¿Dónde está Graco?
Ramón Zurita Sahagún jueves 19, Sep 2019De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La gestión como gobernante de Graco Luis Ramírez Garrido Abreu fue una de las más cuestionadas en la historia de Morelos, por lo que se advirtió que sería uno de los primeros mandatarios estatales en ser enjuiciados en el cambio de régimen.
Adversario directo de Cuauhtémoc Blanco Bravo, con quien sostuvo enfrentamiento directo durante el mandato de uno como gobernador y otro como alcalde de la capital, se esperaba una acción en su contra.
Casi un año después de que asumió el gobierno del estado Blanco Bravo, no hay nada real en contra de Graco, nada se ha documentado, mientras la entidad vive momentos tan difíciles como en la anterior gestión.
En Morelos no hay cambios, más que de nombres de los gobernantes: la percepción general de la población es que la corrupción asoma por todos lados, la violencia es generalizada, los crímenes se cometen a mansalva, de forma individual y colectiva, la inseguridad permea y la violencia es una constante.
Todo parece caminar con la normalidad a la que los morelenses parecen acostumbrarse desde la época en que el propio Graco Luis se convirtió en el reivindicador de las causas de la población.
En aquel entonces, Ramírez Garrido Abreu se subió en la cresta de la ola de una población dolida por la violencia que exigía seguridad al entonces gobernador Jorge Carrillo Olea, al que finalmente lograron derrocar.
Ahí construyó su fama política Graco Luis, quien hasta entonces había militado en el PST y PRD y mostrado ser un buen polemista que lo llevó varias veces a la Cámara de Diputados, sin conseguir jamás la victoria en las urnas. Con la fama adquirida como cabeza de la revuelta contra Carrillo Olea, finalmente logró ganar el gobierno de Morelos en las urnas.
Envalentonado por el poder político adquirido como gobernante, Graco procedió a romper con sus aliados del PRD, Los Chuchos y después con quien había formado equipo y convencido para ingresar al PRD, Andrés Manuel López Obrador y convertir a Morelos en su reducto.
Sobrevaluado en su administración por sus aduladores, Ramírez Garrido Abreu decidió que exponer al hijo de su esposa, Rodrigo Gayosso, para competir contra un popular Cuauhtémoc Blanco en las urnas, lo que fue catalogado como una burla por los electores morelenses, que le propinaron una terrible derrota en las urnas, marcando una diferencia de 51 por ciento para el ganador contra 11 por ciento de Gayosso.
Influyó en ello el rompimiento del gobernador con el candidato presidencial de Morena, su mala gestión como gobernante y su desfachatez de proponer a un candidato sin presencia, sin considerar el repudio de la población acumulado a lo largo de seis años.
Al triunfo de Cuauhtémoc Blanco ratificó su oferta electoral de iniciar juicio en contra del gobernador saliente, cuyo gobierno acusó de desastroso y corrupto, sin embargo, casi un año después no pasa nada.
Graco desapareció del mapa político y planea cambio de residencia a Baja California, en donde compró o comprará su propio viñedo, para dedicarse al cultivo del vino.
De su enjuiciamiento no hay nada, ya que el gobierno de Cuauhtémoc Blanco es igual o peor que el anterior, con los mismos problemas de corrupción, violencia e inacción del gobierno. También se precisa que Graco Luis se reconcilió con el presidente López Obrador, a quien convenció para militar en las filas de la oposición.