La disputa por la Belisario Domínguez
Ramón Zurita Sahagún miércoles 2, Oct 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La Medalla Belisario Domínguez fue durante muchos años una de las grandes distinciones otorgadas por el Poder Legislativo “para premiar a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra patria o de la humanidad”.
Con ese fin fue creada, según decreto publicado en 1953, por lo que un año después se entregó la primera que fue compartida por una mujer, la profesora Rosaura Zapata. y un hombre el humanista, abogado y poeta, Erasmo Castellanos Quinto.
Los dos premiados con una reconocida trayectoria y considerados como personas probas, que se hicieron acreedores a tal distinción por su gran contribución al sistema educativo del país.
Desde el ahora lejano año de 1954, una cascada de hombres y mujeres (más los primeros que las segundas), han recibido la distinción cuestionada en varias ocasiones, por el nombre del recipiendario, especialmente en los tiempos recientes.
Durante varias décadas se procuró que el beneficiado con la distinción fuese una persona viva, aunque en los últimos años, se ha procedido a entregarla post mortem y, principalmente se politizó.
La democratización del país obligó que los tres principales partidos representados en el Senado de la República se repartieran entre sus militantes o simpatizantes el beneficio de dicha medalla.
Fueron muchos años que se entregó dicha presea a los generales revolucionarios sobrevivientes de esa gesta y se amplió hacia algunos diputados constituyentes todavía vivos.
Abogados, médicos, diplomáticos, humanistas, profesores, se sumaron a los constituyentes y revolucionarios que eran distinguidos con esta presea.
Sin embargo, con todo y que la primera entrega se hizo a una mujer (compartida la distinción), solamente cinco mujeres, además de Rosaura Zapata, la han recibido en 64 años: María Hernández Zarco (impresora y quien se atrevió a hacerlo con el discurso de Belisario Domínguez); María Cámara (profesora y viuda de José María Pinos Suárez); María Lavalle Urbina (la primera mujer en titularse como abogada, ex magistrada y una de las primeras mujeres senadoras); Griselda Álvarez (la primea mujer en gobernar un estado, poeta y escritora) y Julia Carabías (investigadora, científica y miembro del Colegio Nacional).
La presea Belisario Domínguez era una de las más anheladas, hasta que se cayó en la partidización de la misma, repartiendo entre las tres principales fuerzas políticas en el Senado la decisión de quien otorgársela.
Hasta entonces solamente a personas vivas se les entregaba, hasta que en 1997 se galardonó póstumamente al ingeniero Heberto Castillo, un luchador de la izquierda.
Sucesivamente aparecieron los panistas José Ángel Conchello, Carlos Castillo Peraza, Luis H. Álvarez y Manuel Gómez Morín, además de alguno otro.
Sin embargo, en esta ocasión hay propuestos 459, entre hombres mujeres y asociaciones, por lo que habrá que ver si en realidad el premiado reúne las condiciones establecidas en la convocatoria.
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El mes de octubre traerá novedades en distintos frentes, ya que Mario Delgado solicitará licencia como diputado, mientras que Bertha Luján y Yeidckol Polevnsky se separarán de los cargos que actualmente ocupan, para disputar en noviembre próximo la presidencia del Movimiento de Regeneración Nacional.
El cuarto contendiente Alejandro Rojas se encuentra libre, ya que es senador suplente y no tiene necesidad de solicitar permiso alguno.