Ayotzinapa y el caos
¬ Augusto Corro lunes 16, Sep 2019Punto por punto
Augusto Corro
Continúa el caos en el caso Ayotzinapa. Ahora, un juez liberó a 24 policías involucrados en la desaparición de los 43 normalistas.
En la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre se registró el secuestro masivo de estudiantes.
Desde esa fecha las autoridades poco o nada hicieron para conocer lo ocurrido en Iguala.
En ese hecho participaron elementos de la fuerza pública de los ayuntamientos de Cocula, Iguala y Huitzuco, narcos y autoridades de varios niveles.
Decenas de personas involucradas fueron detenidas y encarceladas. Se declararon los procesos penales contra los presuntos implicados.
Sólo que los jueces, con actitudes legaloides, optaron por ordenar la libertad de un sinnúmero de personas involucradas.
Claro, la defensa de los acusados siempre argumentó que la confesión de sus clientes se logró a través de la tortura.
Como se informó en este espacio, se registró un desaseo total en la investigación del plagio de los jóvenes.
Las propias autoridades federales se encargaron de armar una “verdad histórica” a modo para ponerle punto final.
El nuevo gobierno, ante la presión de los padres de los normalistas, decidió imprimir mayor interés para conocer la verdad de lo que realmente ocurrió.
Se instaló la Fiscalía de Ayotzinapa, cómo órgano del Ministerio Público Federal, autónomo e independiente, que participará en la nueva investigación.
Entre sus funciones estará la de presentar todos los recursos y propuestas para responsabilizar a quienes incumplieron con sus funciones.
En términos generales serán investigados los funcionarios que fueron omisos en brindar justicia en el caso Ayotzinapa.
A casi cinco años de la desaparición de los normalistas todo sigue igual. Nadie sabe del paradero de los estudiantes.
El reino de la impunidad
La toma de casetas es un negocio redondo que brinda utilidades seguras. Y no se castiga. Basta que un grupo de personas se dedique a botear para obtener recursos de manera ilegal.
Según Caminos y Puentes Federales (Capufe) dejó de recibir más de 3 mil millones de pesos por ese delito federal, en los últimos ocho años.
En el primer semestre del 2019, las autoridades registraron 2 mil 458 eventos.
El no cobro de peaje creció ante la impunidad que protege a las personas que se escudan en supuestas luchas sociales.
La toma de casetas es un delito federal que se castiga con 30 años de cárcel. Sin embargo, no preocupa a quienes ya hicieron de esa acción penal una especie de negocio lucrativo.
No parece que se acerque el fin de esa manera de manifestarse con su respectivo boteo. A las autoridades no les preocupa el problema de las casetas. De otro modo ya lo hubieran solucionado. ¿El automovilista que puede hacer? Los beneficiados son aquellos que encontraron su mina de oro en el boteo una vez que toman las casetas.
Aviso a la delincuencia
La Secretaría de Seguridad Ciudadana busca a unos 365 maleantes quienes operan en las 73 coordinaciones territoriales y cometen diversos delitos, que van desde el asalto a transeúnte hasta la venta de armas.
Claro, también se incluye a aquellos que se dedican al narcomenudeo.
Bueno, pues la delincuencia organizada debe estar agradecida con las autoridades que se tomaron la molestia de avisarles que van en contra de ellos.
Esperemos que las acciones de la autoridad devuelvan la seguridad y paz a los capitalinos que se encuentran en medio de una espiral de violencia.
El contrapeso
Los partidos políticos se encuentran en calidad de desaparecidos.
El gobierno federal, encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, no tiene obstáculos en su desempeño.
¿Cómo los iba a tener si la oposición política se encuentra desmantelada?
Tocamos el tema, porque hoy 16 de septiembre, el Partido Acción Nacional cumple ochenta años de vida.
La actuación de esta organización política estuvo varios años como digna representante del contrapeso político.
Pero la ambición y los pésimos presidentes de la República surgidos de Acción Nacional tienen al partido en la lona, como se dice coloquialmente.
El divisionismo, la visión política y la ambición mantienen al PAN pasmado.
A partir del 2000, el partido blanquiazul tuvo la oportunidad de efectuar el cambio en México. El mandatario Vicente Fox recibió el apoyo de México para realizarlo.
¿Y qué sucedió? El guanajuatense perdió la brújula.
Le heredó el poder, tras un fraude electoral mayúsculo, a Felipe Calderón Hinojosa. Este panista lo primero que hizo fue llevar a México a una guerra contra la delincuencia organizada.
En esa lucha, miles de mexicanos perdieron la vida.
En el presente, lejos de Acción Nacional optaron por enfrentar, con más pena que gloria, al gobierno de López Obrador.
Fox manifiesta su inconformidad con el twitter y Calderón anda en la formación de un nuevo partido.
Los panistas no tienen líderes ni figuras que le den brillo al partido. Los actuales dirigentes se encuentran opacados por la mediocridad.