¿Por qué la actitud dócil de soldados?
¬ Arturo Ríos Ruiz martes 10, Sep 2019Centro..!
Arturo Ríos Ruiz
Lo más reciente, los elementos de la Sedena, de San Juan del Río, Qerétaro., respondieron una llamada de emergencia solicitando el apoyo por la detención y saqueo del tren; los militares se encontraron a un grupo de unas 50 personas abriendo contenedores, los invitaron a dejar el atraco y retirarse del lugar.
La respuesta fue disparos de arma de fuego, por lo que los elementos se protegieron y la turba comenzó a agredirlos con piedras, palos y botellas de vidrio.
La dependencia informó que algunos militares sufrieron golpes y heridas corto-contundentes en varias partes del cuerpo, al tiempo que intentaban desarmarlos.
Las redes sociales están inundadas de estos ejemplos, lo que nos indica que hay una orden de no responder, de no defenderse y soportar hasta la humillación a quienes los agreden.
La débil explicación de los derechos humanos, parece más bien una torpe disculpa, el uniforme merece respeto, es la esencia de su representación, el cual se ha perdido por turbas de valentones que parece que saben que nada pasará.
Es triste observar a los defensores de la paz nacional, amontonados, rodeados de rijosos lugareños que los ofenden y agreden hacen nada para evitarlo. Antes, ni pensar en esta debilidad.
Otro caso anterior fue en La Huacana, Michoacán, “¡Suelten las armas!”. Se escuchó ordenar a un hombre que dirigía una turba en ese municipio y que retuvo y desarmó a miembros del Ejército Nacional.
En videos de las redes sociales se observa cómo presuntos líderes de grupos de autodefensas, organizaciones comunitarias armadas, someten al menos a una decena desoldados para presionar a sus mandos a que les devolvieran armas decomisadas en un operativo militar.
Fueron los mismos que según Silvano Aureoles Conejo, apapachó en acto público el subsecretario de Gobernación, Ricardo Peralta y provocó dos choques con ese evento, hacer a un lado a Olga Cordero y atropellar al gobernador.
Es preocupante lo que atestiguamos todos los días, a los soldados, antes tan respetados, ahora los zarandean pelafustanes y son obligados a soportar golpes e insultos ¿Qué esperamos los ciudadanos al ver nuestras fuerzas armadas, diseñadas para defender la nación que no actúan ni contra los gandules de medio pelo y además delincuentes?
Para cerrar: de 2006 a la fecha, 19 mil niños y adolescentes han muerto en la guerra contra el crimen organizado y unos 7 mil están desaparecidos, según datos de la Red por los Derechos de la Infancia, que advierte que este sector de la población es el más vulnerable. No merecen perdón alguno ni súplicas de que se porten bien.