer se cumplieron seis meses, esto es, venció el plazo que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador se impuso para que en México, disminuyera la violencia y la inseguridad mediante la estrategia de apoyar los programas sociales, implementando la Guardia Nacional y acabar con la corrupción, “barriendo las escaleras de arriba hacia abajo” y nada ha pasado; más bien vamos de la corrupción al amiguismo.
Seis meses han transcurrido y bien puede concluirse que todo sigue igual; al contrario, los niveles de violencia e inseguridad se han incrementado peligrosamente, -de nada ha servido la máxima del “fúchila guácala”-, la mayoría de los programas sociales No se han fortalecido, más bien, han probado su ineficiencia y como ejemplo, ahí está el de “Jóvenes Construyendo el Futuro” porque ni les pagan, ni los capacitan y muchos de ellos, los recursos que logran obtener se los gastan en cervezas y cigarros, amén de que solo se incorpora a los seguidores incondicionales del presidente.
En suma, el hecho de que el tabasqueño reparta el dinero a diestra y siniestra para apoyar, -según él-, al “pueblo sabio y bueno”, únicamente le servirá para mantener ese mercado cautivo de votos, sobre todo, de cara a las elecciones del 2021, coyuntura en la que se podrá comprobar cómo está el apoyo hacia López Obrador, ya que por los corrillos políticos, rueda la versión de que Morena, podría perder mayoría significativa en aquellos estados e incluso en la Ciudad de México, donde los diputados se renovarán. De ese tamaño.
Mientras que en eso de acabar con la corrupción, hay muchísimas dudas ya que lo único que ha hecho el tabasqueño, es taparse los ojos y en este sentido, el caso más ilustrativo es el del flamante director de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz, -mejor conocido ahora como el funcionario “Chu-chú”-, que como ya carece de argumentos para defenderse y ojo, el manto presidencial no le ha sido suficiente para cubrirse al tiempo que la verdad de sus acciones irregulares se le planta en la cara, no se ve para cuándo y cómo podrá salir el ex gobernador poblano de este embrollo.
Es más, ahora el ex mandatario poblano mete a su gente en posiciones estratégicas como es el caso del Consejo Regulador de Energia.
No sobra agregar que en este expediente, la siempre flamante secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, a la funcionaria que se supone le correspondería investigarlo, se ha dedicado, junto con su esposo, John Ackerman, (frustrado aspirante a la rectoría de la UNAM), a cubrir a Bartlett.
El pasado 22 de abril, el presidente López Obrador estaba de gira ni más ni menos que por Veracruz, por cierto, defendiendo a su gobernador consentido, Cuitláhuac García, que nada más no da una, por la entonces reciente masacre de Minatitlán.
En ese momento, dijo que gracias a su gestión, se estaba estabilizando y frenando la tendencia al alza de la violencia, “yo considero que nos va a llevar algún tiempo, pero va a empezar a bajar”.
Sin embargo, el tiempo pasó y nada ha ocurrido en la materia. Agregó que “en el caso de la corrupción, igual, ya llegó a su máximo durante el periodo neoliberal y ahora va para abajo, a tener cero corrupción”. Aquí igualmente, los meses han pasado y eso de que México ya está en el camino de tener cero corrupción, es muy, pero muy cuestionable.
Lo único que ha sucedido es que se exhibe el amiguismo que caracteriza a la llamada Cuarta Transformación, al tiempo en que en el partido del presidente, Morena, se traen un “desgarriate” de pronóstico reservado entre quienes aspiran a liderear a ese instituto político.
Municiones
***A 51 años de la matanza de Tlatelolco el 2 de Octubre de 1968, en Palacio Nacional, ayer por la tarde, el equipo del presidente, muy afanoso, se dio a la tarea de buscar y reciclar unas puertas blindadas con el objetivo de resguardar y proteger las tres puertas de Palacio Nacional porque grupos de anarquistas embozados, -eso sí, conservadores-, ya las intentaron quemar. Dichas puertas blindadas fueron utilizadas en la administración anterior, en la de Enrique Peña Nieto, así que estamos hablando de que son neoliberales y entonces, ¿no que esta llamada Cuarta Transformación no iba a utilizar nada del pasado?, ¿no que con el “fúchila guácala” era suficiente?
Por lo pronto, se calcula la asistencia de entre 30 a 50 mil manifestantes, de acuerdo al Subsecretario de Gobierno de la CDMX, Arturo Medina, que por cierto, está muy optimista.
¿El llamado cinturón de paz va a inhibir la violencia en este tipo de manifestaciones? El equipo de la señora Sheinbaum supone que son los “súper héroes” que van a poder revertir la situación
*** Por lo pronto, los integrantes del Comité del 68 convocan a que sea la de hoy una manifestación pacífica en la que bajo ningún motivo se agreda a terceros. Félix Hernández Gamundi, integrante de dicho Comité, señaló que no es admisible que un grupo de encapuchados pueda cancelar el derecho a la manifestación pública de las ideas.
Por su parte, Romeo Cartagena, también integrante del Comité, dijo que el único cordón de paz que puede haber, son los propios participantes en esta manifestación, ya que es el Estado el que debe garantizar la posibilidad de que sea una movilización pacífica con pleno derecho libre a la manifestación.
No cabe duda que la jefa del Gobierno capitalino quiere “adornarse” con eso del tan llevado y traído cordón de paz para que luego sus seguidores digan que ella y su equipo salvaron a la CDMX de la violencia. Aquí la pregunta sería: ¿y por qué la flamante funcionaria no hizo nada antes y abandonó a los comerciantes a su suerte?
*** Resulta que el coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en la Cámara de Diputados, Mario Martín Delgado, presentó una iniciativa en la que se propone que el Estado mexicano se dé a la tarea de conformar una empresa para la compra-venta de mariguana, así como de sus productos derivados. El diputado Delgado ya hasta tiene el nombre de esta empresa que sería “Cannsalud”, que sería propiedad del gobierno federal e igualmente se avocaría a organizar actividades de consulta y estadística en la materia.
Aparte está la posibilidad de que los mexicanos puedan cultivar su propia mariguana para consumo personal sin necesidad de un permiso o licencia.