García Luna, el responsable
Roberto Vizcaíno lunes 21, Feb 2011Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Las interrogantes planteadas por Zepeda Patterson son quizá con lo que se debiera comenzar cualquier análisis respecto al asunto del diferendo de Francia contra México, el encontronazo de Sarkozy contra Calderón y en el súper irregular caso judicial de Florence Cassez
Una encuesta indica que el 65 por ciento de los 110 millones de mexicanos no sabe quién es Florence Cassez, y ni les interesa saberlo.
Del 35 por ciento restante que dijo conocerla a ella y su caso, el 60 por ciento cree que es culpable, y que debe purgar su sentencia de 60 años por el delito de secuestro en México.
En Francia, sociedad más informada, casi todos sus 64.5 millones de ciudadanos saben de Florence Cassez y su caso, y la enorme mayoría de ellos cree que la sentencia de 60 años a que fue condenada en México es producto de un montaje para la TV y luego para los tribunales.
Hoy los presidentes de ambos países (Nicolas Sarkozy y Felipe Calderón, ambos conservadores); sus gabinetes, sus legisladores, sus partidos políticos, sus intelectuales, sus centros de educación superior, sus medios informativos -junto con sus columnistas, editorialistas y cartonistas-, pero sobre todo sus sociedades, ciudadanos, viven por Florence Cassez una confrontación y enemistad crecientes como nunca la habían enfrentado.
En el fondo para cada quien el caso de esta francesa representa una grave afección, amenaza, violación a principios nacionales esenciales.
Para los mexicanos significa simple y llanamente la amenaza de volver a ser sometidos por una potencia extranjera.
Para los franceses no lograr la liberación de Florence significa pasar por encima de uno de sus tres principios nacionales básicos, el de la Legalidad. Los otros dos principios obtenidos luego de su sangrienta Revolución, son los de Libertad e Igualdad.
Y los mexicanos como los franceses, bien se pueden morir por la defensa de sus principios. Por ello no es extraño que ya algunos franceses comiencen a pedirle a su gobierno considerar ir a una guerra con México por este asunto.
¿Exageran? No hay que tomarlo tan a la ligera. Nada más hay que ver hasta dónde han escalado las cosas por este asunto entre ambas naciones.
En Francia, si bien algunos políticos e intelectuales han criticado la actitud de Sarkozy, lo cierto es que la mayoría de los franceses se han unido para reclamarle a él y a México la liberación de Florence.
Aquí, en México, la respuesta no ha sido tan definida. La mayoría de los medios apoyan a Calderón y la decisión de los jueces en relación a Cassez, pero no todos los partidos, ni los políticos, ni los intelectuales los han seguido. Aunque cabe aclarar que tampoco lo han condenado, pese a las enormes irregularidades y dudas existentes en este asunto.
Todos ellos han seguido ese principio de dejar hacer, dejar pasar. Cero compromiso. Ni a favor de Florence, ni de Calderón, jueces y aparato de seguridad. Como los Tancredos. Que el toro ruede, ellos no se mueven ni hacen gestos.
Quienes sí se han atrevido a expresarse aquí, muestran las posiciones de unos y otros en la sociedad mexicana.
Desde luego prevalecen quienes creen que Francia, Sarkozy, sus autoridades, sus ciudadanos exageran y deben dejar de demandar la liberación de Florence, quien ha sido juzgada por al menos 5 jueces y todos ellos han encontrado suficientes pruebas para condenarla a 60 años de prisión. Para ellos la joven Cassez es simple y llanamente una secuestradora que debe cumplir su sentencia en México, pese a que nuestro país firmó el tratado de Estrasburgo que contempla la posibilidad de que un condenado a prisión en alguno de ambos países, si es originario del otro, pueda ser trasladado a su nación de origen para que pague en sus cárceles la pena sentenciada.
De la otra parte existe un buen segmento de intelectuales, periodistas, y algunos políticos y abogados, como ciudadanos, que creen que existen demasiados elementos para anular el caso y dejar en libertad a Florence.
Y es que la joven Cassez fue capturada junto son su novio, él sí confeso de ser secuestrador, para luego ser sometida a un montaje para la televisión. En ese supuesto operativo se liberó a 3 secuestrados -una mujer, su hijo y un joven-, quienes en sus primeras declaraciones ante el Ministerio Público negaron conocer a Florence.
Tres días después, cuando el montaje de la PFP dirigido por Genaro García Luna quedó al descubierto, los testigos modificaron sus declaraciones y entonces dijeron que la joven Cassez sí era una de sus secuestradores.
Su novio, Israel Vallarta, ha negado sistemáticamente la implicación de la francesa en sus secuestros, pero otro de los implicados ha dicho que si participaba en ellos, para luego señalar que esa afirmación la hizo bajo tortura de los agentes de García Luna.
Este es el contexto y los elementos con los cuales los jueces dictaron y ratificaron la sentencia de 60 años a Florence. Existe sin embargo la versión de que la primera sentencia fue forzada por García Luna y las siguientes por el propio presidente Felipe Calderón, como una respuesta a la politización y mediatización del caso por parte de Nicolas Sarkozy.
Hoy la ratificación de la sentencia y el escalamiento de la confrontación México-Francia, Sarkozy–Calderón, ocurre en el contexto de la proyección en salas comerciales de un documental multipremiado a nivel internacional y alabado por la crítica y medios mexicanos: Presunto Culpable.
El documental realizado por un par de jóvenes doctores en Derecho, muestra crudamente cómo la policía y un juez mexicanos construyen a un culpable y lo sentencian a una pena basada en supuestos. El documental está basado en un caso cierto.
Los defensores de Florence dentro y fuera del país, y especialmente en Francia, advierten que existen otros muchos testimonios que muestran que el sistema judicial mexicano no sólo es injusto, corrupto, inmoral y en absoluto falto de confianza y ponen como ejemplo un rosario de otros muchos casos:
-El de las indígenas Alberta, Teresa y Jacinta Francisco Marciel quienes fueron acusadas por la PGR de secuestrar a un grupo de agentes de la AFI y por lo cual fueron condenadas a penas superiores a los 20 años. Su liberación fue dictada por la Suprema Corte de Justicia debido a las irregularidades presentadas por el caso. Pero sobre todo por lo increíble de la acusación.
-Otros casos expuestos son los de las mujeres condenadas en Guanajuato por abortos inexistentes.
Y así se van sumando otros muchos asuntos judiciales y condenas basados en la multiplicación de irregularidades.
En este expediente creciente sobre la injusticia mexicana y la actuación absolutamente irregular de los agentes bajo las órdenes de García Luna, se encuentra el caso también fabricado para la televisión, de la supuesta liberación de un avión que se dijo había sido secuestrado y que luego trascendió que todo había sido un nuevo montaje.
Esto ha llevado a que no pocos mexicanos y extranjeros pregunten, cómo lo hizo ayer el editorialista y ex director de El Universal, Jorge Zepeda Patterson, quien al abordar este caso indica:
“El misterio detrás de todo esto es la manera en que el Estado mexicano se ha dejado arrastrar a una crisis política con Francia, simplemente para apoyar la obsesión de Genaro García Luna por generar castigos ejemplares a modo. Se sabe que la debilidad de Calderón por este funcionario le ha llevado a tomar partido en sus frecuentes querellas en contra del Cisen y del Ejército. No es un secreto la molestia creciente de los mandos castrenses por esa debilidad del mandatario (hacia García Luna). Pero resulta inexplicable la pasividad de la Presidencia ante los aprietos en que le han metido las maniobras de García Luna.
“Calderón aseguró en una carta a Sarkozy que Cassez podría purgar su condena en Francia de acuerdo con el convenio de Estrasburgo suscrito por México, lo cual ahora niega. Y el entonces procurador Medina Mora le aseguró al enviado especial de Sarkozy, el procurador de París, que no habría sentencia definitiva en contra de Cassez hasta después de la visita del mandatario galo a México en marzo del 2009. Pero los jueces sentenciaron mientras el enviado de Sarkozy iba en su vuelo de regreso a Francia. García Luna precipitó esa sentencia, me aseguró una fuente diplomática, para impedirle a Calderón cualquier margen de maniobra durante la visita de Sarkozy. En este enredo jurídico-diplomático urge preguntarse: ¿Cuál es la deuda de Calderón con García Luna para asumir tantos costos?
“Nos hemos envuelto en la bandera por un caso inconsistente y hemos comprometido nuestra autoridad moral para llevar a una corte internacional cualquier arbitrariedad que padezca un mexicano ante la injusticia de otro país. ¿Cómo explicar el poder de García Luna ante el Presidente?”, concluye su artículo. (Negritas y cursivas de nosotros)
Estas interrogantes planteadas por Zepeda Patterson son quizá con lo que se debiera comenzar cualquier análisis respecto al asunto del diferendo de Francia contra México, el encontronazo de Sarkozy contra Calderón y en el súper irregular caso judicial de Florence Cassez.
Es ahí donde está la clave de todo.