Morena y su dirigencia
¬ Augusto Corro martes 1, Oct 2019Punto por punto
Augusto Corro
En el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) habrá paz hasta que elijan a su nuevo presidente nacional.
Mientras, en el interior de ese organismo se lucha por el poder.
La secretaria general, en calidad de presidenta interina, Yeidckol Polevnsky, busca continuar al frente del partido.
Pero el diputado Mario Delgado, según criterios de los conocedores, será el ganador en la contienda electoral. En la lucha también estarán Bertha Luján y Alejandro Rojas.
Las elecciones de Morena serán parecidas, si no se pone orden, a las efectuadas en otras organizaciones políticas, como el PRI o el PRD en sus tiempos de bonanza.
Es decir que la pugna entre los grupos morenistas se agudizará porque es una tradición que se termine en el divisionismo.
El domingo se reunió la elite de Morena y acordó ir a la elección con un padrón de afiliados muy cuestionado y con la posibilidad de apoyarse en una encuesta.
Por cierto, la presidenta Polevnsky dijo que el registro de morenistas “está 100 por ciento manoseado, inválido y no genera certidumbre”.
Se escuchan ya los gritos de los inconformes y la guerra intestina apenas empieza.
Las Marchas y Los Embozados
Las autoridades capitalinas tendrán que explicar ampliamente qué significado tiene para ellas la palabra delito.
Porque poco o nada hacen por evitarlo.
Delito, según el diccionario, es “una acción que va en contra de lo establecido por la ley y que es castigada por ella con una pena grave”.
En la Ciudad de México los encargados de velar la seguridad de los capitalinos no ven las acciones delincuenciales de los embozados en las manifestaciones.
En los dos últimas marchas, sujetos disfrazados de negro se colaron en las filas de quienes protestaban para delinquir.
Los embozados pintarrajearon muros, fachadas, rompieron vidrios y llegaron causar daño a una de las puertas de Palacio Nacional. Esto ocurrió el jueves de la semana pasada.
El sábado, en la manifestación de las mujeres que marcharon para apoyar su lucha a favor de la legalización del aborto, volvieron a aparecer los disfrazados con su ropa negra para cometer desmanes.
Pero como las autoridades se encuentran decididas a no detener a los delincuentes y a no llevarlos ante un juez para que respondan por su conducta delictiva, los embozados se sienten los reyes de la impunidad.
Todo lo contrario ocurre con los comerciantes de las calles del primer cuadro, por donde pasan las manifestaciones, pues cierran sus negocios y se anula cualquier actividad comercial.
En algunos casos, los negocios son asaltados y amenazados con daños mayores.
¿Quién les paga a esos comerciantes las perdidas por el cierre de sus tiendas o por los destrozos al inmueble?
¿Son las autoridades cómplices de los embozados pues se niegan a detenerlos y castigarlos? ¿Es un acto represivo llevar ante el juez a un delincuente?
Mañana miércoles se efectuarán marchas por el 2 de Octubre, “que no se olvida”, y no se augura un día tranquilo, entre otros motivos por la indolencia de las autoridades que no saben lo que entraña un delito.
¿Cómo es posible se permita tanta impunidad de los embozados? ¿Nunca se sabrá que clase de sujetos ocultan su rostro para delinquir?
Se va La Ford
En Celaya, Guanajuato, la agencia de automóviles Ford cerró debido a las amenazas de extorsión.
La mencionada entidad empezó a sufrir los embates de la delincuencia desde hace varios años.
En los últimos meses se recrudeció la violencia y ningún sector guanajuatense quedó a salvo de actos criminales.
Hasta los expendios de tortillas fueron víctimas de los extorsionadores. Y quienes se negaron a dar la cuota para que trabajar sin amenazas, fueron agredidos.
En junio, tres mujeres fueron acribilladas en una tortillería. No cumplieron las exigencias de los hampones.
La Ford decidió bajar las cortinas pues fue tiroteada por un grupo de sujetos: la empresa se negó a pagar la extorsión exigida por la delincuencia organizada.
Guanajuato se convirtió una entidad en la que varios cárteles de la droga pelean por la plaza. A la violencia generada por los narcos, se sumaron las acciones de la organización criminal de huachicoleros.
Todos los maleantes enfrentados entre ellos y contra las autoridades tienen a Guanajuato convertido en tierra sin ley.