Ya viene el 2 de octubre
Ramón Zurita Sahagún martes 1, Oct 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El dos de octubre ha sido un día fatídico en la vida del México moderno, por lo que ocurrió en la Plaza de las Tres Culturas, donde un número indeterminado de jóvenes fueron masacrados y la secuela que ello dejó.
Es verdad que la matanza permitió ampliar el horizonte para los jóvenes y se lanzó la proclama de nunca más una tragedia similar, que, sin embargo, se sigue presentando en el México actual.
Los estudiantes siguen siendo presa fácil de la autoridad que en muchos casos abusa y en otros deja impune los ataques sufridos por los jóvenes. Si el 68 dejó una herida abierta, Ayotzinapa la ensanchó más.
A 24 horas de la conmemoración del 51 aniversario de los hechos de Tlatelolco, la angustia se cierne sobre la Ciudad de México, donde se especula sobre la gravedad de los hechos vandálicos que habrán de presentarse, ante la ausencia de autoridad que contenga a los provocadores, sean o no anarcos, conservadores o como se les dé la gana llamarlos.
Durante el presente año, la capital del país ha sufrido varios de los azotes producidos por esos grupos, de los que se desconoce su identidad pública, que aprovechan las marchas, plantones y mítines para alterar el orden y escudarse dentro de los participantes.
Llegan, se cubren el rostro, realizan sus pintas, rompen cristales, lanzan bombas molotov, golpean a algunos curiosos que se asoman y hasta llegan a saquear algunos comercios.
En estos casos, la autoridad se muestra omisa y hasta ausente, considerando el derecho de los protestantes para manifestarse, pero dejando de lado el de las mayorías que sufren las consecuencias y hasta acoso.
Las tres últimas marchas han dejado saldos negativos y eso que ninguna de ellas ha sido de la magnitud de las del dos de octubre.
Con todo y ello, las de las mujeres violentadas que protestaban por la inseguridad en que se encuentran ellas y los feminicidios, fueron vulneradas por grupos de enmascarados y enmascaradas que causaron destrozos.
Otra más fue la del quinto aniversario de los sucesos de Ayotzinapa, donde se repitió el numerito de los colados que se divirtieron a su antojo, con pintas, agresiones y todo lo imaginable.
El domingo un grupo de mujeres salió a las calles y nuevamente se presentaron algunos incidentes, entre ellos la quema de la puerta de la Cámara de Comercio y como siempre no hubo detenidos.
La preocupación que parte de lo que podría ocurrir mañana es que ante la ausencia de autoridad algunos grupos vandálicos se cuelen entre los manifestantes y causen alteración del orden, saqueo y otros delitos que para la autoridad de la Ciudad de México son inexistentes, ya que sin importar las pruebas y evidencias no son consideradas.
El dos de octubre no se olvida volverá a escucharse en las calles, aunque habrá que ver cuál será el saldo de ello, eso sí, nada comparable a aquel de 1968.
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Siempre si será súper delegado en Durango, el ex panista Manuel Espino, quien de un cargo de segunda en la alcaldía de Naucalpan asciende en la escala burocrática, gracias a los servicios prestados en campaña.
Espino que fue ninguneado por los panistas y botado de la dirigencia nacional de ese partido, es reivindicado por el gobierno de Morena, que le asigna un papel preponderante de la nueva estructura federal.